La empresa de Juan Carlos Monedero ha vuelto a generar una intensa polémica en los últimos días, hasta el punto de que el número dos de Podemos se ha visto obligado a ofrecer explicaciones públicas sobre las cuentas de su sociedad.
La empresa en cuestión, Caja de Resistencia, se constituyó en octubre de 2013, poco antes del nacimiento oficial de Podemos. En ella, Juan Carlos Monedero figura como "administrador único" y "accionista mayoritario". Según consta en el Registro, se trata de una sociedad dedicada a realizar "estudios de mercado" y encuestas de opinión pública.
Las sospechas surgen al descubrir que ingresó más de 400.000 euros en sus dos primeros meses de existencia sin tener empleados a cargo, según adelantó en su día el Economista. Posteriormente, El Plural añadió que la empresa podría haber sido fundada para "importar cobros desde el extranjero".
Hasta ahora, se desconocía la procedencia de tales ingresos, pero, tras las últimas informaciones publicadas, el propio Monedero aclaró esa cuestión en una entrevista concedida a Público, diario amigo de Podemos, ya que es donde se emite el programa de La Tuerka.
Según explicó el pasado mates, Monedero cobró de golpe, justo en esos meses finales de 2013, un total de 425.150 euros de los gobiernos de Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Ecuador por trabajos de asesoría para implantar una moneda común y desarrollar la unidad financiera en Latinoamérica.
Preguntado por El País acerca de los detalles de los contratos, Monedero declinó mostrar los documentos y las facturas de sus servicios, apelando a estrictas cláusulas de confidencialidad con los Gobiernos. "Los informes estratégicos para instituciones no los puede ver nadie", argumentó, para, posteriormente, añadir que "no hay nadie más transparente que nosotros".
A falta de conocer el contenido de los contratos y el detalle de las cuentas de Caja de Resistencia, la cuestión es que la empresa ha levantado serias dudas fiscales entres los expertos consultados por este periódico. Cabe recordar que tributar esa cantidad a través de una sociedad conlleva la ventaja de pagar un tipo marginal máximo muy inferior (25%) al que correspondería a través de la figura del IRPF (52%) como persona física.
Por un lado, facturar servicios profesionales a través de una empresa, con o sin trabajadores a cargo, es perfectamente lícito, pero también es cierto que esta figura está siendo objeto de multitud de inspecciones por parte de Hacienda, ya que en ocasiones sirve de tapadera (sociedad pantalla) para el fraude de impuestos, tributando a través del Impuesto de Sociedades ingresos que corresponderían a IRPF.
Artistas, deportistas y numerosos profesionales han sido inspeccionados y sancionados por la Agencia Tributaria por constituir sociedades para facturar sus servicios como empresas con el único objetivo de evadir impuestos.
Las prácticas irregulares, en este caso, suelen consistir en que la persona en cuestión usa el dinero de la sociedad para cubrir gastos propios, imputándolos como gastos de la sociedad cuando, en realidad, son gastos personales del socio o administrador único. Así pues, la empresa sería, en el fondo, una ficción creada para pagar menos impuestos de los que correspondería, según explica Ignacio Ruiz Jarabo, presidente de Adecla, Asociación del Club del Asesor.
Otra fórmula habitual es que el socio se asigne una retribución o unos dividendos muy bajos, inferiores en todo caso al precio de mercado del servicio prestado. Por ejemplo, cuando la sociedad de un cantante famoso cobra 100.000 euros por un concierto, pero el artista sólo se asigna un sueldo de 10.000, cuya tributación es por IRPF, para pagar menos a Hacienda, según añade José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
Según Monedero, todo lo que ingresó por sus trabajos de asesoría lo empleó en financiar La Tuerka, con lo que no habría cobrado nada en concepto de sueldo o dividendo, siendo Sociedades la única tributación pertinente. Pero la cuestión clave en el caso de Caja de Resistencia es quién suscribió los contratos de consultoría -¿Monedero o la sociedad?- y cómo se retribuyeron. Según expertos de máxima solvencia en esta materia, la empresa de Monedero levanta, a priori, dos grandes dudas:
1. Los servicios de consultoría fueron prestados por Monedero hace tres años. Es decir, antes de crear la sociedad. Los servicios, por tanto, fueron prestados en concepto de persona física, no jurídica, y si, por entonces, Monedero era residente fiscal en España (más de medio año en el país), tendría que haber tributado ese dinero a través del IRPF (tipo máximo del 52%). ¿Quién firmó los contratos: Monedero o Caja de Resistencia?
2. Y, aún en el caso de que la empresa estuviera constituida en tiempo y forma, firmando los contratos y facturando correctamente a esos gobiernos latinoamericanos por los trabajos de consultoría, la sociedad tendría que haber asignado algún tipo de retribución a Monedero por la prestación de ese servicio profesional, a través de una operación vinculada. Algo que, al parecer, no habría ocurrido en Caja de Resistencia al hilo de las informaciones publicadas, lo cual suele generar sospechas de posible simulación a Hacienda, según añaden estas mismas fuentes.
Todos los fiscalistas consultados coinciden en que sería necesario comprobar los contratos originales de consultoría y las cuentas detalladas de ingresos y gastos de la sociedad para despejar las dudas que ha levantado la empresa de Monedero. De hecho, Hacienda ha levantado actas a muchos profesionales que contaban con sociedades de similar estructura y naturaleza por servir de tapadera para evadir impuestos, concluyen.