esta noticia es como el pegamento para alguien que quiere montar un puzzle en una pared
podrá tener las piezas y montarlo en el suelo, o en una caja, pero para poder verlo le falta el pegamento que sujete esas piezas en la pared
pues aquí va el pegamento del puzzle de las isp TELECOMUNICACIONES europeas
OJO NO RECOMIENDO LEER SI ESTAS TUMBADO EN SOFA O CAMA. DEJAR PARA OTRO MOMENTO jijiji
Por el agujero que ha hecho Telefónica en Bruselas también cabe Yoigo.
César Alierta, junto a Angela Merkel, François Hollande y José Durao Barroso, en la reunión de la European Round Table del pasado mes de febrero.
Si quieres suscribirte a mi blog, para que te envíe un enlace cada vez que haya una entrada nueva, haz click aquí. Si quieres compartirlo, te ruego que reenvies el enlace en vez de copiar y enviar el texto. También estoy en twitter: mi nombre es @naciocastillo.
El monumento en Bruselas. Existe una novísima leyenda urbana que recorre los cuarteles generales de las telecos europeas: los propietarios y CEOs de las principales compañías con presencia en Europa -como Stephane Richard (Orange), Martin Bouygues (Bouygues Telecom), Vittorio Colao (Vodafone), Li Ka-Shing (Hutchison) o Jo Lunder (Vimpelcom), entre otros- han iniciado una cuestación para erigir un monumento en la Rue de la Loi de Bruselas (sede de la Comisión Europea) al equipo negociador que ha dirigido las conversaciones de Telefónica con el área de Competencia de la Comisión Europea que lidera el español Joaquín Almunia como comisario saliente.
Condiciones asequibles. La razón de ese monumento es que gracias al resultado de esa negociación -que todos los operadores consideran que establece unas condiciones muy asequibles- las fusiones entre compañías europeas de telecomunicaciones -las fusiones entre operadoras de un mismo país, que son las más útiles en términos de sinergias- van a ser previsiblemente mucho más fáciles. Lo cual va a permitir que los grupos europeos que queden tras el proceso de consolidación generalizado que probablemente se desencadenará en los próximos meses, tengan por un lado más escala, y mayor capitalización -lo que les hará más difíciles de ser comprados- y que trabajen en mercados con menor número de competidores, lo que contribuirá a que el ritmo de recorte de precios sea menor y las rentabilidades, mayores.
Y es que las negociaciones para aprobar el proceso de compra e integración de E-Plus, la filial de la holandesa KPN, que Telefónica compró en julio de 2013, van a tener el impacto de un terremoto en las telecomunicaciones europeas y desde luego, españolas.
Las condiciones pactadas. El acuerdo final, a falta de mayores detalles, establece que Telefónica debe ceder hasta un 30% (20%+10%) de su red a un operador móvil virtual, en un proceso modular que durará hasta 5 años. Este acuerdo no contempla la cesión de frecuencias, ya que se trata de un acuerdo mayorista bit-stream, por el que el virtual se conecta a la red de Telefónica, es decir, que no construye una infraestructura propia.Además, y es muy significativo, el acuerdo se establece en términos de precios comerciales y por tanto de acuerdo voluntario entre las partes, con precios por capacidad pero variables en función de la tecnología, lo que le permite a Telefónica cobrar más a los virtuales si éstos usan más la red, lo que equivale a monetizar el aumento del tráfico de datos. Nada que ver, por tanto, con el establecimiento de una oferta mayorista oficial, forzada por el regulador, como ocurrió en Austria hace dos años con la fusión de Hutchison y Orange.
Pero el acuerdo final con Bruselas incluirá, con toda seguridad, una cesión de frecuencias por parte de la nueva Telefónica en Alemania. Esa decisión es obvia si se tiene en cuenta que, con la integración de Telefónica Deutschland y de E-Plus, el grupo resultante tendrá una buena cantidad de frecuencias, bastantes más que sus rivales en las bandas de 1800 Mhz, 2100 Mhz y 2600 Mhz, como se aprecia en el cuadro.
Pero no todas las frecuencias son iguales (las más bajas valen mucho más que las altas) ni todas las de la misma frecuencia valen lo mismo, ya que las que caducan antes valen mucho menos. Eso es lo que pasa con una buena parte de las frecuencias de 1800 que disfrutará Telefónica+Eplus, que caducarán en diciembre de 2016, de forma que apenas servirán para un par de años tras la aprobación. Por tanto, como se aprecia en el cuadro, aunque parece que Telefónica tiene 70 Mhz más otros 20 Mhz, en realidad los primeros casi no le van a durar, porque en dos años caducarán y previsiblemente saldrán de nuevo al mercado.
Por tanto, parece lógico que las frecuencias de las que tendrá que desprenderse sean una parte de las de 2.100 y de las de 2.600 Mhz. Las frecuencias bajas, de 900 y de 800, las vitales, ni tocarlas. Además, en las de 800 tienen la misma cantidad que sus rivales y en las de 900 aún menos. Pero aún así, los términos de esta cesión de frecuencias altas son mucho más favorables de lo que podría esperarse hace unos meses. Telefónica tendrá que poner a disposición de terceros -tienen que ser nuevos entrantes- una parte de las que tienen, durante 18 meses. Si no viene nadie nuevo a comprarlas, y es difícil que venga alguien -¿quien se va a meter a construir nueva red en un mercado más consolidado para competir con tres gigantes como Telekom, Vodafone y Telefónica?- una vez que hayan pasado los 18 meses, la española podrá venderlas, que no cederlas, a Telekom y Vodafone, con lo que podrá financiar parte de la operación.
Y lo mismo pasa con las tiendas y las estaciones base, que también podrán ser vendidas. Teniendo en cuenta, además, que con la fusión de las dos operadoras, lo lógico es que sobren tiendas y antenas, la posibilidad de venderlas en vez de tener que cerrarlas y desmantelarlas, respectivamente, es aún más atractiva.
El acuerdo de Telefónica con la Comisión Europea es, por tanto, mucho mejor que el logrado por Hutchison en Austria hace dos años y también mejor que el de Hutchison en Irlanda hace menos de un mes. Hutchison, con un caso similar en Irlanda -se crea el segundo operador, pero también se pasa de un sector de 4 oferentes a sólo 3- tuvo que devolver frecuencias de 900, 1800 y 2100, mientras que Telefónica sólo se desprende -y vendiendo- las frecuencias más altas.
Las razones de un cambio drástico. ¿Y que ha pasado para que Joaquín Almunia, que en el pasado reciente reñía a las operadoras asegurando que la fragmentación del mercado europeo era su culpa, haya cambiado de opinión y acercado tanto sus posiciones a las de la industria?.
El clima político. El diario Financial Times aporta una tesis, según la cual ha habido un cambio en la postura de los políticos europeos de más peso. De liberalizar a ultranza en busca de rebajas de precios electoralistas, a pensar en los puestos de trabajo que se perderán si la industria europea cae en manos extracomunitarias y en la necesidad de invertir en redes avanzadas para que toda la economía digital no se retrase más respecto a EEUU, Japón y Corea. El punto de inflexión lo fija el Financial Times en una reunión de la European Round Table del 20 de febrero de este año a la que acudieron 16 altos directivos de compañías europeas, entre los que estaban, -flanqueando a Merkel- Alierta, Colao, Richard y Blok (KPN). En esa reunión, según el diario británico, Merkel advirtió a Barroso de las dificultades de las operadoras europeas y de que debían facilitarse las fusiones para ganar escala y capacidad de inversión, una opinión que contó con el apoyo de Hollande, aunque todo quedó en privado. Después de eso, el entonces candidato conservador a presidir la CE, Jean Claude Juncker, se descolgó el 16 de abril, con unas declaraciones públicas en la misma dirección. Y sorprendentemente, también lo hizo, pero ya en público, la propia Merkel, el 8 de mayo, algo que por lo inusual -que un jefe de Gobierno se posicione claramente ante un caso que aún está sub iúdice por parte de la Comisión- se convirtió en noticia de portada de los periódicos. Esta postura a favor de las fusiones ha sido, además, descarnadamente reiterada por el nuevo ministro de Economía francés, Arnaud Montebourg, que las considera necesarias para acabar con las guerras de precios "que están desangrando a las operadoras europeas".
La firmeza de Telefónica. Pero aunque el clima político había virado claramente y ahora empujaba a favor de las posiciones de las operadoras -lo que siempre ayuda-, en esta negociación, al parecer, también han existido otros factores. Y uno de ellos, según cuentan en Bruselas, ha sido la firme decisión de Telefónica de no ceder demasiado y de tensar la cuerda si era necesario. De hecho, en algún momento, el equipo negociador español llegó a plantarse y a plantear a Bruselas que estaba dispuesta a deshacer el acuerdo con KPN, lo que hubiera sido un durísimo golpe a su estrategia de consolidación internacional -y que además le habría costado 100 millones de euros en la indemnización prometida a KPN si se rompía el acuerdo-, antes que admitir -como sí hizo Hutchison en Irlanda- cualquier tipo de condición impuesta por Bruselas.Algo así como decirle "vale, yo me enfrentaré al castigo de los mercados por mi fracaso en la estrategia, pero tú vas a tener que explicarle a la opinión pública -y a Merkel- porque te cargas el proceso de consolidación europeo".
Telekom y Vodafone también ganan mucho. En este sentido y acerca de la postura de Merkel sobre este asunto, conviene reiterar la explicación acerca de los beneficiados de la fusión de E-Plus y Telefónica: la española es la primera beneficiada porque fortalece definitivamente su posición en el mayor mercado de Europa. Pero tan beneficioso como para Telefónica lo es para Deutsche Telekom (y para Vodafone), porque la reducción de la fricción competitiva y del churn (la pérdida de clientes) mejorará los márgenes de todos en el mercado germano. Y hasta es más importante para Deutsche Telekom que para la española, puesto que su exposición al mercado alemán -la cantidad de huevos en la cesta alemana- es mucho mayor, ya que su negocio alemán es de 23.000 millones de euros frente a los 8.600 millones que tendrá Telefónica tras la fusión.
Consecuencias en España. Y justificando ahora el título del post, los términos del acuerdo alemán crean un nuevo escenario en Europa, pero también en España. Hace unas semanas señalábamos aquí que una fusión de Jazztel y Yoigo era una alternativa posible. Una de las razones que dábamos para el Plan B, era que el riesgo regulatorio de una concentración de esa naturaleza era mucho menor que en una alternativa en la que Yoigo fuese comprada por Orange o Vodafone (o Movistar, que con la cuota que tiene actualmente no sería impensable).
TeliaSonera abortó en abril de 2013 la venta de Yoigo porque las ofertas de Vodafone y Orange no le convencían. Y no le convencían, sobre todo, no tanto por el precio, sino porque Vodafone y Orange estaban tan convencidos de que la CNC o Bruselas les iban a freir a tantas condiciones para aprobar la compra, que sus ofertas estaban llenas de condicionantes y rebajas en función de los remedies que le impusieran las autoridades de Competencia. Porque uno de los mayores temores de los dos potenciales compradores de Yoigo -y uno de los mayores motivos por los que no salió la operación- era que Bruselas acabase imponiendo la obligación de ofrecer una oferta mayorista, a precio regulado, para los operadores virtuales. Ahora, esa amenaza se despeja en Alemania, y cabe interpretar que también lo haría en España.
Ahora, las frecuencias de Yoigo valen más. Especialmente interesante es el hecho de que Telefónica no está obligada a devolver frecuencias al Estado -que lógicamente las volvería a poner en el mercado, por lo que Telefónica, si comprase una parte de ellas, las acabaría pagando dos veces- sino que las pueda vender. Eso hace mucho más interesante comprar Yoigo, porque sus 15 Mhz en 1800 Mhz y sus 15 en 2100 Mhz, adquieren, desde esa perspectiva, un valor nuevo y mucho más alto. Claro que no es lo mismo haber logrado las frecuencias de 2100 de Telefónica en Alemania por subasta -y pagando un pastón en las subastas del 2000 y del 2010- que haberlas logrado por concurso, como es el caso de Yoigo, tanto en las de 2100 Mhz del año 2000 como en las de 1800 Mhz del año 2011. La legitimidad para vender las frecuencias de Telefónica en Alemania es mayor que la de Yoigo en España.
Un nuevo escenario. La decisión de Bruselas respecto a Alemania abre un tiempo nuevo, probablemente lleno de fusiones en el sector -aunque paradójicamente hoy mismo Orange ha descartado comprar Bouygues Telecom en Francia- y ese clima puede afectar directamente a España ya que Telia puede tener ahora más incentivos para reanudar un proceso de venta de Yoigo, en la confianza de que las condiciones que le iban a imponer al comprador serían menores que en el pasado, o lo que es lo mismo, que la facilidad de la operación se incrementa considerablemente. En definitva, aunque las posibilidades de un Plan B (fusión de Jazztel y Yoigo) no han desaparecido, las de una compra de Yoigo por parte de uno de los tres grandes operadores móviles se han incrementado.