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Re: Cobas AM: Nueva Gestora de Francisco García Paramés
Las quitas son “pan para hoy hambre para mañana”. Estás poniéndote barreras a ti mismo para poder volver a financiarte en el futuro.
Pero sería igual de populista criticar las quitas cuando eres Estados Unidos y no necesitas quitas porque tú tienes la moneda de referencia mundial, imprimes toda la moneda que quieras para repagarte tus propias deudas.
Es cierto que la fortaleza de una moneda no cae del cielo y a veces trae consigo años de trabajo y esfuerzo que convierten a un país en una verdadera fuente de riqueza, que es lo que respalda la moneda. Pero no es tan sencillo. La fortaleza económica de un país no se debe exclusivamente al carácter innato de sus gentes.
Si lo vemos con perspectiva, la antigua Roma era lo que hoy es Estados Unidos. ¿Te imaginas que hubiera pasado si le viene un cacique germano a plantearle a un refinado senador romano una quita de 100 millones de sestercios? “Ya están otra vez los vagos y bárbaros de los germanos pidiendo que les paguemos la fiesta”. Y dos mil años después la situación se invierte, y los bárbaros y vagos somos los del sur.
A veces salir de determinadas dinámicas seculares es muy difícil sin reestructuraciones de deuda. Si no fuera así, no existirían las leyes concursales en el mundo.
Es verdad que todo proceso de reestructuración de deuda debe ser supervisado por el paganini (en este caso Alemania). Evidentemente el que paga tiene que velar porque ese dinero se gaste donde se tiene que gastar. Y los “hombres de negro” no dejan de ser los administradores concursales, absolutamente necesarios en todo proceso de reestructuración de deuda. Y eso es lo que nuestras clases populistas de izquierdas no quieren aceptar. Ahí está el verdadero problema.
Pero sería igual de populista criticar las quitas cuando eres Estados Unidos y no necesitas quitas porque tú tienes la moneda de referencia mundial, imprimes toda la moneda que quieras para repagarte tus propias deudas.
Es cierto que la fortaleza de una moneda no cae del cielo y a veces trae consigo años de trabajo y esfuerzo que convierten a un país en una verdadera fuente de riqueza, que es lo que respalda la moneda. Pero no es tan sencillo. La fortaleza económica de un país no se debe exclusivamente al carácter innato de sus gentes.
Si lo vemos con perspectiva, la antigua Roma era lo que hoy es Estados Unidos. ¿Te imaginas que hubiera pasado si le viene un cacique germano a plantearle a un refinado senador romano una quita de 100 millones de sestercios? “Ya están otra vez los vagos y bárbaros de los germanos pidiendo que les paguemos la fiesta”. Y dos mil años después la situación se invierte, y los bárbaros y vagos somos los del sur.
A veces salir de determinadas dinámicas seculares es muy difícil sin reestructuraciones de deuda. Si no fuera así, no existirían las leyes concursales en el mundo.
Es verdad que todo proceso de reestructuración de deuda debe ser supervisado por el paganini (en este caso Alemania). Evidentemente el que paga tiene que velar porque ese dinero se gaste donde se tiene que gastar. Y los “hombres de negro” no dejan de ser los administradores concursales, absolutamente necesarios en todo proceso de reestructuración de deuda. Y eso es lo que nuestras clases populistas de izquierdas no quieren aceptar. Ahí está el verdadero problema.