CUIDADO CON LAS RENTABILIDADES DEMASIADO ALTAS
En primer lugar, los citados expertos aconsejan no dejarse llevar por las rentabilidades demasiadas altas. “Los dividendos muy generosos suelen reposar sobre unos pobres fundamentales”, argumentan. De hecho, un reciente estudio de Société Générale concluyó que las “rentabilidades por dividendo anormalmente altas son generalmente un signo de peligro” y mostró que grupos de compañías con una rentabilidad ultra-alta eran más dados a tener una rentabilidad real más baja.
NO OLVIDARSE DE LAS VALORACIONES
Igualmente, recomiendan prestar una especial atención a las valoraciones. “Cuando se construyen carteras centradas en dividendos, muchas veces se compran acciones en función de su rentabilidad por dividendo, sin tener en cuenta las cotizaciones. Y esto es un error”, aseguran.
En este sentido, destacan la importancia de adquirir títulos con un margen de seguridad, es decir, cuyos precios ofrezcan un descuento notable (de al menos un 10%-15%) respecto a la estimación de su valor justo.
LA IMPORTANCIA DE DIVERSIFICAR
Diversificar es uno de los consejos más extendidos en el ámbito bursátil y a la hora de apostar por acciones de altos dividendos también es una máxima a cumplir.
“Los valores con una elevada rentabilidad por dividendo tienden a estar concentrados en unos pocos sectores que normalmente tienen perspectivas de crecimiento débiles en el largo plazo, como las ‘utilities’ o las telecos”, indican desde Morningstar. Por ello, “una cartera bien diversificada puede absorber el impacto del recorte puntual en el dividendo de una compañía”, subrayan, al tiempo que resaltan que “añadir títulos de una rentabilidad más baja de otros sectores puede reducir la rentabilidad inicial, pero aumentar la sostenibilidad del flujo de ingresos”.
PACIENCIA Y VIGILANCIA
Otro punto que estos expertos aconsejan tener en cuenta es el de seguir de cerca la actualidad de las compañías en las que se está invertido.
“El inversor que quiera disponer de una cartera de dividendos bien construida debe ser paciente, pero no debe olvidarse de los posibles movimientos que puedan frustrar las políticas de dividendos de las empresas en las que se está posicionado, como una adquisición demasiado grande que suponga un cuantioso endeudamiento o la merma de márgenes de la compañía por culpa de la competencia”.
ATENCIÓN A LOS RATIOS DEL BALANCE
“Estar muy pendiente de los ratios de beneficios y no tanto de los del balance, como el apalancamiento, la cobertura de intereses o la deuda neta/EBITDA, es un error muy común”, sostienen estos expertos.
Así, recuerdan que los acreedores tienen un derecho superior sobre los activos de la compañía que los accionistas, y que hay mayor probabilidad de que un dividendo sea rebajado si hay problemas financieros.
De esta forma, comentan que una buena regla es ser muy escépticos con las compañías que tengan ratios de cobertura de intereses (EBIT/intereses) que sean inferiores a 3 o ratios de deuda neta/EBITDA mayores de 2.
LOS DIVIDENDOS NO SON IGUALES A LOS INTERESES
En la lista de errores a evitar, Morningstar también recalca que los dividendos no son iguales a los intereses. “A diferencia de de los intereses de un bono, una compañía no tiene la obligación de pagar dividendos”.
NO IGNORAR LAS SEÑALES DE PELIGRO
Finalmente, estos expertos aconsejan
no ignorar las señales de peligro para el dividendo, como la caída del ratio del crecimiento. “Cada trimestre, revise el estado financiero de las compañías que tiene en cartera para asegurarse de que no están surgiendo signos de peligro”, concluyen.
Carlos Suárez