Buenas noches queridos amigos. Tras una intensa vuelta al currele pero aún durmiendo junto al mar, me asomo a esta tertulia para avisarles de que ya solo queda una semana para a Jackson Hole. Tengan mucho cuidado. Aguanten el calor del cash en sus bolsillos y aprovechen para vender aquellas ideas frugales en beneficios que no sean estructurales, porque presumo que va a estar la cosa movida.
La caballona de los rayos uva ya ha dicho que no va, porque bien sabe que si se arrima mucho lo único que le pueden caer es un par de guantazos, y esa carita chamuscada no está para muchas canciones. No obstante le va a tocar chupar rueda y no podrá alejarse muchos trimestres de la senda que marque Powell y sus pupilos que andan últimamente muy revueltos deshojando la margarita.
Los grandes Popes de Wall Street van a dar todos el botón a la vez, sin mirar atrás, y como se decía antiguamente, maricón el último. Pero tampoco es el fin del mundo. Harán cenizas algunas ilusiones para crear la simiente del resurgir inmediatamente posterior del ave fénix.
Bien. Estamos como queremos. Un vistazo a la cartera Silvermoon en este bache previo a la jugarreta post Jackson, que aún puede ser peor. Puedo prometer y prometo que before the meeting algo pueda ser vendido y seguramente nada comprado. Aunque la mayor parte de la boleta son ideas profundas, lo suficientemente ancladas para superar un golpe de timón de la FED y lo suficientemente frívolas como para no cambiarlas por ese bird in hand y no esos sueños de two the bust.