El consejo de tener siempre algo de liquidez es magnífico, a pesar de ser simple. Opino que nunca el futuro es tan prometedor como para no tener unas reservas, del mismo modo que nunca es tan peligroso como para no tener nada invertido. Ahora bien, lo de Ken Follet, si es el autor de bestsellers, chirría un poco, sobre todo si tenemos en cuenta que sus propias novelas están plagadas de errores históricos. En el desencadenamiento de la primera guerra mundial hubo, a mí parecer, bastantes políticos, al menos en el centro de Europa, que no fueron nada moderados. Para empezar el Kaiser, que deseaba la guerra para que el país se había preparado durante años, con la aquiescencia de buena parte de la población que veía la conflagración bélica como una experiencia que suele darse en la vida, aunque no sea estrictamente necesaria, como casarse y tener hijos. La garantía que le dio al Imperio Austrohúngaro de que estaría a su lado pasara lo pasara no fue algo prudente. El ultimátum que dio Austria a Serbia, sabiéndose amparada por el primo de Zumosol, no fue, ni mucho menos, moderado. Francia y Gran Bretaña sí lo fueron bastante, aunque no soy neutral, pues siento predilección por los países occidentales. Incluso Rusia, a pesar del trasnochado régimen zarista, hizo lo que tenía que hacer, saliendo en defensa de sus hermanos eslavos (y también sus intereses, claro, en política internacional nunca hay santos). Las potencias centrales obraron locamente y acabaron pagando por su locura.Buenas noches.