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Una situación que quizás está empezando a ser demasiado elevada para poder lidiar con ella en años posteriores, en los que
además se deben subir los tipos de interés. En 2018, el apalancamiento permitió que el beneficio de explotación repuntase con fuerza, cerca de un 70%, pero
aun así los 3.166 millones de euros de deuda neta sigue siendo una pesada losa con la que lidiar próximamente.
De hecho, la ratio deuda neta frente a ebitda que ha crecido con fuerza en los últimos años se está acercando a los límites que se habían propuesto desde la propia empresa. De hecho, el director financiero de Cellnex, José Manuel Aisa Mancho, señalaba años atrás que el volumen de deuda
“óptimo y correcto” sobre ebitda debía rondar las 4 veces, poniendo
como límite las 5 veces. Un nivel que está muy próximo a sobrepasar, después de
cerrar el 2018 en el 4,9%, frente al 4,6% en el que estaba instalado un año antes.
El fuerte apalancamiento de la compañía se ve como una amenaza por distintos analistas, es más desde Bankinter se señala que “es el principal argumento de nuestra recomendación de vender”. Por su parte, desde la compañía se quita hierro al asunto y se pone énfasis en que son ratios normales para
“una empresa que ha invertido más de 3.500 millones en los últimos años”. Además, recalcan la capacidad de la empresa para generar flujos de caja que les permite un desapalancamiento neto (en el caso de cesar las inversiones) cercano a los 0,6 puntos por año.