El potencial de las píldoras anticovid
(publicado en la versión en papel del Expansion de hoy 30 de abril)
La pandemia del Covid-19 redobló la actividad investigadora para lograr en el menor tiempo posible tratamientos que frenaran la transmisión de un virus que estaba afectando al crecimiento económico. La llegada de las vacunas, desarrolladas en tiempo record, y las campañas masivas de inoculación han permitido que el contagio del virus sea menos letal y que los síntomas de la enfermedad no requieran ingreso hospitalario.
En este escenario entran en juego los antivirales orales, unas píldoras más baratas que las vacunas y más fáciles de usar, ya que pueden tomarse en casa y así no colapsar el sistema sanitario. Los gobiernos apuestan masivamente por ellas dentro de su estrategia sanitaria haciendo que un mercado que no existía hace un año crezca de modo exponencial.
Según estimaciones de la consultora Airfinity, los antivirales orales moverán este año 32.500 millones de dólares (30.910 millones de euros).
Pfizer que también tiene una vacuna anti-Covid, es el gran ganador de esta nueva carrera. Las previsiones apuntan que acaparará el 72% del negocio gracias a su pastilla Paxlovid, que le aportará ventas de 23.600 millones de dólares.
Merck-MSD, que ha vendido su píldora (Molnupiravir) a más de treinta países, tendrá el 20%, con ingresos de 6.400 millones de dólares. Está siendo su segundo tratamiento más vendido por detrás de su superventas oncológico Keytruda.
En el segundo semestre se sumará a este club la japonesa Shionogi. La farmacéutica de Osaka ha desarrollado la píldora S-217622, que muestra una eficacia del 85% dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas de Covid sin complicaciones significativas. Pese a que entrará en la recta final del año puede llegar a captar hasta el 8% del mercado con ventas de 2.500 millones de dólares.
Comentario.
Las cifras de ventas que se manejan son impresionantes. Los “picos de ventas” se alcanzan al año cuando lo normal es que se tarden unos tres años. También hay que resaltar el hecho de que son fármacos con muchos inconvenientes y contraindicaciones. El Paxlovid, por ejemplo, inhibe o retrasa el efecto de otros medicamentos que pueda estar tomando el enfermo y a pesar de ello tiene un mercado de 23.600 millones de dólares. Y ya no digamos del Molnupiravir que produce mutaciones del virus y afecta al crecimiento de las células. Pero es igual porque factura 6.400 millones de dólares.
Lástima que a Pharmamar se le escapara este negocio y más teniendo en cuenta que en marzo del 2020 sólo existía el Remdesivir para el tratamiento del Covid. Eludió asociarse con una pharma norteamericana para el desarrollo de la plitidepsina en píldora y para el diseño y ejecución rápida de los correspondientes ensayos en EE.UU., cometiendo el error estratégico de seguir sola y en España cuando ya se veía que no le iban a facilitar los trámites para su aprobación. Por ahora la Plitidepsina solo ha servido para ser utilizada como tapadera del fracaso de Atlantis.