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Re: Cobas AM: Nueva Gestora de Francisco García Paramés
En la Carta triemstral de Azvalor, pagina 6, exponen su opinión acerca de Consol (CEIX):
https://www.azvalor.com/wp-content/uploads/2020/01/carta-trimestral-4t2019-azvalor-asset-management-1.pdf
"Consol Energy restó 4,6% de rendimiento a la cartera internacional. La industria del carbón térmico ha tenido un comportamiento bajista en 2019, en línea con la caída de los precios de realización del commodity en los mercados de exportación. La narrativa predominante induce a pensar en un futuro desalentador para el carbón, con una tendencia hacia el gas natural como sustituto con menor contenido de carbono y cotizando, a su vez, a precios deprimidos. Pero los datos ofrecidos por la AIE señalan que la producción de carbón en 2019 se mantuvo estable respecto a 2018, en 5.450 Mtce, impulsada por el fuerte crecimiento tanto de la India como del sudeste asiático, y se espera que tenga un crecimiento positivo en 2020. Según la multinacional Glencore, el carbón representa un 26% del suministro de energía primaria mundial en la actualidad, cifra que podría descender en su peso porcentual hasta un 22% en 2030, mientras que el volumen en términos absolutos de carbón seguirá creciendo a medida que los niveles de demanda de energía totales aumenten. Es cierto que las energías renovables serán una parte importante y creciente del mix de generación, pero trabajarán junto con la generación de energía térmica derivada del carbón, por su condición de energía de base (baseload), con la garantía de ser una energía sin intermitencias. Y aunque se están desarrollando soluciones novedosas de baterías para almacenar la generación renovable, estas están todavía muy lejos de ser productivas; según Mark Mills, del Manhattan Institute, la producción anual de la Gigafactory de Tesla solo produciría “tres minutos de la demanda anual de electricidad de los Estados Unidos”. También según Mills, 200.000$ de baterías, con un peso superior a 10.000 kilos, almacenarían tanta energía como un barril de petróleo. Así pues, guiándonos por los datos que dictan la ciencia y la física y, ante la ausencia de inversión de capital en el sector (los costes de capital para la financiación de nuevos proyectos de carbón superan al 30%), pensamos que el carbón sufrirá un déficit de producción. Lo anterior dará lugar, a su vez, al próximo ciclo alcista para el que Consol Energy es una de las compañías mejor posicionadas. La compañía tiene los mejores márgenes unitarios de entre todos los productores estadounidenses. Además, la estrategia conservadora de ventas de Consol le protege ante la volatilidad de precios ya que casi toda su producción del 2020 y parte de la del 2021 está vendida por adelantado a precios elevados. Esto debería ayudar a la compañía a capear el descenso cíclico y continuar desapalancando oportunamente su balance a través de programas de recompra selectiva de instrumentos de crédito en manos de vendedores forzosos, algunos de los cuales ya no pueden tener carbón debido a las preocupaciones en materia de ESG. Se trata de una transferencia de valor de facto de un tipo de inversor (los vendedores forzados) a otro, compradores pacientes como Azvalor, que aborda la inversión sin prejuicios y siempre con el universo que determina la legalidad, más que la corrección política. "
https://www.azvalor.com/wp-content/uploads/2020/01/carta-trimestral-4t2019-azvalor-asset-management-1.pdf
"Consol Energy restó 4,6% de rendimiento a la cartera internacional. La industria del carbón térmico ha tenido un comportamiento bajista en 2019, en línea con la caída de los precios de realización del commodity en los mercados de exportación. La narrativa predominante induce a pensar en un futuro desalentador para el carbón, con una tendencia hacia el gas natural como sustituto con menor contenido de carbono y cotizando, a su vez, a precios deprimidos. Pero los datos ofrecidos por la AIE señalan que la producción de carbón en 2019 se mantuvo estable respecto a 2018, en 5.450 Mtce, impulsada por el fuerte crecimiento tanto de la India como del sudeste asiático, y se espera que tenga un crecimiento positivo en 2020. Según la multinacional Glencore, el carbón representa un 26% del suministro de energía primaria mundial en la actualidad, cifra que podría descender en su peso porcentual hasta un 22% en 2030, mientras que el volumen en términos absolutos de carbón seguirá creciendo a medida que los niveles de demanda de energía totales aumenten. Es cierto que las energías renovables serán una parte importante y creciente del mix de generación, pero trabajarán junto con la generación de energía térmica derivada del carbón, por su condición de energía de base (baseload), con la garantía de ser una energía sin intermitencias. Y aunque se están desarrollando soluciones novedosas de baterías para almacenar la generación renovable, estas están todavía muy lejos de ser productivas; según Mark Mills, del Manhattan Institute, la producción anual de la Gigafactory de Tesla solo produciría “tres minutos de la demanda anual de electricidad de los Estados Unidos”. También según Mills, 200.000$ de baterías, con un peso superior a 10.000 kilos, almacenarían tanta energía como un barril de petróleo. Así pues, guiándonos por los datos que dictan la ciencia y la física y, ante la ausencia de inversión de capital en el sector (los costes de capital para la financiación de nuevos proyectos de carbón superan al 30%), pensamos que el carbón sufrirá un déficit de producción. Lo anterior dará lugar, a su vez, al próximo ciclo alcista para el que Consol Energy es una de las compañías mejor posicionadas. La compañía tiene los mejores márgenes unitarios de entre todos los productores estadounidenses. Además, la estrategia conservadora de ventas de Consol le protege ante la volatilidad de precios ya que casi toda su producción del 2020 y parte de la del 2021 está vendida por adelantado a precios elevados. Esto debería ayudar a la compañía a capear el descenso cíclico y continuar desapalancando oportunamente su balance a través de programas de recompra selectiva de instrumentos de crédito en manos de vendedores forzosos, algunos de los cuales ya no pueden tener carbón debido a las preocupaciones en materia de ESG. Se trata de una transferencia de valor de facto de un tipo de inversor (los vendedores forzados) a otro, compradores pacientes como Azvalor, que aborda la inversión sin prejuicios y siempre con el universo que determina la legalidad, más que la corrección política. "