Me parece magnífico que no estés de acuerdo. Siempre he dicho que la inversión en fondos indexados tiene todo el sentido del mundo para la inmensa mayoría.
No merece la pena en estos casos, por tanto, intentar explicar qué son los instrumentos de cobertura de duración, y cómo usándolos se pueden tener fondos más rentables consistentemente que el índice, incluso con mayor calidad crediticia que éste.
O que las obligaciones a 15 años indexadas a la inflación del Reino de España (S&P: BBB+), por ejemplo, son "floating rate notes", y que ni son coporrativas ni de baja calidad.
O en qué consiste la estructra de deuda de las empresas o gobiernos de alta calidad crediticia y cómo, moviéndose por ella, se pueden generar retornos recurrentes sustanciosos que convierten la fluctuacion del activo en el mercado secundario en un añadido; o que este tipo de inversión no se considera high-yield, precisamente por la calidad crediticia de los emisores.
O cómo en un mismo fondo pueden coexistir un 20 % de bonos AAA con un 20% de bonos BB o menos, que el 30 % del conjunto de la cartera tenga un vencimiento superior a 20 años y que la mayor parte del rendimiento venga de las posiciones cortas en lo que queda en medio.
Y, como no merece la pena, no lo haré.