El problema, si se le puede llamar así, de tener la liquidez y estar fuera esperando, es que al final se convierte en una especie de market timing, en la mayoría de los casos condenado al fracaso. Porque tener liquidez implica decidir cuándo entrar con ella, así como también implicó antes haber decidido cuándo salir del mercado para conseguirla. Y pretender acertar en salidas y entradas, ya digo, está estadísticamente abocado al error.
No obstante, siempre mantengo una parte pequeña en liquidez y como dispongo de una buena entrada de ingresos mensuales, siempre podría disponer de dinero fresco para entrar en las fases de bajada, que si merecen llamarse tales, es de esperar que duren meses, tiempo para mí suficiente para ahorrar las cantidades destinadas a ello. Lo que me obsesiona y no acabo de encontrar es un método riguroso de aportación en dichas bajadas o correcciones, tanto en cantidad como en periodicidad.
Es decir, tener liquidez para aportar en las bajadas y no saber ni cuánto ni cuándo es como disponer de un Ferrari y no saber conducir. Y eso me sucede y me incomoda en grado sumo.