Ese otro en concreto es un asesino confeso, pero estoy al 100% contigo. Si los líderes europeos apuestan por Europa, Europa y el euro se salvan. Si apuestan por sus países, el euro no hay quien lo salve, y de Europa ya veremos lo que queda.
Un problema a mi entender es la dificultad de explicarle todo esto al aleman medio. En Alemania no hay crisis. Tienen el menor nivel de paro desde 1992. Allí todo el mundo es feliz, y en esas circunstancias ven los problemas periféricos europeos como la consecuencia de nuestra incapacidad racial para trabajar seriamente, y consideran que vivimos a su costa (un poco lo que algunos catalanes piensan de los extremeños). Independientemente de que esto sea absolutamente incorrecto, y que nuestros problemas tienen mucho que ver con su prosperidad actual, venderles medidas extremas para salvar el euro es extremadamente difícil, ya que la mayoría quiere volver al marco. En esas condiciones el líder internacionalista se inmola persiguiendo el bien global en vez del interés particular, como les sucedió a Gorbachov o a Bush padre, que perdieron por goleada en casa tras mejorar el mundo. Habrá que ver si Angie está por la labor.
El francés medio también supone un problema aunque distinto. Francia comparte muchos de nuestros problemas, con la diferencia de que Sarko está cogiendo el toro por los cuernos y está haciendo lo que nosotros todavía no hemos hecho y deberíamos estar haciendo desde hace dos años. A los franceses les resulta muy duro cualquier merma de su grandeur y protestan como locos. Sarko se está quemando dentro y no le supone gran diferencia quemarse fuera también apostando por una refundación europea.
La enfermedad que padecemos tiene cura, lo que pasa es que es como la quimio, te pone muy malito antes de mejorar. Pero si al enfermo no se le trata porque no quiere ponerse malito del tratamiento, se muere sin remisión.
Un saludo.