El
Fondo de Maniobra, en principio, se ha reducido drásticamente de 155,3 a 38,4M, aunque sigue habiendo solvencia para hacer frente a obligaciones recogidas en el pasivo corriente. Los motivos son principalmente dos, el incremento del saldo a proveedores que ya hemos visto, y el traspaso a corto plazo del préstamo participativo, que debe liquidarse a finales del 2019, o convertirse en capital. Pero la empresa este año por fin nos saca de dudas al respecto: “Los administradores de la sociedad dominante prevén que los acreedores financieros procederán a ejecutar el derecho que les otorga los warrants emitidos, procediendo a la capitalización íntegra del importe de la deuda financiera asociada (véase Nota 16.3.b). Dicha operación se realizará a valor de mercado, tomando como referencia la cotización media de la acción en las últimas 20 sesiones previas a la fecha de ejecución. No se prevé efecto económico de dilución para los accionistas actuales”. Por tanto ya sabemos que el préstamo no se va a pagar, si no que se va a transformar en
acciones, con lo que el fondo de maniobra, con este matiz, a nivel de gestión es realmente similar al del año pasado. El número de acciones nuevas a emitir es todavía una incógnita, ya que dependerá de su cotización media las últimas veinte sesiones del año, pero con una limitación máxima del 35% y un importe a capitalizar aproximado de unos 114M. En el peor de los casos, si la cotización está por debajo de los 5€, se emitirían 22,75M de acciones, a 6€/acción, 19M acciones y a 10€/acción unas 11,4M acciones. Es decir, a mayor cotización, menos acciones nuevas a emitir. A cambio de estas nuevas acciones, la empresa se desprendería de una deuda de 114M, fortalecería sus fondos propios y se ahorraría unos 4,5M de intereses financieros al año.