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Re: Cobas AM: Nueva Gestora de Francisco García Paramés
aparte de lo que comentáis de mantener 2 gamas de productos, creo que lo que quieren los gobiernos es lo mismo que han hecho tantas veces: que el coste lo paguen otros. Me recuerda a la norma para poner ascensor en edificios antiguos: el gobierno cambia la norma, el coste se lo chupan los vecinos y el del bajo y el 1º se lo pagan a los que lo van a usar de los últimos pisos, y luego, a lo mejor, dan alguna subvención parcial si hay presupuesto 5 años después.
Lo que está pasando por ejemplo en Noruega, seguramente donde mayor porcentaje hay ya de coches eléctricos, y donde se subvenciona ampliamente la compra del coche eléctrico -ayudas, exención de impuestos en la compra, de impuesto de circulación, de peajes en las autopistas, de tasas de aparcamiento en el centro de las ciudades, aparte de que el combustible (la electricidad) paga mucho menos impuestos que la gasolina/gasóleo- es inviable cuando el coche eléctrico alcance una cuota significativa por el agujero que supone para las arcas públicas.
Así que lo que se pretende en el resto de Europa es empujar -con prohibiciones de circulación y multas a las automovilísticas por las emisiones- a que los fabricantes compriman sus ya escasos márgenes e incluso entren en pérdidas, para que disminuya el precio del coche eléctrico respecto al convencional y así sea más atractivo para el ciudadano la compra y se minimice el coste para la Hacienda pública.
Con lo cual el desastre para el sector viene más bien impulsado por la actitud de los gobiernos, salvo que vean que hay un peligro inminente de cierre de fábricas en el sector y pérdida masiva de trabajos en uno de los pocos sectores de calidad de empleo que quedan en Europa.
Lo que está pasando por ejemplo en Noruega, seguramente donde mayor porcentaje hay ya de coches eléctricos, y donde se subvenciona ampliamente la compra del coche eléctrico -ayudas, exención de impuestos en la compra, de impuesto de circulación, de peajes en las autopistas, de tasas de aparcamiento en el centro de las ciudades, aparte de que el combustible (la electricidad) paga mucho menos impuestos que la gasolina/gasóleo- es inviable cuando el coche eléctrico alcance una cuota significativa por el agujero que supone para las arcas públicas.
Así que lo que se pretende en el resto de Europa es empujar -con prohibiciones de circulación y multas a las automovilísticas por las emisiones- a que los fabricantes compriman sus ya escasos márgenes e incluso entren en pérdidas, para que disminuya el precio del coche eléctrico respecto al convencional y así sea más atractivo para el ciudadano la compra y se minimice el coste para la Hacienda pública.
Con lo cual el desastre para el sector viene más bien impulsado por la actitud de los gobiernos, salvo que vean que hay un peligro inminente de cierre de fábricas en el sector y pérdida masiva de trabajos en uno de los pocos sectores de calidad de empleo que quedan en Europa.