Después de leer el ‘blog’ y el resto de comentarios, pienso que el asunto de fondo hace tiempo que dejó de ser el duplicado de la tarjeta (cuya solución más lógica y rápida hubiera sido pedir una a nombre de la madre y santas pascuas, siendo ella además la usuaria real de la que quedó bloqueada por error suyo), el protocolo o directiva de seguridad de CajaMadrid, apoderados desayunando o firmas a domicilio.
El asunto deviene en ver ahora quien tiene los huevos más gordos y ver quien doblega a quien, tenga o no razón en la defensa de su postura. Solo basta con ver el título del blog “Vencí a Caja Madrid”.
El relato, además de innegablemente bien contado, apela a unos estereotipos que no creo que estén en boga: Subdirector con bigotillo, gordito sudoroso que se le escurren las gafas, prepotente; y cliente callado, que se muerde la lengua, que aguanta más allá de lo que por educación es exigible dadas las circunstancias; y todo ello adobado por la triste enfermedad del padre, que indefectiblemente hace ganarse las simpatías y apoyo del respetable.
El que realmente tiene el problema en este caso es el cliente, y así lo asumió cuando hizo bajar al padre a firmar a la sucursal. El que no estuviera el Subdirector en ese momento no es culpa suya (¿Viviendo tan cerca, y dado lo delicado de su padre, no pudo llamar antes por teléfono anunciando que iban?). Tampoco del Subdirector, que tiene derecho a 15 minutos para desayunar, pero que también podría haber estado en una firma notarial, por ejemplo.
Quizás el tema se hubiera resuelto si la empleada hubiera tomado entonces la firma, en ausencia del subdirector. Pero una vez dejada pasada esa oportunidad, ambos, cliente y bancario, han cruzado el punto de no retorno, y ya la tarjeta es lo de menos.
Ahora es un tema bancario, pero mañana puede ser cualquier otro asunto el que requiera la presencia ‘in situ’ del padre. ¿Tendremos otro capítulo del estilo “Vencí a GasNatural, … a la Comunidad Autonoma, … a Hacienda”? Seguro que no; es más popular lo de derrotar a la Banca.
Que se deje de historietas tipo David contra Goliat, y que vaya a lo práctico: Unos Poderes Notariales , como ya han indicado más arriba (¿Que cuestan dinero?¿... y qué ?¿Es preferible arrastrar al maltrecho padre por todos los negociados que lo requieran?), o que sea la madre la que haga las gestiones.
S2