sí, es una pena. Hubo unos años en que el número de mujeres estudiando ingenierías subió, pero luego volvió a hundirse hasta ese 25% que cita esta profesora.
El tema es que, junto a algún chiringuito más serio -yo conozco alguna ingeniera que va a institutos a animar a las chicas a que estudien ingenierías, pero claro, es un movimiento financiado por millonarios de Silicon Valley- están los chiringuitos de las Irenas y demás políticas que lo único que hacen es malear a las pocas profesionales que hay.
Conozco alguna, brillantísima, nº 1 de su promoción y que estuvo en alguna de las mejores universidades de EE.UU, que volvió a España para tener familia y criarla y se dedica a vivir de esos chiringuitos públicos, porque queda muy bien, con cargos de asesora, directora e incluso consejera de alguna empresa del Ibex, para cumplir con la cuota. Le han otorgado ya no-sé-cuantísimos-premios, cuando lo cierto es que lleva más de 10 años sin hacer nada útil.