Asturias es uno de los mejores ejemplos de la involución industrial, la política de subsidios y prejubilaciones y el terror fiscal, obtenido tras lustros de gobiernos socialistas y acción sindical. En breve la puntilla la pondrá Arcelor, donde se han parado líneas completas y el apagado de uno de los hornos puede pasar de estar encima de la mesa a ser realidad mañana mismo. Pero no pasa nada, Barbón, sus intrépidos asesores y su entrañable Adrianina, que seguro que acaba echando una mano (al cuello), lo tienen todo controlado.
El mercado inmobiliario destruido, las viviendas turísticas capadas, no se puede poner ni un puto chiringuito en la playa al estilo islas griegas. Los hórreos a conservar y nada de convertirlos en vivienda, los presupuestos de la paguina social pasando de 5 millones en 2007 a 200 millones o algo así este año. Si plantas cuatro manzanos en el prao de la güela, a darte de alta de autónomo, y así un largo etc.
El líder sindical más respetado robando a manos llenas toda su vida y declarando a última hora que el dinero que tien lo ganó la madre en el chigre de mierda que regentaba y alegando síndrome confusional.
Eso sí, cuando se vayan acabando las prejubilaciones de Hunosa y si hay recortes no se pueden dar tantas paguinas y tanto cuento a ver qué haces para mantener los votos de todas esas cuencas deprimidas y arruinadas por tus ancestros, barbonín.
La gente con pasta de Asturias evidentemente están empadronados en Madrid. Más para huir hay que seguir rascándose el bolsillo, pues el peaje del Huerna se mantiene y se actualiza para gozo de todos los viajeros y transportistas. El complemento perfecto es una variante del AVE abandonada desde hace años tras una inversión faraónica iniciada hace 20 años y un aeropuerto a tomar por culo de casi todos los sitios porque como hay niebla, para despegar con cuidado dijo Franco que a Ranón, y hasta hoy.
No hay mal que cien años dure ni hijoputa que lo resista