Me autocito:
Si los "otros", los progres, los que no me gustan son todavía peores que los "míos", entonces me tapo la nariz y miro para otro lado cuando los que me hacen tilín se lo llevan calentatito, bien aprovechándose del sector público o bien pervirtiendo instuticiones privadas. ¿Es eso lo que quieres decir? No lo creo.
Evidentemente me equivoqué. Es lo que usted quería decir:
20000 leuros. Solo ver como han colocado al poeta? al frente del instituto Cervantes…
Desconozco la formación de Unión editorial y el resto pero vamos me acuerdo de los inicios de Prisa…
una cosa no quita la otra aunque esperar un nivel ético y una honradez acrisolada habiendo humanos por medio…
¿Ve o no ve las racionalizaciones y justificaciones de comportamientos inaceptables vengan de donde vengan?
Sobre los 20000 leuros (21000 para ser más exactos). Lo más grave no es la cantidad, aunque si a usted le parece una dádiva sin importancia le paso encantado un número de cuenta para que me realice un ingreso por ese importe. Tampoco creo que le viniera nada mal a un Rallo de 28 años cuyo único empleo era el de profesor a tiempo parcial (en la Rey Juan Carlos, por cierto, esa universidad de pureza prístina).
En 2012 la Comunidad de Madrid le otorga a Rallo el premio “Julián Marías” al mejor investigador menor de 40 años en la categoría de Humanidades, premio que se concede a los agraciados en reconocimiento a “la calidad y excelencia del trabajo científico y de investigación desarrollado en los inicios de su carrera investigadora”
Hay un pequeño problema. No es que le falte calidad o excelencia a su trabajo. No es eso, es que ni siquiera existe tal trabajo científico y de investigación (y sigue sin haberlo hoy en día, 9 años después). Como divulgador sí y en mi opinión de los mejores, como investigador no. La excepción a la nada más absoluta es un único paper, uno solo, en colaboración con otros 2 autores que le publicaron en prácticamente la peor revista imaginable (clasificación: 300 de 302 revistas indexadas en Economía):
Quizás el problema no es Rallo, sino que el premio fuera siempre una farsa. No parece el caso. Ese mismo año en la categoría de Ciencias se lo llevó Diego Córdoba. Este matemático de Princeton sí tenía y tiene una carrera investigadora a sus espaldas (más de 30 artículos en las mejores revistas en ese momento) y de las más prestigiosas. Sólo una muestra:
A lo mejor el problema estaba en los aspirantes que competían por el premio con Rallo. Tampoco es el caso. Entre ellos competía Jesús Fernández-Villaverde, de nuevo un profesor en una universidad de la Ivy League (como Diego Córdoba) y liberal (no libertario):
Aun con esto y con todo, tal vez los miembros del jurado tuvieron en consideración cuestiones distintas al ejercicio de la más pura y dura arbitrariedad con dinero público. Nunca lo sabremos, pues la Consejería de Educación y Empleo de Lucía Figar no facilitó en ningún momento su composición.
De todos modos, los tiros no apuntan por ahí. El premio “Miguel Catalán” a mayores de 40 se le dio a otro economista “amigo”, Juan Velarde, y éste no se cortó un pelo en agradecer sus 42000 euretes (sí, el doble que a Rallo) a quien correspondía:
la Comunidad de Madrid es ejemplar en muchos sentidos desde que se encuentra al frente Doña Esperanza Aguirre
Un jurado desconocido, una labor investigadora inexistente y dinero de todos los madrileños para economistas de la “causa”. Por la sagrada causa de la meritocracia, el trabajo duro (Bastos, otro que tal baila) y la insobornable libertad frente al estado opresor; a tragar con los tejemanejes que hagan falta mientras los progres saquen todavía más tajada.
¿No sería mejor meter dejar las diferencias a un lado a este respecto y evitar que proliferen los cucos, independientemente de su plumaje azul, rojo, verde, morado o a colorines?