El asunto es qué cantidad será la que los humanos estén dispuestos a otorgar a esta invención a nivel de capitalización.
Uno puede pensar que alcanzará un 1% del valor global del oro, otro que el 10%, etc.
El motor de la especulación actual es el deseo de codiciarlo por unos porque va a valer mucho más y el de otros de soltarlo y hacer profit por si se pierde el interés con el tiempo.
Esta gran especulación deja el carácter de valor refugio digital en un segundo plano. Un tipo compra lingotes o diamantes porque piensa que mantienen su valor frente a la inflación y en general frente a la devaluación del papel moneda, pero no piensa que el oro puede hacer x5 en un año, o un x0.20.
En teoría los finalistas de los ojos rojos según comentaba el experto, incluyéndose él, solo quieren acumular sin parar y no vender nada porque están convencidos de que será el bien más preciado del mundo, el vehículo de reserva de valor e intercambio definitivo. No conocía esta corriente, aunque cada uno se sorprende menos cada vez.
Se imagina una fase de inestabilidad de nuestra estrella con una fulguración solar que genere un campo electromagnético que nos funda los plomos? Jodidos estamos, pero los que tienen oro o un ejemplar de las nueve puertas del reino de las sombras parece que están menos pulverizados que un señor con un wallet digital con 100 Bitcoin.
Por supuesto las transacciones con Bitcoin intentarán ser gravadas por el fisco de todo el mundo, aunque se podrán realizar operaciones sumergidas como con el oro o cualquier otro activo, aunque siempre puedes tener al gran ojo apuntando la jugada, como le paso a Botín con un Picasso en su yate.
En fin, la humanidad es extraordinaria. A mi nunca me interesó el oro ni creo que acabe con los ojos rojos, salvo que me pase con el whisky una noche de verano, pero al menos ahora tengo un cierto respeto por el fenómeno cripto.