Buenas Siperono. Lo que dice José Carlos Díez siempre lo tomo con precaución; porque ni soy un fanático keynesiano como él, ni me creo los postulados de sus "antagonistas", especialmente los de la escuela austríaca. Pero en líneas generales estoy bastante de acuerdo con el artículo. El BCE se aleja cada día más de los halcones del Buba, porque ni Europa es Alemania, ni en Alemania hay tanto consenso como dicen (la patronal alemana es descaradamente keynesiana y me llama poderosamente la atención que Asmussen, el otro consejero alemán del BCE, se haya alineado con Draghi). Con las medidas del BCE no sólo se salva el euro, sino que se avanza en el proceso de homologación fiscal y bancaria de la Unión; es decir, más Europa, porque un default de los países del sur acabaría con el proyecto europeo... un proyecto que se ha estado gestando durante generaciones y décadas y, francamente, Eurolandia no puede permitirse volver a las viejas rencillas del pasado que no llevaron a ninguna parte.
Estoy seguro que Know -esperamos en candeletas su intervención- no estará de acuerdo con las medidas de Draghi; porque son inflacionarias y estamos poniendo las bases de la siguiente crisis causada por la inflación, que seguro que vendrá... pero cada día tiene su afán y ahora esto es lo que toca. Hay que ir paso a paso.
El artículo de José Carlos no deja, por eso, de ser un poco tendencioso: que pasará con Grecia, que jamás podrá cumplir la condicionalidad que le pide el BCE? Bueno, pues pasará lo que los griegos y los políticos europeos decidan. No todas las decisiones se basan en la economía, porque aquí hay mucha política y el conflicto griego tendría que relacionarse, también, con la lucha cerrada que mantienen Eurolandia por un lado y el bloque anglosajón por otro. Y no tengo tan claro que Grecia vaya a salir del euro si eso debilita el proyecto que, con tantos esfuerzso, los líderes europeos tratan de consolidar (Hollande, desde luego, no está por la labor... y eso es bastante importante). El discurso de Draghi del otro día, por otro lado, es un alegato de furibunda independencia del BCE. No sólo se negó a ir a Jackson Hole (se ha interprestado como una debilidad, cuando en realidad es lo contrario), sino que su postura y el de toda la Unión marca un antes y un después sobre la relación de ésta con el bloque anglosajón.
Quién no lo vea, es que está ciego. El BCE va a pasar olímpicamente de las agencias en lo que se refiere al colateral que aceptará de la banca para poderle prestar; el mercado de CDS va a sufrir muchísimo no sólo por las compras ilimitadas de Draghi, sino porque en la Unión ya hay 9 países dispuestos a gravar estas transacciones, mediante la tasa Tobin, así como de otras compras especulativas con valores que no se tienen (por ejemplo, en Bolsa). Con 9 países, puede crearse una norma común... y a los bancos norteamericanos de inversión les esperan grandes pérdidas por la mala evolución de sus derivados.
Ya empiezan a salir voces, artículos en prensa, de gente que piensa que el problema está en vías de solucionarse y que, por ende, el mercado se fijará en presas más débiles (eso seguro). De todos modos, yendo a lo que dice Díez, cree que sin crecimiento económico no hay modo de pagar las deudas... bueno, es su opinión. Pero eso no es lo que ha pasado, por ejemplo con los países bálticos (y Estonia hace 3 años tenía un 20% de paro...). Ellos tomaron el camino de los recortes y de los ajustes, siguiendo el modelo austríaco y sus economías ya están creciendo. Y en EE.UU. o Inglaterra, se crece a costa de aumentar sine die el déficit fiscal. Y se crece muy poco... o no se crece.
Todo indica que la salida a esto se basa en una mezcla de ambas políticas; ajuste por un lado y fomento del crecimiento por otro, aunque sea inyectando liquidez a raudales (sea imprimiendo o pseudo-imprimiendo dinero).
Felicidades por tus gráficos, son cojonudos.
Saludos!