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La banca acumula 50.400 millones expuestos a deuda de España e Italia
El rally experimentado por la deuda pública en los últimos días, con el bono a diez años español por encima del 3%, el italiano al 4% o el alemán, la referencia más segura, rebasando el 1,7%, pasará factura a la banca. Las entidades cotizadas españolas (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) tienen más de 50.400 millones expuestos a la volatilidad del soberano español e italiano, cuya pérdida, del 20% en el año en el italiano, y del 19% del español, impactará en su capital. Sin embargo, los expertos confían en que esa merma se compense con el aumento de resultados por la subida de tipos.
La banca mantiene grandes carteras de bonos, principalmente deuda soberana, como herramienta para gestionar los riesgos de liquidez y de tipos de interés del balance, y adicionalmente contribuir a resultados. Es la llamada cartera Coap o Alco y en la banca cotizada española superaba los 364.478 millones en 2021. La mayoría figura contabilizada a coste amortizado, que no sufre las oscilaciones de precios porque su objetivo es reforzar el margen con el cupón y se mantiene a vencimiento.
El riesgo a los vaivenes está en la cartera a valor razonable, cuya valoración se actualiza cada trimestre y resta o suma solvencia según su evolución. Si el título se enajenase esa plusvalía o minusvalía iría directa a la cuenta de resultados. Un 51,57% de esa cartera total (o 187.965 millones) figura en títulos españoles e italianos y un 26,82% de ella o el 13,83% del portfolio global están a valor razonable.
Su efecto esta vez podría, sin embargo, no ser inmediato. "La expectativa de subida de tipos por parte del BCE ha provocado que la valoración de los títulos de deuda se vea impactada negativamente. Este impacto afectará a los balances de las entidades que tengan carteras valoradas a valor de mercado y que no las hayan cubierto con derivados. En términos de recursos propios regulatorios, este impacto está amortiguado hasta finales de este año por las excepciones que se introdujeron por el Covid", explica Javier Calvo, socio responsable del departamento de Instrumentos Financieros y Regulación de KPMG en España.
La exposición sujeta a las oscilaciones de la deuda italiana y española varía entre los 25.963 millones que BBVA tenía al cierre de 2021 y los 596 millones de Unicaja. En CaixaBank la cifra era de 12.756 millones (en el cómputo de su cartera se incluye la deuda de Sareb), en Santander de 5.940 millones, en Sabadell 3.856 millones y 1.303 millones en Bankinter. Gran parte la tiene protegida con derivados.
BBVA, la entidad con mayor exposición y que más han transparentado los potenciales efectos, limita a 15 puntos básicos el impacto en ratio de capital CET1 por cada 100 puntos básicos de movimiento en la curva del bono español y 5 puntos básicos en el italiano, cuando un aumento en esos mismos 100 puntos básicos mejoraría entre un 15% y 20% su margen de intereses en el negocio en España.
Un reciente informe de Credit Suisse sobre el efecto precisamente de los vaivenes de la deuda en solvencia afirma que los bancos españoles (analiza CaixaBank, BBVA y Santander) "siguen siendo los más resilientes con el consumo de capital más bajo" entre los sistemas del Sur de Europa por tener menos cuota a valor razonable. "La alta sensibilidad a las subidas de tipos compensará cualquier pérdida limitada en la cartera Alco", agregan sus analistas. Según, S&P Global Ratings, la banca de la zona euro mejorará un 14,3% su margen financiero y un 26% el beneficio bruto con la política monetaria que actualmente anticipa el mercado.
"En general, la subida de tipos a la banca le va a beneficiar más que perjudicar", coincide el socio y director de la gestora de ATL Capital, Félix López, quien recuerda además que la banca ha reducido fuertemente la inversión en bonos en los últimos años al ser el BCE el comprador marginal. Su tenencia de soberano español bajó desde un récord de 224.455 millones en 2014 a 140.127 millones en 2021. La del BCE escaló a la vez de 29.397 millones a 386.948 millones. "A mí no me extrañaría -agrega López- que fueran, incluso, comprando algo más de deuda para aprovechar el aumento de la rentabilidad", un diagnóstico con el que coincide la analista de Renta 4, Nuria Álvarez, quien observa que el impacto en el capital "ya se empezó a ver con menor contribución de las carteras de renta fija" en el último trimestre.
"No creo que sea una variable que deba preocupar hasta el punto de pensar que los objetivos de capital que tienen las diferentes entidades no se vayan a cumplir", matiza Álvarez, persuadida de que lo compensarán con mayores beneficios.
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