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Ciu ...principio del fin...

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#1193

Re: Ciu ...principio del fin...

La Vanguardia esta atemorizada con la CUP. "Mas a sus consellers: ¿me estáis pidiendo elecciones?". Marius Carol grita 'sííí'. "CDC va con el paso cambiado y en las reuniones secretas con los cuperos sólo ceden sin conseguir el objetivo de asegurar que Mas repita". Vamos, que están haciendo el primo. "Las gentes de orden de CDC poco menos que convertidas en antisistema", como damitas de buena sociedad perdiendo su virtud. "Cada vez son más los que creen que en marzo volveremos a ser convocados a las urnas. Sería un acto de hombre razonable a fin de que diez parlamentarios anticapitalistas no acaben marcando las reglas del juego". A ver si las vuelve a marcar el conde de Godó, que lo hace de bien. Lo que nos estamos riendo con la ideica de Junts Pel Sí, chicos. La criatura va por ahí sin control declarando independencias, desconexiones varias, desobediencias a todo quisqui. Ideal para recibir apoyo extranjero.

#1195

Re: Ciu ...principio del fin...

Ricardo Romero de Tejada Collado
Sociólogo y politólogo

http://blogs.publico.es/dominiopublico/14923/los-recientes-y-los-proximos-posibles-errores-de-las-fuerzas-politicas-en-catalunya-1/

Tras la constitución del nuevo Parlament este lunes, 26 de octubre, los errores pueden ser más decisivos que los aciertos en las primeras semanas de una legislatura que promete extraordinarios acontecimientos. No en vano va a ser la primera vez en su historia que la cámara catalana hará una declaración solemne de inicio de un proceso de independencia de la República catalana.

El Partido Popular empeñado en pegarse tiros al pie

No se pude negar al Partido Popular fidelidad a sus principios en lo que atañe a Cataluña. Sus dirigentes, coherentes con el ideario de su fundador y sus ancestros, excelentes y firmes representantes de la España de los castillos (atinada metáfora de Jaime Miquel en su La perestroika de Felipe VI) y que en su día se opusieron al Título VIII de la Constitución, aprovecharon la reforma del Estatut (2006) para hacerse notar y matar dos pájaros a la vez. Cargárselo tras sus manejos en el Constitucional y desgastar electoralmente a Zapatero y a su gobierno socialista. De aquellos polvos, estos lodos. En Catalunya, la independencia empezó a dejar de ser una mera hipótesis de futuro incierto, un imperativo hipotético, para comenzar a ser una utopía posible, un imperativo categórico, la única solución de futuro. En nueve años, el determinismo ideológico del Partido Popular, en última instancia siempre confiado en las soluciones a cañonazos (ahí está el aviso de que “se ha acabado la broma”, de un inspiradísimo García Albiol), ha logrado que el independentismo sea ampliamente transversal y que esté a punto de poner rumbo formalmente hacia la independencia.

Ese descomunal error estratégico de la derecha española es consecuencia directa de su código genético, un ADN reacio a convivir con el siglo XXI y en el contexto de la Unión Europea. Con todo, y sin olvidar los más recientes desaciertos previos al 27-S, lo peor aún puede estar por llegar, arruinando definitivamente cualquier empeño de concordia, juntos o separados.

Por qué fracasó la campaña del miedo

La campaña del 27-S, la más larga que se recuerda en unas autonómicas en Cataluña y la más documentada y sazonada con editoriales de prensa, artículos de opinión, noticias varias y encuestas, tuvo en el Partido Popular su protagonista más acerado y beligerante, al tiempo que el más contradictorio en su estrategia. Durante años ha mantenido contra viento y marea que la independencia de Catalunya es imposible porque la Constitución Española la impide; y esta legalidad en modo alguno están dispuestos a cambiarla. Sus coqueteos con una eventual reforma constitucional han sido sistemáticamente desmentidos a las pocas horas o días al ritmo de las circunstancias, y siempre negando que su alcance pudiera satisfacer en ningún caso a los soberanistas. De vez en cuando, también se lanzaban desde algunos de sus dirigentes y cargos ministeriales advertencias en el sentido que si Catalunya se independizara sufriría un sinnúmero de desventuras, entre ellas las de una absoluta marginación internacional. Con todo, la evidente contradicción entre los dos argumentos esgrimidos alcanzaría su apogeo en los últimos tramos de la campaña; con dos momento estelares, varias declaraciones de financieros y grandes empresarios y unas manifestaciones internacionales de doble filo, siempre en un contexto que situaba por encima de todo la legalidad constitucional, irreversiblemente pactada y renovada por las formaciones políticas del bipartidismo. Primero, la entrevista radiofónica a Mariano Rajoy que le puso en evidencia porque la nacionalidad española constitucionalmente no se pierde salvo por voluntad propia, y por ello no puede excluirse a nadie de su condición y derechos europeos. Días después, nada menos que el ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España, García-Margallo, debatía en televisión, obteniendo un gran éxito de audiencia, con el líder republicano e independentista, Oriol Junqueras, sin lograr demostrar ni convencer que una eventual independencia unilateral sería contraria a la legislación internacional y que conllevaría la expulsión de Catalunya de la Unión Europea y del euro; más bien al revés. El propio debate, civilizado y democrático, ofrecía una lectura: la independencia de Catalunya sí era posible, fuera o no constitucionalmente ilegal a la manera española…

Pero hubo más. Un documento del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, trucado (y retirado después) en su versión española con textos añadidos (que no figuraban en la versión oficial en inglés) y que contradecían la postura del PP y del Gobierno respecto a la cuestión catalana. Un boomerang, sin duda. Otro más, el pronóstico del Gobernador del Banco de España de la huída de la banca y un corralito en Cataluña si vencía el independentismo, dos efectos simultáneos contradictorios entre sí, que tuvo que rectificar al día siguiente. Las amenazas, así se vivieron, de la patronal bancaria y de algunos grandes empresarios, añadieron más credibilidad a la hipótesis independentista porque movía a risa la imagen de dirigentes económicos dispuestos a perder negocios para dejar los vacios a terceros. Detrás de todo, la gente común adivinaba la larga y torpe mano del Gobierno central. Nada que ver con Escocia y el Reino Unido.

La dimensión internacional del proceso soberanista se engrandeció cuando, a petición de Mariano Rajoy, varios líderes mundiales se pronunciaron a favor de la unidad española (Cameron, Obama, Merkel, Sarkozy), realzando la voz de los que, en silencio, no secundaron al Gobierno español: todo el resto de dirigentes de los Estados europeos… De este modo y en realidad, se reforzaba el carácter plebiscitario y democrático de las elecciones en el ámbito doméstico y ante el mundo. El discurso del Partido Popular se hizo añicos y quedó sin argumentos. Y los independentistas ganaron la mayoría absoluta parlamentaria. Una clave añadida para comprender el fracaso de la campaña del miedo la proporcionaba una encuesta de Metroscopia publicada pocos días antes. De los datos se desprendía que el 90% de los partidarios de la secesión quieren la independencia de Catalunya aunque suponga quedarse fuera de la Unión Europea y del euro, a pesar de su indudable europeísmo… Atentos a las señales.

Los (posibles) próximos errores del PP pueden producirse muy pronto. Las candidaturas independentistas podrían aprovechar la primera sesión del nuevo Parlament para una Declaración solemne de inicio del proceso de independencia. O esperar a tener presidente de la Generalitat y gobierno. En el segundo supuesto, igual Mariano Rajoy se libra de la patata caliente; aunque siga siendo la victoria del PP la hipótesis más probable, puede que dependa del apoyo de otra fuerza política y si esto es así pedirán la cabeza de su líder actual. Después del 20-D, a saber…

Pero si la Declaración independentista se produce en la primera semana de noviembre como algunos pronostican, a Rajoy le tocará recurrirla al Tribunal Constitucional. Si se limita a esta acción, se habrá ganado tiempo para hacer política. Si decide intervenir la Autonomía de Cataluña (o aplicar, antes, al mismo tiempo o después, la ley de Reforma del Tribunal Constitucional), el Gobierno abrirá la caja de los truenos. Ya lo han advertido, si se obstaculiza el proceso, la Declaración Unilateral de Independencia será inmediata y con todas las consecuencias. Entre los independentistas se dan por seguro movilizaciones sociales masivas hasta conseguir sus objetivos, según se desprende del estudio prospectivo analizado en “27-S, Cataluña decide su futuro” (publicado en Público). En la Europa del siglo XXI, sin fronteras, no es fácil imponer la represión de un movimiento social de estas características sin hacer saltar por los aires todo el orden institucional.

Otra frente abierto es la persecución judicial emprendida por el gobierno de Mariano Rajoy contra el president Mas y dos de sus consejeras por el proceso participativo del 9 de Noviembre, con presiones al Fiscal General del Estado (que acabó dimitiendo) y sobre los fiscales catalanes que se opusieron al primer intento para que asumieran querellas. Las protestas gubernamentales defendiéndose de las acusaciones de intromisión en la independencia de la justicia añaden más madera (la del cinismo) al fuego y convierten en inútiles sus alegatos cuando denuncian los apoyos que los imputados han recibido en la calle al ir a declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, con la movilización de cientos de alcaldes y una multitud de varios miles de personas. Algunos sostienen que es la misma Justicia que invalidó el Estatut (aprobado por las Cortes Españolas y con referéndum en Catalunya) y que no ha querido anular el juicio que sentenció a Companys y que le llevó ante un pelotón de fusilamiento del ejército franquista; esta Justicia está en la picota del descrédito.

Sería deseable que los responsables del desaguisado tomaran buena nota de las señales, los avisos para navegantes, que transmiten estos apoyos del 13 y del 15 de octubre ante el TSJC, y que no olviden las que ya empezaron a ser atronadoras en julio de 2010, cuando se conoció aquella sentencia del TC. Si una sentencia, dictada a partir de una lectura esclerótica de la Constitución del 78, desató tal vendaval, con manifestaciones masivas en las Diadas y que ha desembocado en dos millones de votos secesionistas, qué se puede esperar que pase si inhabilitan al president Mas y la Guardia Civil le obliga a abandonar su despacho o lo detiene (o intervienen la Autonomía y envían a casa a gobernantes y diputados elegidos en las urnas). Con Europa mirando y las fotografías y las crónicas en las primeras páginas de todos los periódicos… Claro que a lo mejor, cuando tengamos sentencia, Mas ya no es el President.

El Partido Popular se ha metido en un lío; eso sí, muy coherente con su ideología profunda. Si los tribunales finalmente renuncian al juicio o sentencian la absolución, el Partido Popular habrá hecho un ridículo espantoso. Si tal cosa sucede, sobre todo antes de las elecciones generales del 20 de diciembre, Mariano Rajoy lo pasará mal. Si por el contrario, la sentencia es de culpabilidad (y si Mas sigue siendo en aquel momento president de la Generalitat) y se quiere hacer cumplir escrupulosamente con su inhabilitación y destitución, la cadena de acontecimientos que vendrán a continuación son previsibles. En el plano político, la candidatura que respalda a Mas ya ha advertido que los obstáculos al proceso establecido en su hoja de ruta tendrán una respuesta inmediata, precipitar una Declaración unilateral de Independencia. En el plano social, bien sea porque Mas no acata la sentencia y se emplea la fuerza, bien sea porque se interviene la Autonomía aplicando el artículo 155 de la Constitución (con el que un día amenaza un ministro – el de Justicia – para ser desmentido al siguiente por otro – el de Interior), la contestación ciudadana estará servida.

#1196

Re: Ciu ...principio del fin...

Solfan ves por qué te digo luego que les haces perder el iempo y el espacio a tus colegas en este foro.

Esas historias que nos traes aquí ya las sabemos de memoria, sobre todo las que dicen que el PP es el culpable de aquellos polvos que han traído estos lodos a Cataluña. Pero el problema actual catalán es (como ya has dicho en otro hilo) que en CDC se están devorando entre ellos mismos, Sigue ese hilo, investidga, tráenos novedades en ese sentido y deja libres otros hilos para los demás, leche.

Venga, vamos, ánimo

S2

#1197

Re: Ciu ...principio del fin...

Me has contestado a mi en vez de a Solfam creo.

En relación a lo que dices sobre que se están devorando ellos mismos. No estoy de acuerdo. No estoy de acuerdo porque la declaración de soberanía tiene el pleno soporte de la cúpula de Convergencia.

Esos consellers en breve dejarán de serlo... y no es extraño que veamos aparecer declaraciones contrarias... de los que ya no están mamando de la teta pública y han sido apartados a la cuneta. Después de la entrada de tanto independiente...no hay sitio pasa todos

Convergencia está en un proceso de cambios lógico en este nuevo ciclo y a partir de ahora todos sus integrantes tendrán que ser plenamente independentistas.

Hay que ver que ganas que tenéis...a que todo salga mal...pues tendréis que esperaros todavía al menos dos meses más ...para ver como acaba. S2

#1198

Re: Ciu ...principio del fin...

Hola, Serra

Sí, creía que ese panfleto lo había traído aquí Solfan y por eso me he dirigido a él. Será por las ganas que tengo de que nos deje más espacio libre y no sea tan acaparador. Pero reconozco que Solfan (al que le pido excusas), a pesar de su ideología trae aquí, aunque repetitivos, “otra clase de escritos.

Y ahora, vamos al turrón:

“El Gobierno de Mariano Rajoy o el Tribunal Constitucional no son los únicos rivales de Artur Mas en su camino para declarar la independencia de Cataluña. El presidente de la Generalitat se está encontrando con serias resistencias dentro de su propio partido para aplicar la hoja de ruta independentista que esta semana ha acordado con la izquierda anticapitalista de la CUP. Media docena de sus consejeros le expresaron en la reunión del Gobierno del pasado martes importantes reticencias ante la propuesta de resolución que Mas ha pactado con la CUP para proclamar la república catalana y hacer caso omiso a las leyes españolas.
Los consejeros críticos creen que el Gobierno catalán y Convergència no pueden dejarse arrastrar hacia los postulados de la CUP, un partido que aboga no solo por la independencia unilateral sino también por salir de la Unión Europea, del Euro y que se declara abiertamente anticapitalista. Consejeros como el de Economía, Andreu Mas-Colell, expresaron en la reunión del gobierno del pasado martes su preocupación por el acuerdo con la CUP según ha informado hoy La Vanguardia.
Además de Mas-Colell, fue el consejero de Interior, Jordi Jané, quien se mostró también contrario al contenido de la resolución, críticas a las que se sumó el consejero de Territorio, Santi Vila, que hizo constar su desacuerdo con algunos aspectos del primer discurso pronunciado por Carme Forcadell ante el pleno del Parlament tras ser elegida presidenta de la cámara, intervención que concluyó con un "Viva la república catalana".

La consejera de Enseñanza, Irene Rigau, y el titular de Empresa, Felip Puig, advirtieron de que carecía de sentido acordar con la CUP una resolución que recoge en buena medida los planteamientos de la izquierda independentista antisistema y no dejar atada la investidura de Mas, a la que se siguen oponiendo los diez diputados de la CUP. También el consejero de Justicia, Germà Gordó, se desmarcó de la resolución pactada entre Junts pel Sí y la CUP, mientras que la portavoz y vicepresidenta del Govern, Neus Munté, se abstuvo de intervenir.

Ante esta serie de intervenciones críticas, Mas alegó que una aproximación a la CUP era la única manera de poder formar Gobierno y dejar de tener un ejecutivo en funciones a la espera de un acuerdo de investidura.
Mas alertó de que un eventual fracaso negociador con la CUP sumiría a Cataluña en un periodo de interinidad de seis meses, hasta la convocatoria de unas nuevas elecciones en marzo forzadas por la imposibilidad de investir al presidente de la nueva legislatura: "Entonces, ¿qué me estáis pidiendo? ¿Que haya elecciones?", planteó el presidente de la Generalitat a sus consejeros.
http://www.lavanguardia.com/vida/20151029/54437553011/portada-la-vanguardia-30-de-octubre-2015.html

La discusión sobre la propuesta de resolución se hizo durante la reunión del Gobierno porque Artur Mas quiso evitarla en los órganos de decisión del partido. El presidente catalán decidió que la resolución solo se abordara en el comité de dirección del partido, un núcleo muy reducido que se reunió discretamente la noche del domingo y del que no forman parte la mayor parte de sus consejeros.

El comité de dirección de CDC avaló la propuesta de resolución sin voces críticas, según fuentes del partido, pero se ha descartado llevarlo a discusión o votación tanto en la Ejecutivo como en el Consejo Nacional, órganos mucho más amplios y de los que sí que forman parte los consejeros críticos. Los únicos consejeros que forman parte del comité de dirección son los más afines al presidente catalán: Francesc Homs (Presidencia), Neus Munté (vicepresidenta), Meritxell Borràs (Gobernación) e Irene Rigau (Enseñanza). Esta última no se quejó del acuerdo dentro del consejo de dirección del partido, aunque sí en la posterior reunión del Gobierno.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/10/30/catalunya/1446222829_490675.html

Saludos

#1199

Re: Ciu ...principio del fin...

CONVERGÈNCIA ES un partido en descomposición aunque sus protagonistas miren para otro lado. Con su presidente fundador, Jordi Pujol, perseguido por la justicia, las sedes embargadas, su tesorero entre rejas y un descenso de diputados en el Parlament que ha ido de los 62 del 2010, a los 50 del 2012, acabando con los 30 representados en la candidatura presentada junto a ERC, los problemas de imagen y prestigio se acumulan. A ello debemos sumarle el escepticismo de todos los que fueron diputados y de los que, todavía consellers, ven su futuro lejos tanto de un nuevo Govern como de la sede de la calle Còrsega. Para entender lo que está pasando en CDC hay que hacer algo de historia cercana. Siempre ha sido un partido de autor, o sea de líder único e indivisible, y que ha entendido la disciplina como un hecho patriótico. Como una forma de entender Cataluña y de servirla.Así se explica que todas las voces tímidamente disidentes con la dirección, o sea con el Pujol de antes, cayeran en desgracia casi de forma inmediata. Fue el caso de Miquel Roca o de Duran Lleida. También lo fue Artur Mas, pero la victoria del 2010 le salvo por los pelos. Entonces el fundador del partido pensó en su hijo Oriol Pujol como heredero del liderazgo político. Han pasado tantas cosas desde aquellos días que ahora parece que la primacía de Mas en CDC venga de muy, muy lejos.Los Convergents, como ahora se hacen llamar en un proceso de refundación, no han crecido a partir de la discusión política. Tanto es así que, a pesar de las voces contrarias a muchas de las decisiones impulsadas por su presidente, éstas se han mantenido con la boca cerrada. El paradigma es el siguiente: cuando atacas al partido, lo haces a Cataluña. No hay que ser muy despierto para entender que muchos de los silencios descarados sobre los negocios de los hijos de Pujol fueron provocados por esa rutina casi enfermiza.Ahora el escepticismo se ha apoderado de la mayoría de sus dirigentes. Una parte importante sigue sin aceptar que un partido que había demostrado inteligencia a la hora de negociar en Cataluña y en el resto de España, como fueron los pactos con Felipe González y José María Aznar, acuerdos prácticos y pragmáticos, un partido donde convergían el liberalismo más vetusto con la socialdemocracia más moderna, tenga que estar ahora negociando con una formación que se denomina a sí misma anticapitalista. Todo ello es algo completamente inconcebible en una formación que pretendió hace sólo cinco años formar «el gobierno de los mejores». Palabras del propio Artur Mas. Autonómicas de 2010.La vieja guardia pujolista está escondida o desaparecida. Los que no han desaparecido ahora son considerados masistas. Acompañan al presidente en funciones en todo lo que hace. Y una cosa tienen muy clara: sólo existe una posibilidad de futuro para la presidencia de la Generalitat en esta nueva legislatura y se llama Artur Mas. O es president o se convocan nuevas elecciones. Eso piensan.La rebelión de su gobierno relatada el viernes en una crónica de La Vanguardia que parecía de ficción para los que han seguido históricamente las informaciones de Convergència delataba dos cuestiones: la distancia que existe entre los hombres que han acompañado a Mas en su gabinete y el desconocimiento que tenían la mayoría sobre la resolución pactada entre Junts pel Sí y la CUP de ruptura con la legalidad vigente. Este alejamiento lo resumía el sénior de ese gobierno y el más respetable de todos, el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, con la exclamación: «Però, això què és?» (¿Pero, esto qué es?).Hay que recordar que aquella mañana se despertaban todos con los registros en diferentes domicilios o empresas de la familia Pujol. Una de ellas, para ser más exacto, era en el domicilio donde ha resido toda la vida Jordi Pujol, una residencia emblemática en la Barcelona política.Aunque el escrito de la resolución presentada en el Parlament había sido redactado hacía días por los equipos de Junts pel Sí y de la CUP y consensuada en la reunión secreta realizada el lunes, o sea el día antes, entre Mas y dirigentes de la CUP, lo cierto es que aquella mañana no parecía el día idóneo para su presentación en público. Todavía estaba caliente el discurso de la recién elegida presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Otro ejemplo más de la improvisación a la que se están viendo obligados los dirigentes de la nueva CDC. Según algunos miembros consultados de la dirección del partido venida a menos -son un total de 45- el ciclo Mas finaliza. ¿Quién liderará el siguiente si algo queda? Felip Puig y Germà Gordò, consellers de Empresa y Justicia, están bien situados entre lo antiguo y lo nuevo. Santi Vila, el conseller que mejor relación ha tenido con el Gobierno de España, en concreto con la ministra Ana Pastor, es la opción de los que querrían volver al catalanismo negociador. Ese tipo de perfil, de momento, se expone poco, pero la bolsa de dirigentes dispuesto a ello es elevado. «El votante convergente catalanista existe. Está ahí. Algunos se irán a Unió y hasta a Ciutadans, pero todos suspiran por volver al sentido común. Sienten ridículo que las decisiones de ahora las tome la CUP», asegura un ex conseller y diputado nacionalista hasta no hace mucho.Un temor de todos: llegar tarde. Que esta deriva no tenga una vuelta atrás.

#1200

Re: Ciu ...principio del fin...

Elegir entre el percudido de las camisas nuestras y de nuestros hijos o el percudir de los señores, esa respuesta es la que nos pudiera interesar...un abrazo...

Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen

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