Buenos días. Asomo otra vez por aquí para dar cuenta de cómo queda mi cartera tras haber pasado estos últimos meses rumiando vuestras aportaciones, releyendo mi bilbliografía y revisando los datos (series históricas y demás) de los que dispongo. He estado apartado del foro con el fin de sustraerme al aquí y ahora, ya que mi planteamiento era, y ha venido siendo desde hace tiempo, construir una cartera (y un conjunto de reglas operativas) que pueda dejar en “piloto automático” venga lo que viniere. Se trataba sobre todo de ver qué ajustes o mejoras me convendría hacer en algunas partes de la misma que tenía poco claras o no me resultaban del todo satisfactorias, con un criterio de permanencia.
Convendrá que empiece dando algo de contexto:
● Como ya comenté en su día, no estoy en fase de acumulación ni de distribución. Mi patrimonio lo tengo ya formado y con la pensión de jubilación me llega para vivir holgadamente y permitirme algunos “lujos”. Dispongo además de una cuantiosa reserva de liquidez para imprevistos y gastos extraordinarios.
● Soy de buen conformar. No pretendo rentabilidades espectaculares ni estar en los sectores o tendencias que más brillen en cada momento.
● Tengo aversión a las pérdidas. Una caída del 25% o incluso del 50% no debería afectarme gravemente desde el punto de vista económico, pero psicológicamente no me resulta soportable asistir impertérrito a tal cosa.
● Como he dicho al inicio, pretendo una cartera “todoterreno” y – esto es muy importante – con unas reglas operativas preestablecidas y automatizadas. De modo que no dependa de lo que yo crea, tema o espere en cada momento. Hay personas que tienen muy clarísimo cómo va a afectar a los mercados esto o aquello. Yo no me cuento entre ellas. Asumo que mis dotes analítico-predictivas son muy limitadas y no suceptibles de mejora. Y sobre la fiabilidad de las predicciones de los economistas y analistas bursátiles ya he expresado mi opinión en alguna ocasión (soy economista y ocurre con esto como con lo que se dice de las salchichas: si pretendes comerlas, mejor que no veas cómo se hacen).
Con estas premisas, tengo una cartera 70/30 un tanto peculiar. El 70% de renta variable está dividido aproximadamente por igual en dos partes, una parte estable con un planteamiento buy & hold y una parte móvil con un planteamiento tendencial y de momentum (o sea, el denostado market timing). Esta parte móvil tiene una función primordialmente defensiva, orientada sobre todo a evitar o reducir en lo posible las pérdidas catastróficas. Y también a defenderme de mí mismo, acotando una porción de la cartera para mis movimientos reactivos al mercado y blindando el resto. En cuanto al 30% de “contrapeso”, lo tengo repartido, también a partes aproximadamente iguales, entre renta fija y oro. Es una estructura que he venido manteniendo (con algunos cambios porcentuales y de contenido) desde hace ya años y con la que me siento cómodo (más o menos).
Una cosa que no terminaba de tener satisfactoriamente encajada, como comenté en enero en la presentación de mi cartera, era la composición de la parte estable de renta variable (o más que la composición en sí, los criterios para definirla). Conforme a las premisas arriba apuntadas, lo más lógico teóricamente es utilizar un fondo indexado global, del tipo MCSI World o ACWI. O mejor, en mi opinión, combinarlo con un small cap value, atendiendo al modelo de tres factores de Fama y French. Pero desde el punto de vista práctico, por razones históricas (de historia de mi cartera, me refiero, que tiene ya sus años y con el tiempo ha ido adquiriendo “arrugas” y demás al igual que yo) y de distribución entre entidades, no me resulta factible o conveniente hoy por hoy. Así que como aproximación, he optado por lo siguiente mientras se mantengan mis presentes circunstancias y el menú de opciones que tengo disponibe:
1/3 en indexados – Plan de pensiones
Indexa Acciones
1/3 en calidad+crecimiento – Fundsmith, Seilern World Growth y MS Global Opportunity, aproximadamente por igual
1/3 en small cap value – Kempen Global Small-Cap y Magallanes Microcaps, aproximadamente por igual (con idea de trasladar la mitad del Microcaps, o quizá todo, al Magallanes European Equity cuando cumpla el plazo de permanencia).
Sin duda, con este último tercio me tiro a la piscina. Veremos si tiene agua. Aunque, a decir verdad, tampoco el segundo tercio es para estar muy relajado. Ya aludí en un post al respecto hace algún tiempo a las “Nifty Fifty”, aunque
@moclano me hizo saber que no eran comparables. Esperemos que uno con otro la cartera se defienda.
El resto de los componentes de la cartera, tras revisar sus fundamentos y función en la misma, he decidido dejarlos prácticamente como estaban. En renta fija, con la revisión semestral que tenía programada para primeros de julio, he reducido algo su plazo. Y en la cartera móvil, el único cambio que tengo programado (aparte de los movimientos propios de la misma) es sustituir en mi menú el Amundi MSCI EMU por el Vanguard Eurozone Stock Index, en vista de que Amundi ha modificado su índice de referencia para introducir criterios ESG.
No sé si todo esto que he contado aporta algo al foro, posiblemente no. Confieso que he tenido muchas dudas antes de publicarlo. Confío en que al menos tampoco moleste. Saludos y mis mejores deseos para todos los participantes en el foro. Os agradezco mucho vuestras contribuciones.