No, no...te prometo que si sale no...no se volverá a pedir nunca mais.
Hay que anteponer la legitimidad sobre la legalidad...el 75% de los catalanes queremos votar aunque España no lo permita. Al carajo la legalidad española...y al carajo la constitución.
A cagar, la legalidad!
«Lo que es legítimo siempre tiene mucha más fuerza que lo que es legal. Lo que es legítimo vence los años y las fronteras, y nos invita a una reflexión mucho más profunda y exportable »
Roc Casagran | 04/04/2017 a las 22: 00h Añade un comentario
La legalidad. ¿Qué es legal y qué no es legal. Legal, ilegal, alegal y mi abuelo en patinete. Legalismos por aquí, legalismos por allí. Pasar de una legalidad a la otra. Y etcétera. Pesados! Un martilleo y empalagoso, un debate estéril, una lucha perdida. Hasta en lo alto, de tanta legalidad!
Nos equivocamos de medio a medio si la argumentación sobre el derecho a la autodeterminación de Cataluña gira en torno a la legalidad. Básicamente porque aquí siempre ganarán ellos. No nos escondemos en subterfugios y afrontamos la acometida de cara, mirándola fijamente, sin miedo.
El estado español jugará en esta carta hasta que se lo permitimos. Movilizarán jueces, pondrán la (su) Constitución como garante de la unidad, utilizarán las leyes como más les convenga, nos denunciarán ... Digamos que ya es lo que van haciendo, pero da la impresión de que la cuestión debe creciendo en esta línea. Vendrán (y ya venden) inhabilitaciones, vendrán (y ya venden) citaciones para comparecer ante el juez, vendrán (y ya venden) detenciones ... Y todo lo que está por venir.
Ante esto, tenemos dos caminos claros. Uno pasa por recurrir las sentencias, por pelearse judicialmente, para decir que no era exactamente saltarse la ley sino que se hizo una interpretación diferente, que bla, bla, bla. Y aquí tenemos todas las de perder, porque la separación de poderes en España es como el humor negro políticamente correcto: no existe. Y no sólo eso, el relato de esta batalla el ganarán ellos, que por eso tienen más y más potentes altavoces. Y menos manías.
Hay otro camino. Seguramente conlleva riesgos (y qué camino no?), Pero al menos tiene un poco más de opciones de éxito. Se trata de saltarnos el debate de la legalidad y ir de cabeza y sin rodeos al debate de la legitimidad. Lo que es legítimo siempre tiene mucha más fuerza que lo que es legal. Lo que es legítimo vence los años y las fronteras, y nos invita a una reflexión mucho más profunda y exportable.
¿Si tres cuartas partes de los ciudadanos catalanes queremos poder votar nuestra relación política con España aunque la ley (actual y, por supuesto, española) lo impida, es legítimo que nos quedamos atascados en este callejón sin salida?
Seamos osados y dejemos de escondernos en la legalidad. Sí, eso que estamos intentando hacer es ilegal (ahora y aquí), pero este matiz no nos saca nada de razón, porque la mejor bandera es la legitimidad y esta la podemos hacer ondear con el corazón bien abierto.
Tengamos claro que llegan los meses del choque, no nos enlodan entre las páginas pesadas de las leyes (que cambian, que evolucionan, que no son perennes), y volcamos hacernos con todas las fuerzas a ejercer la esencia de la democracia. Votamos y hacemos caso de lo que digan las urnas. Será legítimo. Y más adelante, tal vez incluso legal.
http://www.naciodigital.cat/opinio/15193/cagar/legalitat