Estamos en una época de transición pasando de un entorno de baja inflación y bajas tasas de interés a un panorama económico y financiero considerablemente diferente. Por tanto, habrá incertidumbre y volatilidad en 2023 en la renta fija hasta que el mercado se estabilice. Además, dada la previsibilidad de una recesión económica global con distinto alcance en Europa y USA, conviene ser muy selectivos tanto en los fondos como en las estrategias.
Ante este escenario, has optado por una cartera de fondos indexados con distintas duraciones, grado de inversión y tipología tratando de abarcar la mayor parte de abanico.
1.- Fondo global (25%):
- Deuda global de corta duración (Vanguard Global Short-Term Bond). Fondo indexado con una duración de 3 años, investment grade (AA), 47% USA, 31% Europa y más del 60% en deuda pública.
2.- Renta fija corporativa (50%):
2.1 Deuda privada global de corta duración con calificación investment grade (25%):
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Vanguard Global Short-Term Corporate Bond fondo indexado con una duración de 3 años de investment grade (A-), 55% Usa, 35% Europa.
2.2 Renta fija corporativa largo plazo (24%): Después, incorporas dos fondos globales de deuda corporativa investment grade (24%) uno para USA y otro para Europa.
- Vanguard U.S. Investment Grade Credit
- Vanguard Euro Investment Grade Bond.
3.-Renta fija pública de largo plazo (12%): Por otra parte, agregas dos fondos de deuda pública con idéntico peso. Uno de Europa y otro para USA: Vanguard Euro Government Bond y Vanguard Euro Government Bond con una duración de 6 y 7 años.
4.- Complementas tu cartera con un fondo de renta fija de bonos ligados a la inflación (6,5%) y de mercados emergentes (principalmente deuda pública) con otro 7,5%.
Más o menos, esta es tu cartera de renta fija que se caracteriza principalmente por ser mayoritariamente deuda investment grade, sobreponderando la renta fija corporativa en detrimento de la deuda pública, con mayoría de bonos a corto plazo y con cierta inclinación hacia Estados Unidos.
Ahora bien, nos preguntas sobre si el peso de la cartera es adecuado y, en su caso, si sería más oportuno acudir a un fondo de renta fija flexible donde el gestor, en función de las circunstancias del mercado, pueda rotar en duración, calidad crediticia, región, tipo, etc… Sobre la última pregunta, es una cuestión muy personal: indexarse u optar por la gestión activa.
Respecto a la primera de las preguntas, dependerá de tu perfil de riesgo, horizonte de inversión y situación financiera. En principio, dada tu clara apuesta por la deuda de alta calidad, intuyo tienes un perfil conservador.
Como antes he mencionado, prácticamente la totalidad de tu cartera está invertida en deuda de alta calidad y, ante un periodo de debilidad económica, invertir en investment grade en estos niveles ofrece una ecuación riesgo/recompensa bastante atractiva y prudente. Por tanto, en mi humilde opinión, me parece acertado posicionar el grueso de tu inversión en alta calidad crediticia.
En un entorno de recesión, como escenario más probable de cara a 2023, es predecible que la deuda pública de tu cartera tenga un buen comportamiento como "refugio seguro" (dicho en términos coloquiales porque en el mundo de la inversión no hay seguridad de nada).
Además, aumentando el riesgo, añades una pequeña posición en un fondo de mercados emergentes para intentar arañar alguna prima adicional respecto al crédito de USA.
La mayoría de tus bonos investment grade son de corta duración; por tanto, menos volátiles y con una valoración muy atractiva. No obstante, están justo en el límite de 3 años: Los fondos Vanguard Short-Term, que tienes en cartera (Global y Corporate) y representan el 50% de tu inversión, tienen una duración de 3,1 y 2,7 aproximadamente y el resto de fondos Vanguard son superiores a cinco años. Salta un escalón. No tienes en cartera fondos de corta o muy corta duración (ej: dos años) y otros de media-duración (3 a 5 años). Pasas de corta duración (pero en el tramo alto de 3 años) a larga duración. Esto significa que la duración media de tu cartera sea elevada para el contexto actual. Personalmente, según la coyuntura del mercado, estaría más cómodo con menores duraciones. Llegará el momento de aumentar la duración, pero personalmente me gustaría ver señales más convincentes de una desaceleración de la inflación mundial antes de subir la duración.
La diversificación que realizas entre USA y Europa me parece acertada porque existen riesgos a ambos lados del Atlántico. La balanza de tu cartera se inclina un poco más hacia USA. Sin embargo, los diferenciales de crédito se han ampliado más en Europa que en EE.UU. como consecuencia de la guerra en Ucrania, la mayor sensibilidad a la crisis energética y la elevada preocupación por el crecimiento. Los fundamentales de las empresas europeas siguen siendo sólidos ofrecen en este momento un buen valor, especialmente en relación con EE.UU., y compensan a los inversores por unas perspectivas de crecimiento más débiles.
Los fondos que has seleccionado no tienen posiciones en high yield ni deuda subordinada. Supongo que es algo buscado; no obstante, dentro de una cartera diversificada como la que estás montando a medio-largo plazo, también hay buenas oportunidades aumentando el perfil de riesgo de la cartera.
Como mero apunte, la cartera que has formado, dado el contexto macroeconómico incierto y la probable recesión, debería sobreponderarse sectores defensivos en detrimento de otros en el corto plazo (ojo, solo en el corto). ¿cúal es el riesgo? Probablemente, ante una recesión, determinadas empresas no podrán pagar el cupón; no obstante, en tu caso, dado que apuestas por compañías de alta calidad (y se presumen con balances saneados) y además, como inviertes en fondos indexados con miles de de bonos, en tu caso el riesgo es muy bajo.