Los gastos fijos que indicas (alquiler, crédito, coche, colegio) suman 940 euros al mes, pero seguro que hay más.
Toma todas las facturas de suministros (agua, gas, luz, teléfono fijo, móvil, seguro del coche…) y calcula cuanto has gastado el último año, divídelo por 12 y súmale un 5%. Tendrás una idea aproximada del gasto mensual. Súmalo a los 940.
Calcula todos los gastos pequeños y recurrentes, que a veces son una auténtica sangría sin saberlo. ¿Desayunas cada día en el bar o te llevas el bocata de casa? Si comes en el trabajo, tú o tu marido, ¿os lleváis la comida o tiráis de menú? Desayunar o comer cada día fuera de casa puede suponer un gasto de unos 200 euros al mes por persona.
Dices que vives en el área metropolitana de Barcelona. ¿Utilizáis el coche para todo u os movéis en transporte público? El transporte público puede resultar mucho más barato (multas, aparcamiento, gasolina…).
Analiza los hábitos de consumo. ¿En que tipo de tiendas compras? ¿Vas a comprar con una lista, o vas llenando el carro con lo que te parece? Comprar en unas tiendas u otras puede suponer un ahorro importante, así como planificar bien la compra. Calcula cuanto gastas al mes en comida y productos de la casa.
Paga siempre en efectivo, ya que de esta manera eres mucho más consciente del gasto realizado. Si tienes que usar la tarjeta de crédito NUNCA utilices la financiación, siempre haz el pago total a final de mes, aunque esto implique algún sacrificio. La financiación del crédito puede convertirse en una bola de nieve imposible de parar. Ten siempre muy presente que las tarjetas de crédito pueden ser una trampa mortal si se usan de forma inconsciente.
Si quieres empezar a salirte de ésta has de analizar tu situación muy bien. Hazte un presupuesto mensual y cúmplelo al pie de la letra con un control estricto del gasto.
En el presupuesto incluye la media de gastos fijos mensuales, más una cantidad para la compra (comida, productos para la casa…), y una cantidad fija para otros gastos no recurrentes (ropa, libros para el cole, peluquería, etc…). Los gastos SIEMPRE han de ser inferiores a los ingresos.
Cada mes, cuando cobréis, resta los gastos de los ingresos. El sobrante (ahorro) ingrésalo en una cuenta que no tenga asociada ninguna tarjeta y que no sean de fácil acceso (por ejemplo una cuenta en ING o iBanesto). Y no lo toques si no es absolutamente imprescindible. Es igual si la cantidad es pequeña (10 euros, 50 o 100), lo importante es iniciar el hábito del ahorro. Recuerda el refrán: Un grano no hace granero pero ayuda a su compañero.
Del presupuesto mensual separa los gastos fijos (alquiler, facturas suministros, colegio...) y déjalo en la cuenta donde tengas domiciliado los recibos. Ten en cuenta que hemos hecho una media, con lo que un mes, a lo mejor, te vienen 200 euros de recibos y al siguiente 400.
El dinero para comida y gastos diversos divídelo en cuatro semanas. Es más fácil manejar un presupuesto semanal que mensual. Si una semana gastas menos de lo presupuestado guarda el dinero en una cajita, bote o donde quieras (será tu ahorro semanal), si la semana siguiente necesitas más dinero tómalo de esta cajita. Si no tienes dinero en el bote es una señal que algo va mal y tienes que frenar o recortar en algún sitio. Si a final de mes queda dinero en el bote, ingrésalo en la cuenta de ahorro.
Evidentemente también necesitas algunas “alegrías” y gastar dinero en caprichos o algún que otro placer, pero los primeros meses te recomiendo disciplina espartana hasta que no aprendas a manejar el dinero, luego te darás cuenta que, si lo administras bien, alcanza para todo.
Un saludo y perdona el tostón.