Es la famosa inversión de la curva de tipos. Lo lógico y natural es que cuando prestas dinero, cuanto más largo sea el plazo mayor sea el interés que exijas que te tengan que pagar, y por eso normalmente una letra a seis meses da menos interés que un bono a dos años, y éste menos que uno de 10 años, etc.
En ocasiones el mercado de deuda prevé problemas especiales a un plazo determinado y considera que prestar en ese plazo tiene más riesgo, y por lo tanto exige más interés. Es el caso de cuando el mercado de deuda espera recesión en breve, y el bono a dos años empieza a exigir mayor rendimiento que el de 5 años porque para entonces se espera que la recesión haya pasado y no haya tanto riesgo de que no se devuelva.
Los que deciden esto son auténticos profesionales que llevan muchísimo dinero de fondos e instituciones, incluso soberanas, y se considera que tienen un grado de acierto muy alto. La curva de tipos es uno de los mejores pronosticadores de las probabilidades de recesión, cuando no está fijada al cero por las autoridades monetarias como en USA o Japón.
En el caso de Italia, no se trata de recesión sino de riesgo de quiebra. El mercado de deuda empieza a ver que el riesgo de quiebra de Italia es mayor en los próximos 5 años que a largo plazo y empieza a exigir un rendimiento acorde.
Son muy malas noticias, y la verdad sorprende que las bolsas suban alegremente mientras los intereses italianos se instalan en valores insostenibles y se acercan a valores de no retorno, cuando por lo mismo con Grecia se montó una buena el año pasado, y Grecia tiene unos pocos bonos. Italia es uno de los cuatro mayores emisores de bonos del mundo. Yo lo achaco a que todo el mundo piensa que es algo tan gordo que lo tienen que solucionar sí o sí, pero considero que esa es una forma peligrosa de pensar. La complacencia en las presentes circunstancias puede dar lugar al pánico si algo sale mal.