Tres son las causas de la Gran Recesión. Una, sobre la que sí se ha escrito bastante, es el crecimiento del capital financiero, es decir, de las instituciones como la banca, las compañías de seguros y otras cuyo negocio se basa en manejar dinero. La otra causa, relacionada con la anterior, es la desregulación de este capital financiero, y muy en especial del sector bancario, que ha creado lo que correctamente se ha definido como “capitalismo de casino” (es decir, basado en la especulación). Esta desregulación se ha dado como parte de una cultura desreguladora que ha afectado a otras actividades económicas, como la desregulación del comercio. De ello también se ha hablado extensamente.
Tres son las causas de la Gran Recesión. Una, sobre la que sí se ha escrito bastante, es el crecimiento del capital financiero, es decir, de las instituciones como la banca, las compañías de seguros y otras cuyo negocio se basa en manejar dinero. La otra causa, relacionada con la anterior, es la desregulación de este capital financiero, y muy en especial del sector bancario, que ha creado lo que correctamente se ha definido como “capitalismo de casino” (es decir, basado en la especulación). Esta desregulación se ha dado como parte de una cultura desreguladora que ha afectado a otras actividades económicas, como la desregulación del comercio. De ello también se ha hablado extensamente.
El “descubrimiento” de esta relación entre bajada de la demanda y crisis económica se atribuye generalmente al famoso economista Keynes, lo cual no es del todo cierto. En realidad, le sorprenderá al lector que fue Karl Marx -que tiene muy mala prensa en España- el que ya lo señaló cuando indicó en su libro más conocido, El Capital, que la acumulación de capital, a costa del trabajo, llevaría a las crisis del capitalismo. Pero más que Karl Marx, el que elaboró más esta teoría fue uno de sus seguidores, M. Kalecki, el cual a su vez influenció a dos de los mejores economistas de nuestro tiempo, Joan Robinson y mi amigo Paul Sweezy, ninguno de los cuales, por cierto, recibió ningún Premio Nobel de Economía. En su lugar, los Premios Nobel de Economía (financiados por la banca escandinava) eran entregados a ultraliberales como Robert Lucas, que había escrito que analizar temas de distribución de la renta era dañino y peligroso (“una de las tendencias perniciosas y dañinas en el conocimiento económico… en realidad, venenosa para tal conocimiento, es el estudio de temas de distribución”. The Industrial Revolution: Past and Future). Ni que decir tiene que Lucas era un economista súper próximo al capital, que no quiere oír nada sobre redistribución de las rentas. Autores como Lucas y otros economistas neoliberales continúan teniendo muy buena prensa, no solo en círculos académicos españoles sino incluso en la prensa en general.
http://www.vnavarro.org/?p=10360
Un saludo