Re: Prohibir.
Disculpa, no he entendido bien tu mensaje. Estoy un poco espesa hoy ¿ me lo puedes explicar como si tuviera cinco años?
Disculpa, no he entendido bien tu mensaje. Estoy un poco espesa hoy ¿ me lo puedes explicar como si tuviera cinco años?
Si obviamos que el término está enunciado tan insultamente simple y genérico,pero con tanto calado y sujeto a interpretaciones tan abiertas como que podamos decir todo, sin decir nada, me gustaría explicar que la LIBERTAD (individual)con la que tantos se llenan la boca para justificarlo todo, en los países más desarrollados, los llamados libertarios o anarquistas de medio pelo, son los que reclaman y justifican la intervención estatal haciendola más necesaria.
La libertad no es la ausencia de normas y el dejar hacer lo que se quiera, sino que la libertad es algo por lo que hay que pelear, trabajar y esforzarse, con normas autoimpuestas como necesarias.
Constitución Española
Artículo 1.
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
La libertad supuestamente para los "libertarios anarquistas" es una especie de Estado de naturaleza primigenio que nunca ha existido y que sólo existe en su imaginación.
La libertad necesita de algo llamado Contrato Social, pero es mejor individualmente reclamar todo derechos y ninguna obligación o deber (prohibir):
http://es.wikipedia.org/wiki/Contrato_social
Una realidad muy reciente en Francia, un pais muy cercano y en la que España está condenada, a aprender de sus fracasos, APRENDER y EDUCACION, palabras clave.
Escibe Vargas Llosa hablando sobre las revueltas francesas:
Prohibido prohibir el lema de la generación del 68.
El eslogan de Mayo del 68 extendió al concepto de autoridad su partida de defunción y legitimó la idea de que toda autoridad es sospechosa. No destruyó el Estado, pero sí la educación
En esos días terminaba yo de leer uno de los amenos y sofísticos ensayos de Michel Foucault en el que, con su brillantez habitual, el filósofo francés sostenía que, al igual que la sexualidad, la psiquiatría, la religión, la justicia y el lenguaje, la enseñanza había sido siempre, en el mundo occidental, una de esas "estructuras de poder" erigidas para reprimir y domesticar al cuerpo social, instalando sutiles pero muy eficaces formas de sometimiento y enajenación a fin de garantizar la perpetuación de los privilegios y el control del poder de los grupos sociales dominantes. Bueno, pues, por lo menos en el campo de la enseñanza, a partir de 1968 la autoridad castradora de los instintos libertarios de los jóvenes había volado en pedazos. Pero, a juzgar por aquel documental, que hubiera podido ser filmado en otros muchos lugares de Francia y de toda Europa, el desplome y desprestigio de la idea misma del docente y la docencia -y, en última instancia, de cualquier forma de autoridad-, no parecía haber traído la liberación creativa del espíritu juvenil, sino, más bien, convertido a los colegios así liberados en el mejor de los casos, en instituciones caóticas, y, en el peor, en pequeñas satrapías de matones y precoces delincuentes.
Es evidente que Mayo del 68 no acabó con la "autoridad", que ya venía sufriendo hacía tiempo un proceso de debilitamiento generalizado en todos los órdenes, desde el político hasta el cultural, sobre todo en el campo de la educación. Pero la revolución de los niños bien, la flor y nata de las clases burguesas y privilegiadas de Francia, quienes fueron los protagonistas de aquel divertido carnaval que proclamó como eslogan del movimiento "¡Prohibido prohibir!", extendió al concepto de autoridad su partida de defunción. Y dio legitimidad y glamour a la idea de que toda autoridad es sospechosa, perniciosa y deleznable y que el ideal libertario más noble es desconocerla, negarla y destruirla. El poder no se vio afectado en lo más mínimo con este desplante simbólico de los jóvenes rebeldes que, sin saberlo la inmensa mayoría de ellos, llevaron a las barricadas los ideales iconoclastas de pensadores como Foucault. Baste recordar que en las primeras elecciones celebradas en Francia después de Mayo del 68, la derecha gaullista obtuvo una rotunda victoria.
Pero la autoridad, en el sentido romano de auctoritas, no de poder sino, como define en su tercera acepción el Diccionario de la RAE, de "prestigio y crédito que reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia", no volvió a levantar cabeza. Desde entonces, tanto en Europa como en buena parte del resto del mundo, son prácticamente inexistentes las figuras políticas y culturales que ejercen aquel magisterio, moral e intelectual al mismo tiempo, de la "autoridad" clásica y que encarnaban a nivel popular los maestros, palabra que entonces sonaba tan bien porque se asociaba al saber y al idealismo. En ningún campo ha sido esto tan catastrófico para la cultura como en el de la educación. El maestro, despojado de credibilidad y autoridad, convertido en muchos casos en representante del poder represivo, es decir, en el enemigo al que, para alcanzar la libertad y la dignidad humana, había que resistir, e, incluso, abatir, no sólo perdió la confianza y el respeto sin los cuales era prácticamente imposible que cumpliera eficazmente su función de educador -de transmisor tanto de valores como de conocimientos- ante sus alumnos, sino de los propios padres de familia y de filósofos revolucionarios que, a la manera del autor de Vigilar y castigar, personificaron en él uno de esos siniestros instrumentos de los que -al igual que los guardianes de las cárceles y los psiquiatras de los manicomios- se vale el establecimiento para embridar el espíritu crítico y la sana rebeldía de niños y adolescentes.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Prohibido/prohibir/elpepuopi/20090726elpepiopi_12/Tes
Un saludo
Según wikipedia, el que inventen ellos es una frase de Miguel de Unamuno que surgió en polémica con José Ortega y Gasset,sobre la europeización de España o la españolización de Europa
Entonces, comulgo más con Ortega y Gasset. Y como él dijo:
"Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. Solo cabe progresar cuando se piensa en grande."!!!
Sería curioso saber qué llevó a promulgar estas normas.
Quiero suponer que en algún momento tendrían algún sentido.
Saludos
En la Roma antigua se usaba el orín en las lavanderías `para blanquear las ropas.
Estos comercios tenían tinajaS al efecto "abiertas al público"
Del olor de la ropa al recogerla mejor no hablar.
Saludos
r
Nuestros amigos anarquistas y aquellos liberales llegan a correr de la mano en una curiosa paradoja. Como se ha apuntado algo más arriba regresan al "prohibido prohibir" del mayo del 68 aunque sea por motivos muy dispares y para justificar su apego al asunto en cuestión el argumento no es sino arremeter contra otros modelos culturales.
Está claro que en un espacio como el nuestro no sienta bien a algunos que la Ley venga a interrumpir décadas o siglos de "tradiciones" por brutales que sean y de ahí que toquen las trompetas de la libertad pero esas trompetas desconocen por quien son sopladas o tañidas (depende de la pericia del músico en cuestión). Solo emiten sonidos que serán agradables a unos y molestos a otros. Como siempre.
En general acabaremos doblegando el espinazo (todos) al aliento de la mayoría sea esta cual sea pues la tiranía de las masas es el modelo que hemos elegido para gobernarnos.
Sin duda en EEUU tuvieron en su día algún razonable motivo para prohibir que se pudiera pegar a las mujeres pero algún capullo consiguió que esa norma no se aplicara los domingos (por decir algo que ofende no solo al sentido común sino a la más elemental ética o moral cristiana - según lo que gaste cada cual). En España asistiremos a una paulatina desaparición del toreo y el SEPRONA tendrá que resolver las corridas ilegales que seguirán haciéndose en cortijos y fincas por los amantes de esa brutal "fiesta" de burla, sangre, arpones, lanzas, espadas y muerte. Para esos furtivos yo recomendaría directamente la cárcel como ya ocurre con las peleas de perros o gallos.
A no ser que a alguien se le calienten los cascos y lo suba a Europa donde actuarán con menos contemplaciones este asunto no ha hecho sino comenzar.
Saludos,
Veo pues dos modelos.
1- Los que necesitan que el estado diga lo que está mal y lo que está bien. Fundamentado en el "bien" de la humanidad, de la sociedad, de la civilización y todo eso. Y las personas a seguir esas directrices, sin plantearselas, porque ya han pensado por nosotros.
2- Los que piensan que el estado lo que debe hacer es Educar y preparar a la gente, de tal forma que sepan actuar por si solos y respetando al otro en base a esa educación adquirida.
Por lo visto la opción 1 es mas facil. Gobernar un pueblo idiota es mas sencillo para el gobernante y para el gobernado, que se ahorra pensar.