yo compro ropa por catálogo primero y ahora por internet desde que tenía 10 años, y tengo 40, así que calculad.
Mis experiencias con el pequeño comercio son horrorosas, luego dirán de los hiper y de internet por lo siguiente:
- parece que se ha convertido en costumbre habitual no tener existencias de nada, y todo te lo tienen que pedir, si es que te lo piden, porque me da la sensación que en armonía con las tendencias actuales, los clientes que elegimos y pedimos cosas concretas no les interesan, son mejores las señoras que entran y compran lo que les dan. Con lo cual me ha pasado que por querer ver despacio un muestrario de elementos de costura para elegir, me han dicho que me fuera a otra tienda que allí no iban a tener lo que quería. Claro, coincidiendo con que se estaba formando fila, y las otras señoras decían dame de tal cosa. Y la que les daban, ni elegir, ni comparar ni nada.
Y cuando encargas algo, piden una vez a la semana, y te tienes que esperar ni sé el tiempo. Porque cada vez menos se ofrecen a encargarme las cosas, simplemente no, no lo tenemos. Punto.
- Te pegan unas clavadas de un 300 o 400% más que si miras precios en un hiper, por internet, etc. Ropa del crío que la compro por 10 euros en tiendas por internet o cadenas de tiendas conocidas, me la han cobrado en una urgencia de no poder esperar o desplazarme en tiendas de alrededor a 50. Y así todo.
- Cada día ponen menos precios en los escaparates, con lo cual tienes que entrar y tener al dependiente/a encima vendiéndote lo que a ellos les interesa y no lo que tu necesitas. Y si te vas sin comprar cada vez más ves malas caras.
- No tienen variedad, aunque sean tiendas especializadas, se han dado a traer lo más vendido y el resto no lo tienen o ni siquiera han oído hablar del tema.
- Antes los dependientes eran verdaderos expertos que estaban contigo media hora aconsejándote, ahora tienen cada vez menos idea y además se te quieren quitar antes de encima. Fui estas navidades a una juguetería tradicional que conozco desde que nací y he visto pasar a tres generaciones detrás del mostrador. Los dos primeros propietarios te sacaban un montón de juguetes para elegir, se sabían todo lo que tenía la tienda, cómo se juagaba a cada cosa, etc. etc. Estas navidades casi me muero, había una persona con un humor un poco regular que me sacó dos únicos juguetes para elegir, y como le hice ir dos veces al escaparate ya oí suspiros.