Estoy totalmente de acuerdo en que jugamos contra-reloj. Y reconozco que estoy algo desorientado y no estoy seguro de qué es lo más aconsejable.
Imaginemos este calendario aproximado:
31 de agosto: legislación que permite cambios en los contratos de deuda subordinada y preferentes, muy holgada en cuanto al margen de maniobra del FROB y muy restrictiva en cuanto a las posibilidades de reclamar por esas decisiones.
20 de septiembre: resultados de las auditorias. Se le da a CX 10 días para hacer un plan de reestructuración. Hace dicho plan, en el que propone devolver a los titulares de preferentes y deuda subordinada un 85% de su inversión. Alegría relativa, posts en este foro diciendo que bueno, que dentro de lo que cabe...
30 de septiembre: el FROB dice que nanay, que todo el consejo de administración de CX a la calle y que van a proceder a una "resolución ordenada".
10 de octubre: dentro de la resolución ordenada, se da a los tenedores de deuda subordinada hasta el 25 de octubre para canjear su deuda por unos bonos a cinco años perdiendo el 50% de su capital. El que acepte renuncia a las acciones legales iniciadas o futuras. Surgen voces revolucionarias ¡no debemos aceptar! ¡nos han estafado! ¡todos a una!
30 de octubre: todo lo aprovechable de CX pasa al Santander (que hace firmar al FROB que no asumen ninguna responsabilidad por las demandas contra CX). Los activos tóxicos de CX pasan al "banco malo".
Si sucediera algo así, se podría mantener a efectos procesales un zombi que en caso de perder las demandas no tiene un céntimo para devolver.
Quienes hayan demandado a CX por vicios en el consentimiento, si ganan al cabo de un par de años, tendrán que ir contra el Estado por responsabilidad civil subsidiaria (que tendrán que demostrar también) pues no habrá dinero para que CX les pague... La situación patrimonial del Estado será cada vez peor, la justicia cada vez más lenta... Al no haber aceptado el canje estarán en un largo limbo jugándoselo todo a la carta de la justicia...
Quienes hayan aceptado el canje, al cabo de, por ejemplo, 3 años inmovilizado forzosamente y otros 2 con incentivos, recuperarían la mitad de su dinero del, por ejemplo, Banco de Santander.
Siento ponerme en el peor de los casos, pero lo hago para provocar una reflexión sobre lo que puede pasar en la vida real y entre todos dar ideas para saber que pasos se podrían seguir para mejorar las posibilidades prácticas de recuperar el dinero. Si fuera mi dinero, creo que optaría por la opción de la justicia y de no aceptar el canje, pues me sentiría "encima de cornudo apaleado" e iría a por todas, pero aconsejar a alguien que rechace pájaro en mano...
Sé que estoy adelantando acontecimientos y dibujando un escenario que probablemente (ojalá) no suceda. Además, toda la información y conocimientos que tengo sobre este asunto provienen fundamentalmente de este foro. Pero me gustaría que alguien que tenga más visión que yo, aportara algo en este sentido. ¿recomendaríais demandar YA? ¿es mejor esperar a la oferta de "canje voluntario" por si restringen el mismo para quienes hayan iniciado acciones legales?¿puede perjudicar iniciar estas acciones demasiado tarde?¿y demasiado pronto?