El mensaje del gran abaratamiento de las bolsas que copó muchos titulares el año pasado queda desactualizado con las cifras actuales. Con la subida registrada por las principales plazas de ambos lados del Atlántico en los dos primeros meses del año, estos multiplicadores ya no son tan atractivos.
En el caso del Stoxx 600, que alcanzó precios de lo más golosos en septiembre y principios de octubre de 2022, el descuento todavía aguanta aunque por menos, y actualmente se compra un 7,6% más barato que la media histórica, con un PER de 13,3 veces frente a las 14,4 del promedio. Sin embargo, la principal referencia estadounidense, el S&P 500, se mueve un 7,4% más cara con respecto al PER medio de los últimos 20 años, con un multiplicador de 18,1 veces frente a las 16,8 veces de las dos últimas décadas.
Si nos servimos de la historia pasada para hacer un mapa de precios, la bolsa europea ha cotizado un mayor porcentaje del tiempo con descuento que sobrevalorada. En cifras, el Stoxx 600 ha estado un 13,73% del tiempo un 10% más barato que el promedio histórico (13,73 veces) y hasta un 15,69% del tiempo un 20% más barato (es decir, por debajo de PER 11,52) que la media.
Por contra, la suma de los periodos en los que el índice se ha comprado más caro que el promedio es inferior, con un 18,63% del tiempo con un PER superior a las 15,84 veces (un 10% más) y solo un 7,35% del tiempo a un precio un 20% superior al promedio.
Al aplicar este mismo ejercicio al índice estadounidense, el descuento no pesa tanto sobre la prima. De hecho, en la línea del tiempo, el índice ha estado un 25,6% de los últimos 20 años más de un 10% más barato que el promedio del PER (un 9,9% con un abaratamiento del 10% y un 15,7% con un descuento de más del 20%). Lo que podría denominarse como caro con un encarecimiento del 10% o más sobre el promedio se sitúa en el 21,1% del tiempo (un 9,9% del periodo con un precio superior a 10% de la media 18,48 veces y un 11,2%, superior al 20% 20,16 veces).
El hecho de que la bolsa europea no se haya encarecido demasiado respecto al multiplicador que cotejaba en el ejercicio anterior (donde se dejó un 12% en el parqué), pese a la subida del más del 8% en bolsa en el año en curso, se debe a unos beneficios empresariales mejores de lo esperado. De hecho, un 8,5% de las firmas que ya han rendido cuentas ante el mercado sobre el último trimestre de 2022 han sorprendido con unas cifras que han batido las previsiones. Por segmentos, el financiero y el de materiales básicos se encuentran entre los que más positivamente sorprenden al mercado, según datos del consenso de Bloomberg.
En el S&P, donde el 90% de las firmas ya han presentado resultados, el porcentaje de sorpresa se reduce hasta el 1,7%, con las telecomunicaciones y el consumo discrecional como los sectores líderes en estas noticias positivas.
El hecho de que el S&P haya sido históricamente más caro que la bolsa del Viejo Continente
el europeo alcanzó un abaratamiento histórico respecto a Wall Street el pasado diciembre encuentra su principal motivo en el peso que la tecnología tiene dentro del índice americano, ya que estos valores cotizan a peres más altos debido al mayor crecimiento que experimentan y ofrecen estas compañías por la naturaleza de su negocio. Así, si se tiene en cuenta que el beneficio por acción del S&P 500 ha crecido casi el cuádruple (de 86 a 219 dólares) que el del Stoxx 600 (de 23 a 34 euros) desde 2006, se entiende aún mejor su elevado precio.
Los 'picos' de abaratamiento
La bolsa europea encuentra en octubre, noviembre y diciembre de 2008 su mayor abaratamiento desde que hay registro, con peres inferiores a las 9,4 veces. Se trata de un año protagonizado por la crisis de Lehman Brothers, donde el índice cerró con una caída del 45,6%. Gran parte del año 2011 y 2012 rescate de Grecia y precipicio fiscal para EEUU también registran multiplicadores con descuentos del 20% sobre la media histórica.
Justo al otro lado del tablero están ejercicios más recientes; los protagonizados por la pandemia del coronavirus. Cuando el mundo se sumía en una crisis sanitaria sin precedentes, las cotizaciones de las bolsas se derrumbaban y, a su vez, los beneficios. Fue en 2020 y 2021 cuando los multiplicadores del Stoxx 600 superaban las 17,3 veces, llegando incluso a las 23,9 veces en diciembre de 2020, su precio más alto desde que hay registros.
En el otro lado del charco, los años de ganga coinciden en general con los de Europa, con gran parte de 2008 con descuento superior al 20%. En septiembre de 2011 fue cuando el S&P registraba su mayor abaratamiento, con un PER de 11,4 veces, cuatro puntos por debajo del promedio de los últimos 20 años. Y es que, en ocho de los 12 meses de 2011 el índice ofrecía multiplicadores por debajo del 20% del promedio.
El encarecimiento del S&P, sin embargo, abarca más años que el de la bolsa europea. Además de en 2020 y 2021, registró un precio de burbuja (por encima del 20% del promedio) en los meses de noviembre y diciembre de 2017, enero de 2018 y diciembre de 2019. Pese a que el índice estadounidense fue el primero en recuperarse de las garras de la pandemia del Covid la crisis de la que antes pudo remontar, registra su precio más alto en diciembre de 2020, cuando alcanzó un multiplicador de 28,4 veces.
En este sentido, valorar las alternativas de inversión en cada momento también es necesario para saber si las bolsas realmente están caras o baratas en términos históricos. Así lo explica Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities: "No es igual que, por ejemplo, el bono 10 años rente un 5% a que no ofrezca ninguna rentabilidad, como ha venido ocurriendo en los últimos 15 años. Además, no es lo mismo una bolsa que se enfrenta a una economía en recuperación a una que va directa hacia una recesión", indica el experto.
En cuanto a los segmentos y valores más atractivos por ratio PER en Europa, Fernández-Figares enumera: "Los valores del sector del automóvil [que ya es la industria más alcista del Stoxx 600 en lo que va de año], los del sector energético, los bancos y algunas industriales cotizan a unos peres muy bajos en términos relativos históricos. Entre este tipo de compañías me gusta Mercedes-Benz, BBVA, ING Groep o Renault".
En Wall Street, prosigue el analista, es más complicado localizar este tipo de oportunidades, "ya que el mercado en su conjunto muestra multiplicadores bastante exigentes. Quizás el sector de las aerolíneas y el de la energía siguen presentando peres atractivos. Destacaría la refinería Valeroo las aerolíneas Delta y United Airlines", puntualiza.
A este respecto, Diego Morín, analista de IG, indica que hay que tener en cuenta que "los porcentajes pueden verse modificados por la composición de los índices, y el tirón de las acciones que estén en ese momento más en forma, como actualmente es el sector financiero o aseguradoras, que se mueven mejor en el entorno actual".
El experto explica que, teniendo en cuenta el panorama actual, "no es demasiado optimista con la renta variable", ya que, pese a un inicio de año alcista, la situación económica no es muy positiva. "Aunque los datos macroeconómicos hayan mejorado con respecto a meses anteriores, vaticinar lo que pueda ocurrir para 2024 se me antoja complicado. Por un lado, seguimos viendo unos precios elevados (media del 7%) y unos banqueros centrales que siguen manteniendo su tono hawkish, con la Fed pronosticando unos tipos por encima del 5%, lo que podría seguir metiendo presión en el S&P 500, que podría perder mínimos de octubre (3.480 puntos) si llega la temida recesión, pero habrá que ver cómo de profunda será, mientras que el Stoxx 600 está a menos de un 5% de los máximos del año 2022", finaliza Morín.
Cecilia Moya