Re: Me voy a Lisboa
Recuerdo que los primeros móviles que utilicé en Viena eran tamaño maleta, jajaja. También por razones profesionales. Vario años después se pusieron de moda más pequeños y los empezaron a fabricar de menor tamaño hasta tal punto que sin gafas ni veía las teclas. Guardo un Siemens minúsculo en plan souvenir, que no hace ni fotos ni falta que le hace.
Ahora con los Ipads nos estamos volviendo un poco majaretas. Va a llegar el día que exijamos a un móvil hacernos la comida, lavarnos el pelo o sacar a pasear al chucho.
Mi padre hace ya meses que tomó la decisión de no tener móvil. "Quien quiera llamarme -dice- que me localice en casa, y si no estoy que vuelva a llamar".
Cierto es que esta sociedad de consumo, exagerado consumismo las más de las veces, nos ha ido creando necesidades, unas más y otras menos prácticas.
El móvil ha facilitado la comunicación y localización rápida entre profesionales, creo que más de uno debe darle las gracias al aparatito, ya que ha aportado muchas oportunidades laborales. Pero como siempre todo lo bueno tiene su parte negativa (y viceversa) y creo que hemos perdido cierta intimidad y algo de libertad a la hora de llamar y ser llamados.
Ya que el móvil no entiende de intimidad, no tiene el mínimo pudor y lo mismo te suena en el baño, que en la cama, que en la Iglesia. Vale para éso está el modo "silencio".
Pero luego te ves de alguna manera "oblgado" a llamar a quien pretendía ser tu interlocutor y casi casi disculparte por no haber atendido a su llamada.
Por todo ello y por mucho más que ahora no puedo contarte porque tengo que ir a alimentar a los míos, te doy la razón absolutamente Ankaser. Si pudiera, creo que podría llegar a poder si me empeñara, aparcaría mis móviles y haría como mi padre: "Quien quiera hablarme que me llame a casa..."
Cuéntame un secreto... ¿cómo haces para ir por la calle sin móvil? ¿qué se siente? ¿Libertad? ;-) (Es broma)
Un saludo y ¡buen finde!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.