Otro tipo de empresas en Cobas...
Pues podría ser, no seré yo quien diga lo contrario. Hay argumentos a favor y argumentos en contra.
Argumentos en contra: El fondo se ha quedado más atrás que el culo y no tiene pinta de mejorar. Los resultados están ahí y son una basura. Inapelable.
Argumentos a favor:
El mercado es una casa de locos o, mejor dicho, un rebaño de cabras buscando un pastor. Por poner un ejemplo, ahora mismo TGP tiene una cotización patética aunque ha presentado unos resultados muy buenos ¿El motivo? El sector naviero, como tampoco el de la energía, no está de moda. Así, sin más.
A mí el sector que realmente me da aversión es el tecnológico. Toda empresa que tenga fábricas en China, PARA MÍ (opinión particular) huele a cuerno quemado. No por la empresa, que puede ser genial, como Apple, sino porque está en territorio enemigo en medio de una guerra ¿Puede darle tiempo a la empresa a largarse hacia Vietnam o la India mientras marean la perdiz? Podría ser, ahora mismo los chinos están socavando pacieeeeeeeeeeentemente el poderío anglosajón sometiendo a sus países aliados o satélites (España es una pieza en liza, ojo, y sus agentes están en el gobierno), pero igual se les va la mano (con Hong Kong o con Taiwán, por ejemplo) y ponen a EE.UU. en una situación límite donde la única posibilidad es darse leña ¿Qué pasará? No se puede saber.
¿Es culpa de Paramés? No. Él hace lo que ha hecho toda su vida (quizás más relajadamente, puede ser, cosa que no me gusta nada de nada), pero si la FED y demás bancos centrales se dedican a dar patadas hacia delante premiando a las empresas que se endeudan... Ante eso, esperar que los zombies se coman entre ellos. En parte es comprensible, ya que EE. UU. no puede arriesgarse a un recesión sin que China le sople en el cogote. Por otro lado, China también tiene sus burbujas (y gordas, lo que pasa es que no nos enteramos) y EE.UU. también está esperando a que exploten. Están ambos en un juego de a ver quién aguanta más.
Con más, con menos acierto, es lo que está haciendo también Don Alvarito. El punto está en que al guiarse por números, fríos y objetivos, anulamos la intuición, pero a largo plazo, es lo que se impone.