Deperdidos al río, creo que son buenos consejos los que ofreces.
Yo discrepo, muy personalmente, sólo en una de las cosas que comentas: psicológicamente, la verdad es que para mí dejar de ganar dinero se ha convertido en algo muy parecido, casi idéntico, a perderlo.
Lógicamente entiendo la diferencia literal, pero mi forma de ver las cosas como inversor en los últimos años es ésa. Creo que la transición de una óptica a otra ocurre, al menos a mí, cuando uno empieza a disociar la actividad de invertir de la de trabajar, y ya no siente que está perdiendo dinero que le costó mucho trabajo ganar (que es el caso), sino que por un lado está trabajando y ganando, y por otro invirtiendo, ganando, perdiendo o dejando de ganar.
Lo primero es el sudor de la frente; lo segundo, casi un juego, no tan trivial, claro. Importante, esencial para conseguir independencia financiera, fundamental, pero gestionado de otra manera, casi como si no fuera el dinero de uno y pudiera uno ser racional, frío, analítico (¡o intuitivo!), y manejara una cuenta de pérdidas y ganancias, un balance en el que los ahorros y las deudas son un continuo y el número se gestiona de forma aséptica, pretendiendo tanto ganar como no perder, pero doliendo tanto el no ganar como el perder ...
Ya sé que cada uno es un mundo, pero así lo veo yo :)