Repartir culpas puede resultar satisfactorio, pero es un ejercicio poco útil. Yo siempre les digo a mis niños que lo que hacen falta no son culpables sino soluciones para arreglar los problemas y recetas que eviten que vuelvan a pasar una y otra vez.
A mí me da igual quien tiene más culpa, si los Álvarez o el banco. ¿Qué podemos hacer para que el sistema funcione mejor?
Claramente el sistema está en España inclinado del lado de los bancos. Si los Álvarez pinchan se pueden quedar jodidos de por vida. Si el banco pincha lo arreglamos entre todos. Es incomprensible que en un préstamo hipotecario sobre un bien de alto valor y sobre todo de valor absolutamente conocido por el prestatario que lo tasa, en caso de impago el deudor tenga que responder con todos sus bienes presentes y futuros más los de su aval si lo tuviera.
El sistema americano es más razonable. El banco presta menos de lo que considera que vale la casa y en caso de impago se queda con ella. Y ese sería el final del problema de los imbéciles de los Álvarez. Se quedarían sin casa, pero no endeudados con el banco durante años.
¿Por qué es el sistema español como es? Para proteger a los bancos de sus propios errores, para que no pierdan nunca. Luego hay gente que se queda con las casas en subasta (o peor aún el propio banco) por una fracción de su valor, mientras la gente que ha perdido la casa sigue endeudada por muchos años por un bien que les ha sido arrebatado. Suena injusto ¿verdad?, pues lo es.
¿Por qué nos parece bien el sistema que tenemos? Porque somos gilis y tenemos la mejor banca del mundo, ¿no?
¿Cuánto costaría cambiar el sistema? Esencialmente nada. Es una ley. Inmediatamente los bancos pasarían a conceder créditos inferiores al valor real de la vivienda para no pillarse los dedos y magia potagia, inmediatamente las casas empezarían a bajar de precio para ajustarse a lo que la gente podría pagar.
Y si algún banco quiebra pues que quiebre. Anda que no hay bancos. En USA quiebran bancos todos los meses y menudo pedazo de economía que tienen. Es hasta saludable que los malos bancos quiebren.