Aquella imagen de un sacerdote que sonreía "instantes antes de ser fusilado" por los diablos rojos el 13 de septiembre de 1936 en Siétamo (Huesca) se convirtió en una foto icónica de la Guerra Civil, el símbolo equivalente para la Iglesia de la del miliciano caído de Robert Capa. Se identificó al apuesto cura de pelo alborotado que encaraba la muerte sin miedo como Martín Martínez Pascual, se imprimió su foto en miles de estampitas, en portadas de libros, se firmaron reconstrucciones de su muerte y su historia llenó páginas y más páginas hagiográficas. Pero todo era un error.
Ni cura ni mártir de la guerra civil, era un miliciano comunista
La foto la había hecho el fotoperiodista alemán Hans Gutmann, que castellanizó su nombre como Juan Guzmán al llegar a España con las Brigadas Internacionales y fue autor de otras célebres instantáneas, como la de la miliciana María Ginesta. En 1986, la agencia EFE compró su archivo y en él apareció la imagen, iniciándose entonces su explosiva difusión. Identificado rápidamente como Martín Martínez Pascual, párroco fusilado a los 25 años y beatificado como mártir de la Guerra Civil el 1 de octubre de 1995. Pero algunas voces dudaron desde el principio de la datación y señalaron que Martínez Pascual había muerto en Valdealgorfa, Teruel, mientras que la foto estaba datada en Siétamo, Huesca.
'Live Souls', el libro recién publicado con imágenes nunca antes vistas tomadas por el voluntario inglés Alec Wainman, que antes he citado como fuente de las fotos que pongo aquí, lo aclara todo. En una de las fotografías que recoge se ve al mismo barbudo 36 días después en el sitio de Huesca, con mono de miliciano y cartuchera al cinto, conversando animadamente con sus compañeros que, por el lugar en el que se encuentran, debían ser milicianos del PSUC y de la centuria Thaelmann, compuesta por comunistas alemanes.
El falso cura martir
El auténtico miliciano comunista
Estampita del supuesto martir repartida por todo el mundo en inglés
Milicianas anarquistas contra el fascismo
Foto de Agustí Centelles
Combatientes antifascistas
Milicianos en el Paseo del Miradero (Toledo).Foto Vincent Doherty