Frente a los prejuicios liberales la antropología pone de manifiesto dos descubrimientos fundamentales que veremos a lo largo del capítulo:
1) la inmutabilidad del ser humano como ser social;
2) la incrustación de la economía en relaciones sociales no económicas en todas las sociedades precapitalistas.
En caso de que pueda afirmarse algo acerca de la naturaleza del ser humano
es su ser social, y su dependencia para sobrevivir de instituciones que lo protejan y satisfagan las necesidades de la reproducción social, que han sido para todas las sociedades y en todas las épocas siempre las mismas.
Además, la actividad económica del individuo se encuentra siempre subordinada al conjunto de normas, de valores y de obligaciones que conforman el tejido cultural de la sociedad.
El sistema económico en todas las sociedades precapitalistas se encuentra siempre fusionado con otras relaciones sociales: lo económico se encuentra siempre integrado o incrustado [embedded] en relaciones sociales no económicas, de modo que no es posible reducir los vínculos sociales a vínculos económicos o mercantiles.
Por otro lado, Polanyi se ha ocupado también de la historia de los mercados y del comercio, siguiendo a autores como Herckscher o Pirenne, para hacer visibles las supersticiones del enfoque neoclásico al respecto. El resultado es que hay una diferencia esencial entre los mercados de las sociedades precapitalistas y el mercado autorregulador, y no puede establecerse ningún tipo de continuidad entre ellos. Los mercados siempre han ocupado un lugar secundario y subordinado en la vida económica, y jamás ha existido una sociedad en la que sea el mercado haya desempeñado las funciones económicas principales.
Al contrario, los mercados han estado siempre bajo el control de las autoridades y sometidos a una infinidad de restricciones y reglamentaciones.
Además puede encontrarse en la crítica aristotélica de la usura y de la actividad comercial que no está ligada a la satisfacción de las necesidades de subsistencia –la crematística no natural- y que está por tanto desvinculada del bien común, una acertada intuición sobre el peligro que podría llegar a correr una comunidad en la que se generalizase esta actividad, pues se vería amenazada con la desintegración.
Veremos la hipótesis de Polanyi sobre este periodo: si la sociedad inglesa pudo sobrevivir al desgarramiento del tejido social derivado de los cercamientos fue porque al mismo tiempo fueron desplegados ciertos dispositivos jurídicos de carácter proteccionista por parte de la Corona– reglamentaciones paternalistas- que si bien no pudieron poner fin a las expropiaciones lograron frenar el ritmo de la transformación y salvar la sustancia social.
http://eprints.ucm.es/47358/1/T39858.pdf
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Adoctrinad@s
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La lectura de Polanyi NO es para
lerdos faltones analfabetos de media neurona, por supuesto
GATILLAZO - Desde El Cariño
Un saludo