Peeeeeeeeeeeeeeeeero tienes varios problemas (y lo sabes … seguro) y normalmente solo puedes resolver alguno, no todos, dependerá de tu "espalda" y tu buen hacer:
Posibilidad 1 – Tu oficina va bien en general, crecéis, más o menos con sudor y ayuda llegáis a los presupuestos importantes que al final suelen ser tres, cuatro, o puede que hasta cinco:
• Depósitos
• Créditos+prestamos+descuento+leasing+ etc.
• Beneficios o margen, esto cada entidad “corta” la cuenta de resultados en un punto
• Y puede que el ratio de vinculación de los clientes (no sé como lo llamáis)
• Yo si fuese banco consideraría importante el número de clientes, al menos en las empresas no es lo mismo hacer el negocio con 300 clientes que con 3000, a mayor atomización, mayor calidad y fondo de soporte ante imprevistos.
Si en esto vas más o menos bien, la presión de tus jefes inmediatos de si no llegas al presupuesto de la campaña de las vajillas de porcelana, se puede soportar, o si no llegas al presupuesto de preferentes, etc.
Posibilidad 2 – Tu oficina va de pena en las tres o cuatro macro cifras anteriores, y el perro, perdón el adjunto al jefe superior inmediato llama cada día, (uno que suelen tener para que ladre, llame y haga el trabajo sucio) cuando no llama por dos veces para pedirte “que tal las vajillas” ……, con lo cual por excelente profesional que puedas ser, cosa que no dudo, la presión es de suponer que se aguanta peor y la “necesidad” de vender lo que sea a quien sea para sacarse al perro (perdón, me he que equivocado otra vez) al secretario del jefe de la oreja, acaba "fallando" en el perfil de los clientes destino de la coña de turno.
Posibilidad 3 – Que el tipo no sea capaz de aguantar ni media presión.
Posibilidad 4 – Que el tipo sea un trepa que le importe tres cominos el cliente, porque cuando lo que sea (el producto de turno) explote, él ya no estará allí, y el marrón para el siguiente.
(*) Esto del “perro” no sé si es verdad, pero me lo han comentado varios amigos bancarios que manifiestan en ocasiones que su director de zona tiene un caballero que le hace algo así como de secretario, que a menudo le pierden las formas, que suele ser un ex director de una oficina caída en desgracia, o un ex interventor al que o nunca le dieron la oportunidad de ser director o él no la aceptó (que se habrá creído no aceptar, tal vez piensa que es dueño de su vida a efectos laborales, que equivocado estaría cuando tuvo la osadía de decir que no, manifestando no sé que de su familia como si al banco o caja le pareciese relevante lo de la familia, el Banco Tal, S.A. tiene familia, creo que no, pues eso ……)