El caso es que si por el lado normativo no sirven de nada los ratings y por el lado de la realidad tampoco es que se le haga demasiado caso, ¿Por qué se exigen con carácter general?, ¿Cuáles son los beneficios?
El Banco Central Europeo ha decidido hoy subir los tipos de interés hasta el 1,25%; en una reunión en la que ha dejado caer que en las proyecciones del Banco Central Europeo están nuevas subidas de tipos en lo que queda de año.
Me aburre un poco ya hablar del tema Banco Central Europeo, pero a la vez me molesta mucho seguir mes tras mes, tratando de que llegue el santo momento en que el Banco Central Europeo pierda el poder de decisión que tiene.
Tanto el BCE, como el ministerio de Economía, como los bancos, están de acuerdo en que en la guerra del pasivo, no gana nadie. Y como tal han estado, pues se ha oficializado una situación en la que se pasan por el forro, todos los planteamientos económicos, todas las normas anticompetencia y desde luego a todos los perjudicados que ¡ERAN LOS QUE GANABAN!; (y para quien no lo haya entendido, por un
Cuando Bankia, deje de ser una entidad pública y pase a ser una entidad en la que existen intereses privados, el hecho de que cotice al 50% de su valor en libros será una herejía. A nadie se le ocurrirá, (salvo pena de ostracismo), criticar la realidad del balance, (como nadie cuestiona el balance de Banco Santander, Banesto, Sabadell y otros…).
En los años 90 se definía en todos los manuales el sector de la construcción como un sector que tenía cierto componente anti cíclico sin ser anti cíclico, ya que el desfase del sector de la construcción coincidía con las duraciones de los ciclos económicos en esta época.
La banca ha estado comprando deuda pública Griega que les ha proporcionado unos rendimientos espectaculares. Como ya he dicho en más de una ocasión, parece increíble que estemos en esta situación y que los inversores, estén pidiendo garantías cuando lo que tienen es títulos que ofrecen rentabilidades incluso cercanas al 30%, calificadas como basura.
En el debate del estado de la nación, nos hemos encontrado con una propuesta para mejorar un poco la situación de las condiciones de vida de las personas que han perdido o van a perder su piso. La medida propuesta es establecer que las personas que entren en un proceso de ejecución no se queden en una situación completamente inasumible.
En España, la tarea de reclamar es lo más parecido a una aventura épica. Y en el caso de las entidades financieras, el surrealismo llega al límite. En su día ya analicé los pasos para reclamar, con las estadísticas en la mano, para exponer una realidad que nos muestra un sistema que sólo se puede entender como diseñado para proteger a las entidades financieras.
Este es otro de los días que hace pensar que la semana va a venir cargadita de despropósitos, que básicamente se resumen en la aparición de cuatrocientos mil caraduras, cargándose todas las normativas posibles para sacar cuatro duros en una situación que ya hace tiempo que ha perdido toda lógica económica, legal y desde luego todo sentido común.
Con frecuencia escuchamos la idea de que los políticos no son más que el reflejo de lo que existe en nuestra sociedad. Y, para variar, siendo disentir profundamente de tal aseveración, que es más fruto de un interés de “perdonar” los desmanes de estos, (escudándolo dentro del “todos somos iguales”) y de una suposición de eficiencia que de una realidad.
El gobierno ha decidido no prorrogar el límite de velocidad y nos facilita un ahorro estimado de 450 millones de euros, lo que supondría incrementar un 20%, el ahorro que les salía (con todas las trampas posibles) de 94 millones mensuales; (implicaría en estos casi cuatro meses unos 370 millones de euros).
Si una empresa puede elegir la estructura de sueldos del país, libremente estoy seguro, (o casi), que todas y cada una de ellas diría exactamente lo mismo; lo deseable es que los sueldos que se pagan sean los menores posibles, mientras los sueldos de los clientes finales de los productos o servicios realicen sean los más altos posibles.
El esperpento de nuestros representantes políticos, tiene un digno rival en el esperpento que ofrecen los otros representantes en lo que a nivel empleo se refiere. Es difícil entender cómo es posible que estemos tan bien, con los mimbres que dirigen nuestros designios económicos.
Lo que está claro es que lo acaecido en el verano de 2010, estaba realmente muy claro y no era otra cosa que una amnistía en toda regla, de la que deberían responder quien sea que haya decidido remitir una carta a todos los nombres que aparecieron en esta lista.