Yo he ido dos veces, la primera por la tarde con una doctora muy antipática, y la segunda de mañana más maja. Aunque no te pregunte, le sueltas lo que quieres que sepa, no tengas vergüenza, no sabes si tendrás más oportunidades, así que tú, muy educada le cuentas lo que crees que tenga que saber. A llorar podemos quedar, pero prefiero quedar para celebrar. Suerte.