Los planes de pensiones me convencen entre cero y nada. Muy susceptibles de ser objeto de demagogia populista en el contexto del agotamiento del modelo público de pensiones. En la situación socio-política de este país y la clase dirigente que de ella emana, les veo más riesgo que a un bogavante en la sede de UGT.
Pero de lo que hablamos, ya que sus planes ya están ahí y no los puede reembolsar. Yo no veo esa jugada de los índices ahora, es decir, creo que no es momento para esa rotación, más bien de la contraria para los que ahora estén indexados. Dese cuenta de que comprar un índice "caro" tiene peor remedio que comprar un fondo activo "caro", ya que este último puede tener margen para rotar cartera, pero en el índice uno se tiene que comer inerme la corrección -o la lateralidad-, sin más opción que la paciencia. En tendencia alcista, deme un índice; en bajista, un fondo activo. Y confiar en que esta década que viene -que nos pondrá a los dos cerca de los cincuenta, cosa relevante de cara a que el largo plazo cada vez va a ser más medio- va a ser alcista en índices me parece que es mucho confiar.
Yo, para estos años que vienen, confío en nuestros value. Al menos hasta mitad de década, tres o cuatro años más. A partir de ahí, si la cosa revirtió a la media y hemos hecho dinero, pues seguramente vaya pasando plusvalías a la indexación. En caso contrario, pues se analizará cuando llegue el momento, aunque seguramente también me vaya a un Vanguard SP500, aunque con otra metodología de aportaciones.
En fin, creo que ahora toca exprimir esta teta. La de los value, claro.