Bueno, la base de la situación es que un gobierno no necesita negar nada a no ser que buena parte de sus ciudadanos estén convencidos de lo contrario. Dado que la credibilidad de los gobiernos es baja porque siguen el principio maquivelico de que el fin justifica los medios, los ciudadanos suelen tener razón más a menudo que sus gobiernos.
Pero nadie quiere el rescate excepto unos pocos que apuestan por los CDS y las cifras indican que no son muchos. Es una situación a la que se llega por la insolvencia de los países cuyos gobiernos son responsables de gastar mucho más de lo que ingresan durante años. Es decir, los culpables del rescate son los gobiernos, bien por gastar un dinero que no tienen a fin de ser elegidos, bien por asumir las deudas bancarias para proteger los beneficios del sistema financiero y su poderosísimo lobby que financia los gastos de los partidos.
Las democracias son sistemas económicamente insostenibles por la sencilla razón de que los partidarios del balance fiscal siempre pierden las elecciones frente a los partidarios del gasto a crédito. Hace mucho que se pasó el punto de no retorno para la mayoría de los países desarrollados. Apretarnos el cinturón no nos va a sacar de ésta. Todas las deudas se terminan pagando hasta el último céntimo, bien por el que tomó prestado que lo devuelve o bien por el que prestó que lo pierde y lo paga de su balance, o bien por un tercero que se hace cargo de la deuda, voluntariamente o no.