Acceder

Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

495 respuestas
Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones
3 suscriptores
Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones
Página
4 / 34
#46

Qué se espera de la reunión del BCE del 10 de junio de 2021

 
  • En la reunión de la semana que viene, el BCE mantendrá los tipos de interés en su nivel actual y la discusión se centrará en el ritmo de compras netas del PEPP para los próximos meses.
 
  • Desde marzo, el BCE aumentó significativamente este ritmo y pasó de adquirir algo menos de 60.000 millones de euros mensuales a 80.000 durante todo el 2T. En esta reunión, el Consejo de Gobierno (CG) presentará unas nuevas proyecciones macroeconómicas y una lectura de las condiciones financieras con las que decidirá si mantiene el ritmo de compras actual o lo revierte al del primer trimestre del año.
 
  • En este punto es donde creemos que se centrará la mayor parte de la discusión. Por un lado, algunos miembros del CG ponderan más las favorables expectativas macroeconómicas que se manejan (se espera un rebote vigoroso de la actividad, ya visible desde abril) por lo que son partidarios de reducir gradualmente el estímulo monetario. Por otro lado, diversos miembros mantienen el foco en las condiciones financieras y consideran que para prevenir un tensionamiento de estas es necesario mantener las compras netas mensuales en 80.000 millones de euros. De hecho, en mayo se observó un repunte de los tipos de interés soberanos que situó temporalmente al Bund alemán al -0,10%, un nivel no visto desde mayo de 2019, y un repunte de las primas de riesgo de los países periféricos de la eurozona.
 
  • Más allá de la discusión sobre el PEPP, creemos que el BCE no realizará ningún cambio en el resto de las herramientas y reforzará el mensaje de que el repunte de la inflación en 2021 será temporal y se necesitará una política monetaria acomodaticia durante bastantes años para llevar la inflación hacia el objetivo de por debajo, pero cerca, del 2% en el medio plazo.
Condiciones económicas y financieras recientes
  • Giro en las perspectivas económicas de la mano de las vacunas
    • La aceleración del ritmo de vacunación ha permitido reabrir la movilidad interna y reducir las restricciones entre los países de la eurozona. Se espera que para finales de junio más de la mitad de la población en Europa haya recibido, al menos, una dosis de alguna vacuna, lo que sugiere que a finales de verano se podría alcanzar ya la inmunidad de rebaño.
  •  
    • Los indicadores de sentimiento económico continuaron mejorando y, a diferencia del 1T, lo hicieron de forma generalizada entre sectores. Así, en mayo, el PMI de servicios para la eurozona se situó por segundo mes consecutivo por encima de los 50 puntos y aumentó en 4,7 puntos hasta los 55,2. El de manufacturas, por su parte, escaló un par de décimas hasta los 63,1 puntos.
  •  
    • En este contexto, después de la contracción del PIB en el 1T, todavía muy castigado por la pandemia, anticipamos un crecimiento intertrimestral del PIB en el 2T de casi un 1,5%, que posiblemente se quede pequeño al lado del que pronosticamos para el 3T (+2,5%).
 
  • Los riesgos sobre la inflación se mantienen elevados
    • En mayo, la inflación general se situó en el 2,0%, 0,4 p. p. por encima del dato de abril. Este aumento estuvo motivado, sobre todo, por el empuje del componente energético, cuyo precio aumentó un 13,1% interanual (10,4% en el mes anterior). La inflación subyacente, por su parte, aumentó 0,2 p. p. hasta el 0,9%.
  •  
    • De cara a los próximos meses, el componente energético y los efectos base de la rebaja del IVA en Alemania entre julio y diciembre de 2020 podrían situar la inflación general alrededor del 2,5% (1,5% en el caso de la subyacente). Sin embargo, estos elementos son transitorios y, como el BCE, anticipamos que ya en enero de 2022 la inflación volverá a niveles contenidos, requiriendo estímulos monetarios para alcanzar el objetivo del banco central (por debajo, pero cerca, del 2% en el medio plazo).
  •  
    • Además, como venimos destacando desde hace meses, se mantienen los cuellos de botella en las cadenas de subministro globales, lo que está extendiendo los plazos de entrega de diversos productos intermedios y aumentando los costes de transporte. Estas tensiones se apuntan en diversas encuestas de sentimiento empresarial y se observan ya en el índice de precios de producción (PPI por sus siglas en inglés), que en abril aumentó un 7,6% interanual (+4,3% en marzo). De momento este repunte no se ha trasladado a los precios al consumo, pero existe el riesgo de que lo haga en los próximos meses, aunque, como los elementos comentados anteriormente, este factor tampoco debería ser permanente.
 
  • Los mercados financieros se muestran cautelosamente optimistas
    • En este escenario de mejores perspectivas económicas, el sentimiento inversor continuó con la mejora experimentada desde marzo y, en mayo, los índices bursátiles de la eurozona aumentaron más que sus homólogos en EE. UU., en parte por los temores en el otro lado del Atlántico de que las presiones inflacionistas más fuertes obliguen a una retirada de los estímulos monetarios de la Fed antes de lo previsto.
  •  
    • En el mercado de renta fija, se observaron repuntes en los tipos soberanos que llevaron el Bund alemán al -0,10%, un nivel no visto desde mayo de 2019, y las primas de riesgo española y portuguesa por encima de los 70 puntos básicos. Esto, añadido a la fortaleza del euro (que fluctúa alrededor de los 1,22 dólares), aumentó los temores de algunos miembros del CG de un tensionamiento generalizado de las condiciones financieras en la eurozona, por lo que Fabio Panetta se apresuró a señalar que, en este contexto, no era partidario de reducir el ritmo de compras netas del PEPP. Finalmente, este movimiento de posible tensionamiento se deshizo y tanto las primas de riesgo periféricas como el tipo de interés sobre el Bund se han vuelto a situar en los niveles de abril.
Perspectivas del BCE a medio plazo
  • El entorno de bajos tipos de interés se prolongará por un largo periodo de tiempo:
    • Los programas de estímulo lanzados en los últimos meses han cimentado la expectativa de un largo periodo de tipos de interés bajos.
  •  
    • Será clave mantener unas condiciones financieras acomodaticias para evitar que fragilidades en los balances de empresas, familias y gobiernos comprometan la recuperación.
  •  
    • Las medidas implementadas son de gran calado y tienen un fuerte impacto en los mercados financieros. Así, cuando el escenario mejore, su retirada deberá ser un proceso muy gradual.
 
  • Esperamos que los tipos de interés de referencia se mantengan en los actuales mínimos históricos en todo nuestro horizonte de proyección (2021-2023). Aunque se intensificaran los riesgos bajistas, los tipos del BCE se encuentran ya muy cerca de la llamada cota de reversión y, por ello, no esperamos más recortes.
 
  • El BCE continuará comprando activos en los próximos años para anclar el entorno financiero en el terreno acomodaticio que requerirá la recuperación. Con el APP, el BCE está realizando compras netas mensuales por valor de 20.000 millones de euros mientras que, con el PEPP, todavía puede adquirir unos 750.000 millones de euros hasta marzo de 2022. Cuando el entorno económico y financiero se haya estabilizado, la incertidumbre afloje y la recuperación económica empiece a encarrilarse, cabe esperar que el BCE desactive el PEPP y vuelva a ganar protagonismo el APP (el programa de compras anunciado en enero de 2015) como herramienta para sustentar un entorno financiero acomodaticio.
 
  • A ello hay que sumar el compromiso del BCE de reinvertir por un largo periodo de tiempo el principal de los activos adquiridos bajo el PEPP y el APP que vayan venciendo (hasta, al menos, finales de 2023 en el primer caso, y más allá del primer incremento de tipos, en el segundo).
 
Anexo - Política monetaria del BCE: situación y medidas contra la COVID-19
  • El BCE puso en marcha una fuerte batería de medidas para aplacar el estrés financiero, garantizar la abundancia de liquidez y el acceso favorable al crédito y para anclar un entorno de bajos tipos de interés que dé cobertura a la actuación de la política fiscal.
 
  • El tipo de interés de la facilidad de depósitos se sitúa en el –0,50%. No obstante, se implementa un sistema de tiering con el que solo el exceso de liquidez depositado en el BCE superior a seis veces el mínimo de reservas exigidas está gravado al tipo depo (para el resto, el tipo de interés es del 0%). Por su parte, el tipo refi se sitúa en el 0,00% y el tipo de la facilidad marginal de crédito en el 0,25%.
 
  • En 2020 el BCE realizó compras netas de activos por valor de más de 1,1 billones de euros (un 9,5% del PIB nominal de la eurozona) con dos programas:
    • APP (el programa de compras anunciado en enero de 2015). Desde noviembre de 2019 se realizan compras netas de activos a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros, con una composición parecida a la del pasado (eso es, con un papel destacado para la deuda pública y, en menor medida, la deuda corporativa). Además, el 12 de marzo de 2020 se anunció una dotación adicional para las compras de 120.000 millones de euros a repartir flexiblemente hasta finales de 2020 y, el día 18 del mismo mes, el BCE amplió los activos elegibles dentro de las compras de deuda corporativa con el papel comercial no financiero (pagarés) de menores vencimientos (rebajó el vencimiento mínimo de 6 meses a 28 días).
  •  
    • PEPP (programa de compras contra la emergencia sanitaria anunciado el 18 de marzo de 2020). Dotado con una capacidad de compras limitada, por ahora, a 1,85 billones de euros a repartir, como mínimo hasta marzo de 2022, flexiblemente entre los mismos tipos de activos del APP. Las compras de deuda pública no están sujetas al techo del 33% por emisor y emisión y se permiten desviaciones temporales de la clave de capital. Al término del programa, el total de compras realizadas debe corresponderse con la clave de capital, pero los mensajes lanzados por los miembros del BCE sugieren que gran parte del ajuste hacia la clave de capital se realizará con las reinversiones, que están previstas hasta, al menos, finales de 2023 (eso es, probablemente en una segunda fase en la que, con la recuperación más encarrilada, el BCE finalice las compras netas del PEPP pero mantenga las reinversiones durante algunos trimestres más). Ahora, quedan todavía por utilizar unos 750.000 millones de euros, por lo que solamente con este programa el BCE podría realizar en 2021 las mismas compras netas que realizó con el APP y el PEPP conjuntamente en 2020.
 
  • El BCE espera que los tipos se mantengan en sus niveles actuales (o más bajos) hasta que la inflación dé señales convincentes de converger al objetivo, mientras que prevé que las compras netas del APP no terminarán hasta «poco antes» del primer incremento de tipos.
 
  • Las operaciones de inyección de liquidez al sistema financiero se han incrementado en tamaño y atractivo:
    • Las llamadas TLTRO-III tienen un vencimiento a tres años (las últimas vencerán en diciembre de 2024) y, a partir de diciembre de 2020, el crédito máximo a solicitar aumentó hasta el 55% de la cartera elegible. Su coste mínimo se puede situar 50 p. b. por debajo del tipo de interés de la facilidad de depósito entre junio de 2020 y junio de 2021 si se mantiene la cartera de crédito elegible entre marzo de 2020 y marzo de 2021. Para beneficiarse de este bajo tipo de interés entre junio de 2021 y junio de 2022, será necesario al menos mantener esta cartera de crédito entre octubre de 2020 y diciembre de 2021. Más adelante, o en caso de no cumplir con este criterio, el coste del préstamo es igual al tipo promedio de la facilidad de depósito (depo) para el resto de la vida del préstamo. Con este diseño más atractivo, la TLTRO del pasado junio tuvo una demanda muy elevada (1,3 billones de euros brutos y 550.000 millones de euros en términos netos, lo que equivale aproximadamente a un 4,6% del PIB nominal de la región).
  •  
    • Además, el BCE incrementó el número de inyecciones de liquidez a vencimientos cortos (lanzó LTRO semanales con vencimiento en junio de 2020, haciendo de puente hasta la siguiente subasta de TLTRO-III) y ha lanzado otro programa de inyecciones contra la pandemia (las llamadas PELTRO, con un coste del –0,25%, full allotment y vencimiento en el 1T 2023 que, aun siendo menos atractivas que las TLTRO-III, ofrecen un colchón a las instituciones que tengan dificultades para acceder a la financiación de las TLTRO).
 
  • El BCE ha relajado distintos requisitos regulatorios y de colateral para respaldar el funcionamiento del sistema financiero en un entorno más exigente:
    • Relajación temporal de los requisitos de colateral de las operaciones de refinanciación, para facilitar el acceso a estas inyecciones de liquidez. Se incluyen activos de deuda corporativa, créditos con garantía pública, se eliminan los requisitos de tamaño mínimo y se reducen los haircuts en un 20%. Además, relaja los criterios para incluir activos de deuda soberana griega y los llamados «ángeles caídos» (los activos con grado de inversión a 7 de abril de 2020 seguirán siendo elegibles aunque sufran rebajas de la nota crediticia, mientras esta no sea peor que BB).
  •  
    • También se relajan las exigencias sobre los colchones de capital (Pillar 2 Guidance y Capital Conservation Buffer) y se permite operar temporalmente por debajo del requerimiento del LCR (Liquidity Coverage Ratio). Además, permite el uso de instrumentos AT1 y AT2 para el cumplimiento de los requisitos del Pillar 2 Requirements.
  •  
    • Insta a las autoridades macroprudenciales nacionales a relajar los colchones contracíclicos.
 
  • Además, el BCE y los otros grandes bancos centrales han implementado líneas de swaps cambiarios para garantizar la liquidez de dólares y euros a nivel internacional.
 
  • Por último, el BCE ha reiterado que está preparado para aumentar el estímulo en caso de ser necesario y su comunicación ha dejado claro que no tolerará riesgos de fragmentación financiera que puedan comprometer una buena transmisión de la política monetaria a todas las economías de la eurozona.
 
Fuente: Servicio de Estudios de Caixabank
#47

¿Y si estamos exagerando el miedo a la inflación?

¿Y si estamos exagerando el miedo a la inflación?

Esto es lo que opina  Harold James, profesor de Historia y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton y miembro senior del Center for International Governance Innovation:
 
La rápida recuperación actual ha aumentado la demanda de transporte de mercancías, lo que ha hecho subir los precios del combustible y la energía. Además, la escasez de conductores de camiones y un ataque de ransomware en un importante oleoducto de la costa este han dejado las gasolineras vacías. Pero estas escaseces son el resultado de fallos temporales. No auguran una repetición de la crisis del petróleo de la década de 1970.

Lo que harán los precios más altos de la gasolina es una señal a los consumidores de que vale la pena reducir el consumo de combustible y la dependencia de los combustibles fósiles. Ese mensaje se alinea muy bien con un reconocimiento más amplio de que la economía necesita con urgencia alejarse de las fuentes de energía intensivas en carbono. Nuevamente, debemos permitir que los precios realicen su función adecuada de guiar el comportamiento de los consumidores y los planes de consumo futuros.

Estos fenómenos contemporáneos no representan el tipo de inflación que justificaría frenar la recuperación. Los precios más altos de las virutas y el combustible simplemente reflejan lo que los productores y consumidores deben hacer. Como instrumento de planificación impresionantemente eficaz, la señal del precio no es un indicador que deba suprimirse, del mismo modo que no se debe decir a los pacientes febriles que pongan sus termómetros en el frigorífico. La lectura de alta temperatura proporciona la información necesaria para recuperar la salud. 
 
Históricamente, las grandes aceleraciones de la globalización a menudo han estado acompañadas de aumentos inflacionarios, cada uno de los cuales ha llevado a políticos y consumidores a buscar a los culpables. En las décadas de 1850 y 60, el aumento de los precios se interpretó como una respuesta a los descubrimientos de oro o la innovación financiera tras el desarrollo de nuevos tipos de banca. En la década de 1970, la política monetaria estadounidense tuvo gran parte de la culpa, aunque algunos también señalaron la innovación financiera (un aumento repentino de los préstamos bancarios internacionales) y el papel de los cárteles de los países productores.

Pero el hecho es que en ambos casos, los efectos de los precios ayudaron a desencadenar cambios de comportamiento que finalmente trajeron ganancias de eficiencia y precios más bajos (“buena deflación”). Por lo tanto, podría ser útil pensar en los aumentos de precios contemporáneos como ejemplos de "buena inflación", en la medida en que representan el primer paso en un proceso útil y beneficioso.

Tal cambio de mentalidad requeriría apartarse del consenso de las décadas de 1990 y 2000, cuando las metas de inflación se convirtieron en el arma clave de los bancos centrales en la búsqueda de la estabilidad de precios. En todo el mundo, los gobiernos y los bancos centrales llegaron a la opinión común de que era deseable una tasa de inflación del 2%, o quizás del 2,5% (basada en un índice de precios al consumidor). En consecuencia, comenzaron a preocuparse cada vez que la tasa se movía incluso unos pocos puntos decimales por debajo (o por encima) de esa línea, generalmente sobre la base de historias de terror pasadas sobre una mala deflación (la Gran Depresión) o una mala inflación (como después del siglo XX). guerras mundiales del siglo).

Este consenso de política monetaria era apropiado para un mundo estable en el que no había habido choques radicales durante muchos años. Uno de sus principales defensores, el entonces gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, describió bien la época cuando acuñó el acrónimo NICE: expansión continua no inflacionaria. 
#48

Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

Lagarde y el Guindos tienen el trabajo más sencillo del mundo: les pagan por no hacer nada, o por negar la realidad de forma descarada.

Con sus nefastas políticas y los tipos a cero el BCE está convirtiendo Europa en una inmensa economía zombie donde empresas improductivas y arruinadas, en estado vegetativo, continúan a flote, a trancas y barrancas, a base de la respiración artificial que les proporciona el BCE, en detrimento de los ahorradores europeos y de las empresas verdaderamente solventes y competitivas.

Ésta es una política económica que sólo se puede calificar de criminal.
#49

El problema de la inflación

¿Y si estamos exagerando el miedo a la inflación?
“Inflation is the only form of taxation that can be levied without any legislation”.
La inflación es la única forma de tributación que se puede imponer sin ninguna legislación.
Nobel Prize winner Milton Friedman

El nerviosismo a la inflación recorre los mercados. ¿Por qué razón?

El problema/amenaza de la inflación
Con la inflación, los precios de los productos suben y la divisa del país pierde valor (se deprecia frente a otras divisas). La consecuencia de la inflación para todo ciudadano es la pérdida de poder adquisitivo, lo que resulta en que las personas necesiten de más dinero para enfrentar los gastos habituales.

Ha sido habitual, que con la subida de inflación hayan subido los tipos de interés para el ahorrador. Per en la actual situación en la que la política monetaria ha conducido a tan elevado endeudamiento y a tener que bajar hasta mínimos los tipos de interés, mucho me temo que en la actual situación los Bancos Centrales no puedan subir los tipos de interés ante subidas de inflación. La Deuda se dispararía a niveles sorprendentemente altos, y ese 15% de empresas de mercado Zombi sostenidas por los bajos tipos de interés quebrarían de inmediato.

Por ello, no es de extrañar que los Bancos Centrales nos calmen con palabras como dejaremos que la inflación suba pues estimamos que es transitoria, sin la necesidad de subida de tipos de interés. ¿Os recuerda a algo estas palabras?

Pensando en USA, me recuerda un poco la época de los años 1940. Periodo en el que los tipos permanecieron "estáticos", dejando subir la inflación en 3 "picos" que efectivamente son transitorios, pero que tienen un efecto destructivo frente al poder adquisitivo.

El gráfico muestra Inflación y tipos de interés año tras año.


Lo que pretendo indicar, es que efectivamente la inflación fue transitoria en términos de ratios interanuales pero no en términos absolutos, como muestran los dos siguientes gráficos.


Tenemos que andar con pies de plomo. La inflación es una amenaza siempre latente en nuestro horizonte de inversión, y que en ocasiones puede estallarnos de forma severa delante de las narices de forma inesperada.

Saludos,
Valentin



"Be great at what you do"...Talmud www.rankia.com/6128763 http://bit.ly/2wDbccQ

#50

Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

Por supuesto que NO estamos exagerando el miedo a la inflación.

El BCE lleva años siendo negligente y negándose a hacer su trabajo, que es controlar la inflación. La FED ya no sabe qué indicador para medir la inflación inventarse, porque todos superan de largo el objetivo del 2%. Hasta la inflación subyacente lo supera de largo.

Es absurdo que un banco central diga "la subida de precios de los alimentos, carburantes y la vivienda no cuentan en el cálculo de la inflación" cuando pagar esos productos supone la mayor parte del presupuesto de cualquier hogar.

Lagarde y el Guindos deberían subir los tipos de interés ya o, alternativamente, dimitir y dejar que alguien que quiera hacer el trabajo dirija el BCE.
#51

Re: ¿Y si estamos exagerando el miedo a la inflación?

Como me preguntan por el comportamiento (Performance) del S&P 500 en términos reales en dicho periodo de 1940 a 1952, cuelgo aquí un gráfico.

Saludos,
Valentin


"Be great at what you do"...Talmud www.rankia.com/6128763 http://bit.ly/2wDbccQ

#52

Re: ¿Y si estamos exagerando el miedo a la inflación?

Hola Valentín,

el periodo que analizas es el de la segunda guerra mundial y la posguerra. No sé hasta que punto podemos hacer una analogía con la situación actual.
En mi opinión, para que la Fed logre una inflación real, necesitan que la economía tenga un crecimiento lo suficientemente potente como para generar una mayor producción que apoye un consumo más fuerte.
La creación de una "brecha de riqueza" donde el 10% tiene la capacidad de consumir mientras que el 90% más bajo lucha por llegar a fin de mes, continua aplicando presiones deflacionarias sobre la economía en su conjunto.
El problema de la Fed es que debido a los enormes niveles de deuda, las tasas de interés deben permanecer bajas. Cualquier repunte de las tasas rápidamente desacelera la actividad económica, lo que obliga a la Fed a bajar las tasas y apoyarla.

Un saludo´

#53

Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

Otro artículo sobre el tema de la inflación, del servicio de estudios de Caixabank:

 
Los últimos meses se han caracterizado por la aceleración de las campañas de vacunación, la mejora de la confianza y el aumento de la movilidad. Todo lo anterior se está reflejando en una reactivación generalizada de la demanda mundial, aprovechando tanto la existencia de unas condiciones financieras muy favorables como el apoyo de los estímulos fiscales y la liberación del ahorro embalsado. En condiciones normales, la flexibilidad que han proporcionado las cadenas de valor a la oferta global debería permitir satisfacer ese incremento de la demanda sin excesivas fricciones. Pero tras un año de cierres y restricciones, con escasa visibilidad para las empresas, preocupa que ni los niveles de existencias ni las cadenas logísticas puedan estar lo suficientemente engrasadas para responder con rapidez al que está siendo el mayor repunte del gasto público y privado de los últimos 15 años.

Por tanto, todas las buenas noticias en el ámbito de la actividad se están viendo acompañadas por señales de presiones al alza en la inflación, el mejor termómetro a la hora de reflejar los desajustes entre oferta y demanda. Es cierto que, de momento, las tensiones están muy localizadas en el ámbito de las materias primas, mientras que las lecturas más tendenciales de precios están lejos de niveles preocupantes, lo que deja traslucir que buena parte del ascenso se debe a factores transitorios que deberían ir desapareciendo en la segunda parte del año. Pero, cuando la inflación ya se ha situado en el 4,2% en EE. UU. (con riesgo de tocar el 5% este verano por primera vez desde 2008) y en el 2,4% en Alemania, es normal que los inversores empiecen a mostrar cierto nerviosismo.

Sobre todo, porque los precios de producción ya reflejan el encarecimiento de las primeras etapas de las cadenas de valor, tanto en EE. UU. (6,1%) como en Europa (7,6%), como era de esperar por la escasez de productos como los semiconductores, esenciales como inputs en muchos sectores. Sin embargo, lo más inquietante son algunos cuellos de botella que se detectan en el mercado laboral. Por ejemplo, en el último ISM del sector manufacturero en EE. UU., los empresarios han manifestado que las dificultades para contratar trabajadores son su principal fuente de preocupación a corto plazo (por encima de la pandemia), pese a que todavía falta por recuperar casi un tercio del empleo perdido en EE. UU. (8 millones de puestos de trabajo). Siendo conscientes de que las distorsiones causadas en la oferta de trabajo por las generosas ayudas gubernamentales o por el cierre de las escuelas se deben ir diluyendo con el tiempo, no debemos descartar que la pandemia esté provocando efectos duraderos sobre la flexibilidad de la oferta de trabajo.

Queríamos más inflación y ya la tenemos, pero como nos recuerda el viejo proverbio chino, «ten cuidado con lo que deseas, porque podría hacerse realidad». De momento, la buena noticia es que, después del aumento de la pendiente de la curva de tipos de interés que se produjo a principios de año en EE. UU., los mercados están reaccionando con mucha tranquilidad, sin prácticamente cambios en las expectativas de evolución de los tipos de interés. Es decir, pese a que los bancos centrales llevan combatiendo durante casi una década un enemigo muy diferente (la deflación), los mercados siguen confiando en su capacidad para anticiparse en caso de que el riesgo de recalentamiento económico aumente. Una anticipación que limitaría los efectos que puedan tener las sorpresas al alza en precios en las expectativas de tipos de interés y en la rentabilidad de la deuda a largo plazo. De momento, todavía hay margen desde las rentabilidades actuales del bono americano (1,6%) hasta la zona que podría provocar turbulencias.

En definitiva, aunque esperado, el aumento de la inflación está causando incomodidad, por los elevados niveles alcanzados y por el riesgo de persistencia en la zona actual durante un tiempo superior al digerible sin sobresaltos por los inversores. En nuestro caso, seguimos esperando una caída gradual a partir del verano, aunque vemos más riesgo en la evolución de los precios en EE. UU. que en Europa. Sin embargo, no damos por descontado que los factores estructurales que moderaron la inflación en las últimas décadas (globalización, envejecimiento de la población, etc.) vayan a frenar automáticamente cualquier conato de repunte en los precios en circunstancias tan especiales como las actuales. En términos coyunturales, nunca la política económica había tenido un sesgo tan expansivo cuando el ciclo económico ya está despegando y, además, se avecinan cambios (ajuste de las cadenas de valor para reducir su fragilidad, aumentos de la fiscalidad empresarial, etc.) que pueden tener efectos sobre el proceso de fijación de precios. La clave es si, como piensan muchos economistas (entre ellos, Paul Krugman), nos encontramos ante una economía que, simplemente, está patinando al intentar pasar de 0 a 100 en poco tiempo y, por tanto, inercialmente recuperará con facilidad la estabilidad. O, por el contrario, como opina otra parte de la academia (Summers, etc.), el recalentamiento provocado por una política de demanda excesivamente expansiva puede poner a prueba la solidez del motor económico. En todo caso, lo que parece claro es que este va a ser el tema a seguir durante los próximos meses.

José Ramón Díez
Director de Economías y Mercados Internacionales 
#54

Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

Deutsche  Bank se ha desmarcado del consenso -incluido los bancos centrales-,  y ha advertido en un informe de que no será algo que desaparecerá y que podría provocar una crisis en los próximos años.

Según el banco alemán, centrarse en los estímulos desestimando los temores inflacionistas resultará un error, si no a corto plazo, sí en 2023 y más adelante.

El análisis apunta especialmente a la Reserva Federal (Fed) y su nuevo marco en el que tolerará una mayor inflación en aras de una recuperación plena e inclusiva. La firma sostiene que la intención de la Fed de no endurecer la política hasta que la inflación muestre un aumento sostenido tendrá repercusiones nefastas.

"La consecuencia de la demora será una mayor perturbación de la actividad económica y financiera que la que se produciría cuando la Fed finalmente actúe", escribieron el economista jefe de Deutsche, David Folkerts-Landau, y otros, según recoge CNBC. "A su vez, esto podría crear una recesión importante y desencadenar una cadena de dificultades financieras en todo el mundo, especialmente en los mercados emergentes", añadieron. 

#55

Re: ¿Y si estamos exagerando el miedo a la inflación?

el periodo que analizas es el de la segunda guerra mundial y la posguerra. No sé hasta que punto podemos hacer una analogía con la situación actual.
Fiscal driven inflation

Saludos,
Valentin

"Be great at what you do"...Talmud www.rankia.com/6128763 http://bit.ly/2wDbccQ

#56

Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

El tema del ahorro siempre me ha preocupado. Hace un año, cuando inició todo esto de la pandemia un amigo me recomendó una empresa Suiza que se llama Foster Swiss, con ellos he creado una compañía en Islas Vírgenes Británicas con cuenta bancaria, para proteger mis financias y evitar la devaluación tan abrupta a la que te someten los impuestos y algunos gobiernos. De verdad lo recomiendo. 
#57

BCE y el cambio climático

Del Informe Mensual de Junio del Servicio de Estudios de Caixabank:

 
Tanto individuos como instituciones podemos contribuir a la lucha contra el cambio climático. Los consumidores podemos añadir nuestro granito de arena, por ejemplo, al elegir productos y servicios con una menor huella de carbono. El sector público puede añadir toneladas de arena, con incentivos a la inversión para mejorar la eficiencia energética y desarrollar tecnologías menos contaminantes y, sobre todo, introduciendo un precio a las emisiones de carbono. Por su parte, ¿qué papel pueden tener los bancos centrales en este ámbito? En este artículo, ponemos el foco en cómo el BCE (en el marco de su revisión estratégica) podría incorporar criterios climáticos en su toma de decisiones.
Por qué los bancos centrales deberían ser proactivos
Los bancos centrales de las economías avanzadas –también el BCE– tienen en su mandato la estabilidad de precios. Algunos, además, fijan objetivos de otras variables macroeconómicas, como el empleo. En cualquier caso, ninguno incluye explícitamente entre sus objetivos la lucha contra el cambio climático. No obstante, existe un amplio consenso de que el cambio climático tiene implicaciones importantes para la economía y la estabilidad de precios, que los bancos centrales no pueden pasar por alto. Por ejemplo, la mayor frecuencia y severidad de eventos meteorológicos adversos podría aumentar la volatilidad en el crecimiento económico y la evolución de los precios. De hecho, algunos modelos estiman que la mera expectativa de que esto ocurra ya afecta a las expectativas de inflación y reduce el tipo de interés natural,1 limitando el (ya escaso) margen de la política monetaria para estimular la economía. Para el caso de la eurozona, este factor supone un reto adicional para el BCE, puesto que el impacto del cambio climático es distinto entre sus países.

En Europa, además, los tratados europeos obligan al BCE a apoyar las políticas y objetivos de la UE, siempre que ello no perjudique la estabilidad de precios. Puesto que la Comisión Europea tiene como objetivo estratégico la lucha contra el cambio climático (el Green Deal y el fondo de recuperación Next Generation EU son una muestra clara de este compromiso), el BCE no solamente podría, sino que debería, incorporar el cambio climático en su toma de decisiones.

Por otro lado, los riesgos climáticos constituyen una amenaza para la estabilidad financiera. También suponen una amenaza para el propio banco central, entre otros porque su balance está expuesto a los riesgos climáticos a través de los títulos de deuda soberana y corporativa que adquiere en el mercado. Así, para el correcto desarrollo de la política monetaria, sería necesario que los bancos centrales también gestionasen adecuadamente la exposición climática de sus activos.
  • 1. Véase Dietrich, A. et al. (2021). «The Expectations Channel of Climate Change: Implications for Monetary Policy». CEPR Discussion Paper 15.866.
Por qué los bancos centrales no deberían ser proactivos
También existen argumentos en contra de una contribución activa de los bancos centrales a la lucha contra el cambio climático. Por un lado, podría interpretarse que, al actuar en este ámbito, las instituciones monetarias estarían sobrepasando sus actuales mandatos. Concretamente, aunque la lucha contra el cambio climático genere amplio consenso en el plano científico, no deja de ser una decisión política. Los gobiernos son los responsables de recoger el mandato de la sociedad en este ámbito y, en consecuencia, los principales actores en las políticas climáticas. En este sentido, el hecho de que un banco central tome partido e influya en la asignación de recursos económicos sin el mandato democrático para ello podría ser percibido como una disminución de su independencia política. Asimismo, el impacto directo que un banco central puede tener sobre el nivel de emisiones es bajo.

Por otro lado, si un banco central decidiera favorecer activos de sectores menos contaminantes, podría considerarse que estaría incumpliendo el principio de neutralidad de mercado.2 Sin embargo, en Europa, este principio presenta algunos matices. El tratado de la UE especifica que el BCE debe actuar de acuerdo con «el principio de una economía de mercado abierta y de libre competencia, fomentando una eficiente asignación de recursos». En este sentido, cuando hay un fallo de mercado (como es la falta de internalización de los riesgos climáticos en el precio de los activos financieros), la asignación de recursos puede ser ineficiente. Siguiendo este argumento, la discriminación por parte del BCE de activos en función de su exposición a los riesgos climáticos podría encajar en los tratados al atenuar un fallo de mercado y mejorar la eficiencia de la asignación. De hecho, la composición actual de la cartera de deuda corporativa del BCE no cumple con la neutralidad de mercado. En particular, la cartera de bonos corporativos replica adecuadamente el universo de bonos elegibles, pero no la estructura económica de la eurozona.3 Además, dada la mayor participación de sectores intensivos en emisiones en el mercado de renta fija corporativa europeo, la cartera de bonos corporativos del BCE presenta un importante sesgo de carbono.
  • 2. Las compras de activos deben reflejar el mercado elegible para garantizar que no se distorsionan los precios relativos de los títulos en el mercado.
 
  • 3. Véase Papoutsi, M. y Schneider, M. (2021. «How unconventional is green monetary policy?». Working Paper.
¿Cómo podría el BCE incorporar la lucha contra el cambio climático en su mandato?
Aunque los bancos centrales puedan actuar frente al cambio climático, parece claro que no deben liderar esta lucha. En cambio, pueden (dentro de los límites de su mandato) complementar la acción de los gobiernos. En este sentido, el BCE tiene a su disposición varias herramientas en el ámbito de la política monetaria y la supervisión bancaria con las que incorporar los riesgos climáticos en su toma de decisiones y operaciones (véase la tabla).
En primer lugar, el BCE podría ajustar su programa de compra de activos privados4 para adquirir deuda solo de empresas que divulguen cierta información climática o cuenten con un rating climático. Esta opción, que genera consenso en el Consejo de Gobierno del BCE, mejoraría la transparencia de la información climática y, por ende, ayudaría a los mercados financieros a clasificar emisores y activos según su exposición a los riesgos climáticos (facilitando así la internalización de estos riesgos en el precio de los activos).

El BCE también podría ir más allá y discriminar en función de los riesgos climáticos, mostrando preferencia por la deuda de empresas que cumplan con ciertos criterios climáticos, o excluyendo aquellos emisores y activos más intensivos en emisiones de carbono (y, por tanto, más en conflicto con los objetivos de descarbonización de la UE).5 Estas medidas, si bien son más proactivas, resultarían difíciles de aplicar sin una divulgación consistente de los riesgos climáticos por parte de las empresas, que todavía se encuentra en una fase inicial y solo aplica a empresas cotizadas. Además, suscitan cierta controversia en el Consejo de Gobierno del BCE. Primero, porque, como se ha mencionado, podrían entrar en conflicto con el principio de neutralidad de mercado.6 Segundo, porque constituyen una solución temporal (la compra de activos forma parte de la política expansiva del BCE y su duración está teóricamente acotada en el tiempo, mientras que el cambio climático es un reto a largo plazo). Y, tercero, porque podrían conllevar un riesgo reputacional para el BCE si los emisores resultaran ser menos verdes de lo que reportan.7

En segundo lugar, el BCE podría realizar ajustes en las operaciones de crédito con entidades financieras y en el marco de activos de garantía (o colateral) con el fin de favorecer las exposiciones verdes y hacer menos atractivas las más marrones. Concretamente, además de condicionar el acceso a financiación a la divulgación de información climática, el BCE también podría ajustar el tipo de interés de algunas de estas operaciones en función del destino del crédito. Por ejemplo, el BCE podría lanzar un programa de financiación verde (green TLTRO), en el que el tipo de interés que pagan los bancos estuviera condicionado a un aumento del crédito a actividades alineadas con la taxonomía verde de la UE. De forma similar, el BCE podría ajustar la valoración de los activos que se le presentan como garantía en función de los riesgos climáticos que identifique (de hecho, el BCE ya acepta colateral con distintos haircuts,8 en función de su perfil de riesgo). Así, podría asignar un menor haircut a los activos más alineados con la taxonomía verde de la UE.

En cualquier caso, ante la falta en estos momentos de información corporativa consistente y estandarizada sobre la exposición a los riesgos climáticos, es de esperar que el BCE actúe de forma cautelosa y que, al menos en un primer momento, priorice el asegurar una amplia divulgación de los riesgos climáticos por parte de empresas y entidades financieras que contribuya a la internalización de los riesgos climáticos en los precios de los activos y que sirva como base para tomar más medidas en este ámbito.

Finalmente, en el ámbito de la supervisión bancaria, el BCE ya ha empezado a tomar medidas para mejorar la calidad y cantidad de datos climáticos disponibles, así como la comprensión de los riesgos climáticos y su impacto, de forma que puedan ser tratados como un riesgo financiero más. Entre estas medidas, destaca la publicación de la guía sobre riesgos medioambientales y climáticos9 que, entre otros, pone el foco en la divulgación de la información climática por parte de los bancos. Adicionalmente, el BCE ha pedido a los bancos que elaboren planes de acción para alinear sus prácticas con las propuestas de la guía (que formarán parte del proceso supervisor anual conocido como SREP). Por último, también destaca el lanzamiento en 2022 de test de estrés climáticos, en los que los bancos autoevaluarán su exposición a los riesgos climáticos y su nivel de preparación para abordarlos –aunque dicho ejercicio no tendrá por ahora repercusión en los requisitos de capital de los bancos–.

 
  • 4. Ajustes en el programa de compra de bonos soberanos (PSPP) serían más difíciles de implementar, puesto que el BCE se encontraría con la dificultad de diferenciar entre políticas y la falta de indicadores climáticos por países.
 
  • 5. Algunos bancos centrales de economías avanzadas ya han avanzado en esta dirección: el Banco de Suecia (Riksbank) solo compra bonos de empresas que cumplan con normas y estándares internacionales en materia de sostenibilidad, mientras que el Banco de Inglaterra anunció recientemente que ajustaría su programa de compra de bonos corporativos para incorporar el impacto climático de los emisores.
 
  • 6. Además, el universo de bonos verdes hoy en día es todavía pequeño, por lo que, si el BCE solo comprase bonos verdes, no podría implementar su política monetaria adecuadamente.
 
  • 7. La emisión de bonos verdes no se traduce necesariamente en unas menores o decrecientes emisiones por parte de las empresas. Véase Ehlers, T. et al. (2020). «Green bonds and carbon emissions: exploring the case for a rating system at the firm level». BIS Quarterly Review.
 
  • 8. Recorte en el valor –o haircut– que se aplica a estos activos para mitigar los riesgos de liquidez y crédito del BCE.
 
  • 9. ECB Banking Supervision (2020). «Guide on climate-related and environmental risks».
Roser Ferrer
 
Ricard Murillo Gili 
#58

Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

Otro que no tiene miedo a la inflación. Esta vez es  James K. Galbraith (Professor of Government and Chair in Government/Business Relations at the Lyndon B. Johnson School of Public Affairs at the University of Texas at Austin).

 
Summers luego se refiere al estímulo fiscal de 3 billones de dólares ya sancionado. Pero unos 2 billones de dólares de este monto están guardados por ahora en ahorros privados, de manera que este punto es redundante respecto del primero. Finalmente, menciona “un aumento de los precios de las acciones y de los bienes raíces”. Sin embargo, no hemos escuchado estas alertas de su parte a fines de los años 1990, cuando era secretario del Tesoro durante un gigantesco boom de las acciones. Y con razón: el boom no causó un aumento de la inflación.


¿Qué es lo que realmente está en juego aquí? Summers tal vez sólo esté intentando revivir el antiguo concepto de la curva de Phillips, que establece que, cuando cae el desempleo, los salarios –y por ende los precios- suben. Pero si este patrón alguna vez existió, desapareció hace 50 años, y hasta los economistas de pensamiento más lento abandonaron la curva de Phillips a mediados de los años 1990. Desde entonces, casi todos los nuevos empleos en Estados Unidos se han creado en los sectores de servicios, donde los mercados laborales “restringidos” tienen poco efecto en los salarios y ningún efecto en los precios al consumidor.


Asimismo, los mercados laborales de Estados Unidos hoy no están ni cerca de ser restringidos. El ratio de empleo y población sigue estando por lo menos cuatro puntos porcentuales por debajo de donde estaba hace un año, y parece estar aplanándose después de un marcado rebote. Eso significa que todavía hay unos cinco millones de personas que estaban trabajando en 2019 pero que hoy no trabajan. Las razones son desconocidas. Quizá los empleadores no los quisieron contratar nuevamente o los empleos en oferta no son muy buenos. Tal vez regresarán más adelante –este año o después- cuando el colchón ofrecido por todos esos ahorros disminuya.


¿Qué es entonces lo que está motivando el miedo a la inflación de Summers? Cuando un economista de su talla hace estos comentarios engañosos, cabe preguntarse si no tiene alguna otra cosa en mente.


Sin duda, existen algunos riesgos reales para los precios. Uno importante es la especulación financiera –en petróleo, metales, madera para la construcción de viviendas y demás-. No es raro que los actores financieros ofrezcan precios más altos retirando estos productos del mercado a comienzos de un boom. (Los chinos conocen de esto y están debidamente controlando el acaparamiento de cobre y otros metales).


Otro riesgo que podría surgir es si la Fed aceptara el consejo de los halcones de la inflación. Para la mayoría de las empresas, el interés es un costo como cualquier otro y un incremento de ese costo se trasladaría, en parte, a los precios al consumidor. Es interesante que Summers no mencione ninguna de estas cosas, que podrían ser mitigadas con una regulación estricta del sector financiero –y, por supuesto, no aumentando las tasas de interés.


Pero puede haber temores más profundos que se esconden debajo de la superficie del ensayo de Summers. Uno tiene que ver con los 2 billones de dólares de ahorros. A través de pagos directos y de un mayor seguro de desempleo, una buena cantidad de esa suma estuvo destinada a hogares de clase trabajadora –el primer ingreso de dinero importante para muchas de esas familias en décadas-. Tener algo de efectivo les permitía ser menos propensos a endeudarse –y así menos dependientes de los bancos-. Los trabajadores quizá también podían exigir salarios más altos, creando la “escasez de mano de obra” de la que habla Summers (al menos temporariamente). En términos más generales, cuando la gente tiene cierto colchón financiero, es más difícil poder darle órdenes.


Una segunda causa de ansiedad puede percibirse en el pedido de Summers de “declaraciones claras de que Estados Unidos desea un dólar fuerte”. Ésta es la angustia secreta de los hombres de moneda fuerte, un grupo inseguro al que le inquieta que su posición en el tótem global tal vez no sea del todo segura. Quizá tengan razón. El mundo centrado en el dólar de hoy refleja los alineamientos de poder del período entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y el fin de la Guerra Fría en 1989. El poder de Estados Unidos desde entonces se ha erosionado, abriendo la posibilidad de que el sistema monetario del mundo algún día se pueda dar vuelta.


Eso tal vez no suceda en lo inmediato. Pero cuando llegue el momento, si es que llega, será luego de décadas de decadencia, de mejores estrategias aplicadas en otras partes, de heridas autoinfligidas de las eras Reagan, Clinton y Bush, del sacrificio de la base industrial de Estados Unidos en los años 1980, de la fragilidad del orden global que surgió en los años 1990 y del gasto militar excesivo de los años 2000. Frente a todo esto, unas pocas “declaraciones claras” no significarán mucho. 
#59

Puntos clave de la reunión de BCE de Junio

Servicio de Estudios de Caixabank:
 
Puntos clave de la reunión del 10 de junio de 2021

  • Tras la reunión del Consejo de Gobierno el BCE no ha modificado ni los tipos de interés ni los programas de compra de activos pese tener una visión más optimista del escenario macroeconómico que en la reunión de marzo, reflejada en unas mejores proyecciones.
 
  • Así, el ritmo de compras netas del programa de emergencia desplegado tras el estallido de la pandemia (PEPP) se mantendrá durante el 3T en un nivel significativamente superior al de los primeros meses del año (80.000 millones de euros mensuales, los mismos que se han visto en el 2T).
 
  • Esta decisión se ha tomado con la intención de prevenir un tensionamiento de las condiciones financieras, posiblemente derivado de un aumento en los tipos de interés soberanos, y asumiendo que el rebote de la inflación en la eurozona será transitorio. De hecho, así lo refleja en las nuevas previsiones macroeconómicas con una revisión de 0,4 p. p. al alza de la inflación para 2021, hasta el 1,9% (1,5% para 2022).
 
  • Con todo, queda claro que el BCE ha priorizado en esta reunión el mantenimiento de un entorno financiero acomodaticio que apoye a la recuperación económica y ha dejado en segundo plano las preocupaciones de una parte del Consejo de Gobierno y del consenso sobre un eventual sobrecalentamiento de la economía de la eurozona.

Los detalles del escenario económico y la política monetaria
  • Después de la contracción del PIB de la eurozona en el 1T (-0,3% intertrimestral), el BCE espera que la actividad económica se acelere en el segundo y tercer trimestre de la mano de la vacunación y la retirada gradual de las medidas de prevención de contagios. Así, el aumento del consumo doméstico e internacional y el mantenimiento de las políticas expansivas en el ámbito fiscal y monetario deberán ser los motores de la recuperación económica.
 
  • Christine Lagarde destacó que la recuperación ya no solo se observa en el sector manufacturero, que mantiene su dinamismo, sino que se refleja en el de los servicios. Asimismo, consideró que los riesgos sobre el escenario están ahora balanceados, pues una demanda embalsada mayor de lo esperado o una mejora de las perspectivas globales compensan la posibilidad de que la evolución de la pandemia se vuelva a torcer, por ejemplo, debido a nuevas mutaciones más resistentes a las vacunas.
 
  • Este mayor optimismo ha llevado al BCE a revisar sustancialmente al alza sus previsiones macroeconómicas (véase la tabla).
 
  • En cuanto a la inflación, el BCE ha reiterado que interpreta el repunte de 2021 como temporal, pues se debe a elementos que en enero de 2022 deberían desaparecer (como el precio del componente energético y la rebaja del IVA en Alemania entre julio y diciembre de 2021) y llevar de nuevo a la inflación a niveles más contenidos. Así lo ha reflejado en el cuadro macroeconómico, con una revisión de hasta 0,4 y 0,3 p. p. de la inflación para 2021 y 2022, respectivamente. Sin embargo, Lagarde destacó la presión que los cuellos de botella en el lado de la oferta pueden tener sobre la inflación y, pese a que debería ser también un factor transitorio, podría perdurar más en el tiempo que los elementos antes mencionados.
 
  • En el medio plazo, se espera que la inflación continúe contenida, debido a la holgura del mercado laboral, y que sea necesario mantener un entorno altamente acomodaticio para llevar la inflación al objetivo de por debajo, pero cerca del 2%, en el medio plazo.
 
  • La lectura de las condiciones financieras no ha sido muy distinta a la del mes de marzo, pues se han mantenido relativamente estables pese a un moderado aumento de los tipos de interés soberanos. En este sentido,  el BCE considera que un repunte más sostenido en el tiempo de estos sí que podría alterar las condiciones financieras en su conjunto.  Por este motivo, consideró necesario mantener en el 3T las compras del PEPP en un ritmo “significativamente superior” al observado en los primeros meses del año (creemos que se mantendrán en torno a los 80.000 millones de euros mensuales observados ya en abril y mayo).
 
  • Sobre esta decisión, Lagarde ha sido relativamente transparente (para los parámetros del BCE) y ha explicado que ha habido “un par” de voces divergentes. Posiblemente, éstas considerasen más apropiada la opción de reducir el ritmo de compras, en vistas del rebote de la actividad económica que espera para la segunda mitad de año y de los temores a un repunte de la inflación.
 
  • Del PEPP quedan todavía por utilizar hasta marzo del año que viene unos 750.000 millones de euros hasta los 1,85 billones con los que está dotado actualmente aunque, como se ha recordado hoy, si fuese necesario o bien no se agotaría la totalidad del programa o se podría ampliar. Sobre la finalización del programa y si esta pudiera motivar un mayor protagonismo del APP (con el que actualmente se adquieren 20.000 millones de euros mensuales) Lagarde ha sido contundente al asegurar que es prematuro entablar esta discusión.

Tipos de interés oficiales
  • El tipo de interés de la facilidad de depósito se mantiene en el –0,50%, el tipo refi en el 0,00% y el tipo de interés de la facilidad marginal de crédito en el 0,25%.
 
  • Además, el BCE espera mantenerlos en los niveles actuales (o inferiores) hasta que la inflación de señales de converger al objetivo (debajo, pero cerca, del 2%).

Reacción de los mercados
La reunión del BCE transcurrió sin grandes sobresaltos en los mercados financieros. Pese a algunos vaivenes en los principales activos financieros de la región (Eurostoxx 600, Bund alemán, primas de riesgo de la periferia y el euro dólar), la mayoría volvieron a los niveles con los que abrieron la sesión. De hecho, la publicación del dato de la inflación de mayo en EE. UU., con el que se avivan los temores a un sobrecalentamiento de la economía norteamericana, tuvo también un impacto muy moderado en los mercados financieros.

Ricard Murillo Gili

PD.- Según publica hoy Bloomberg  los responsables de la formulación de políticas del Banco Central Europeo discreparon en su reunión de ayer sobre la cantidad de compra de bonos que se necesitaría cuando la liquidez en los mercados financieros sea menor durante el verano, según funcionarios familiarizados con el debate. La sesión del Consejo de Gobierno también vio a algunos miembros plantear la perspectiva de riesgos al alza para la inflación en la zona euro, dijeron los funcionarios. La gente pidió no ser identificada porque la reunión fue privada. 
#60

Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones

Hola amigo.

El post tiene muchas cosas correctas, pero parece olvidar el hecho de que estamos o estábamos en un periodo fuerte de deflación Y la llamada "inflación" actual no es igual a una inflación en una economía "normal".

Tambien no debemos olvidar que la inflación, aunque es un impuesto escondido, también permite al Estado pagar sus deudas a un precio mas barato (Time-Value of money).

Unos de los mitos mas populares de siempre es que el dinero que el "tío Jerome" está disparando de la mal llamada "impresora de dinero" está realmente fuera de su control. Esto es simplemente falso.

Técnicamente, el dinero en efectivo en su billetera dice "Nota de la Reserva Federal". Pero el efectivo en el sistema no es realmente una función de la política de la Fed. Está controlado principalmente por los bancos privados y la demanda de efectivo de sus clientes. La forma básica de pensar en esto es que los bancos crean depósitos.

Y los bancos nos permiten al resto de nosotros retirar algunos depósitos y convertirlos en efectivo. Por lo tanto, cuando un banco tiene clientes que necesitan efectivo (suponiendo que el banco aún no tiene ninguno) le piden a su Banco de la Fed local que les emita algo de efectivo. Y la Fed confía en que el Tesoro de Estados Unidos imprima algunos billetes físicos y los venda a la Fed al costo. Y luego el banco intercambia algunas reservas por efectivo físico. Y luego el banco pone el efectivo a disposición del cliente.

Sin embargo, todo este intercambio de dinero realmente solo hizo una cosa: ayudó a un cliente bancario a convertir UN depósito EXISTENTE en una nota en efectivo. El nuevo efectivo no era dinero nuevo. Después de todo, el depósito ya estaba allí. El depósito era el dinero nuevo en primera instancia cuando el banco lo creó. Por lo tanto, cuando ese cliente del banco retira el dinero, su saldo de depósito disminuye y su saldo de efectivo sube. La Fed no creó dinero nuevo cuando emitió el efectivo al banco.

Simplemente crearon un nuevo activo que permitía a un cliente bancario intercambiar depósitos por efectivo. Y cuando el cliente termina con el efectivo ahora hay MENOS depósitos en el sistema y más efectivo. Pero la cantidad de activos que tienen los hogares sigue siendo la misma. La Fed ayudó a cambiar la composición de los activos, pero no cambió la cantidad de los activos.

Pero, qué pasa con el QE y toda esa "impresión de dinero"? La forma más sencilla de pensar en esta operación es cuando un banco vende un bono T a la Fed. El banco obtiene una nueva reserva de efectivo. Y la Fed obtiene el bono.

Sí, técnicamente hay más "dinero" en el sector privado, pero el T-Bond también fue sacado del sector privado. El banco esencialmente intercambió una cuenta de ahorros que ganaba intereses a cambio de una cuenta corriente de menor ganancia de intereses. Es por eso que siempre enfaticé que el QE es un "intercambio de activos".

El principal problema con la propaganda mediatica, aparte de todos los conceptos erróneos operativos en los que se basa, es que asigna un falso grado de poder a la Fed. Claro, la Fed es una entidad poderosa y no estoy negando que teóricamente puedan hacer cosas que causarían inflación. Pero la forma tradicional en que pensamos en la Fed es engañosa. El Tesoro de Estados Unidos es la entidad con la impresora de dinero y la mayor parte de lo que hace la Fed implica cambiar la composición de esos activos impresos u otras políticas tangenciales que funcionan a través de canales secundarios.

Hace unos meses, creo que en Abril, escuche decir a un analista de un fondo de inversiones de NY, que la inflación real era del 10% y era asi desde hace 1 decada... Técnicamente eso es una falacia amigo. Y en caso que fuese así, pues seria una bendición (es preferible la inflación que la deflación)

El primer elemento que hace que esta narrativa sea difícil de creer es la idea de que la inflación ha sido mucho más alta que el PIB nominal. El PIB nominal ha promediado apenas el 3,6% en los últimos 10 años. Por lo tanto, si la inflación ha sido del 10 % o más durante gran parte de este período, eso significa que nuestra economía se ha reducido en un 50 % desde 2010 y en un 80 % desde 2000 en términos reales.  Esto no ocurrio~

La otra cosa que hace que esta narrativa sea prácticamente imposible de creer son los mercados de bonos y materias primas. Los mercados de materias primas han sido aplastados durante los ultimos10 años. Y los rendimientos de los bonos han estado en una caída perpetua. Esto es una realidad en todos los mercados de bonos de la mayor parte del mundo.  Por lo tanto, si la inflación ha sido del 10% durante todo este tiempo, eso significaría que algunos de los mercados más grandes e inteligentes del mundo lo han tenido todo al revés.

Miremos como ejemplo mercados Inmobiliarios como New York, donde en lugares como Riverside DR, donde un apartamento de dos dormitorios con 1,000 pies cuadrados de espacio habitable cuesta alrededor de $1.5 millones. El alquiler es de aproximadamente $3,000 por mes, lo que equivale a un mísero rendimiento bruto de alquiler del 2.4%. Después de contabilizar el mantenimiento y los impuestos, es más como el 1,7%.

Aunque un rendimiento tan bajo puede parecer poco atractivo para los propietarios de comprar para alquilar, fue considerablemente peor durante la mayor parte de la última década, cuando el costo de la financiación estaba por encima del rendimiento del alquiler. Cuando los compradores estaban apostando puramente por la apreciación de los precios y dispuestos a aceptar un flujo de caja negativo durante su período de inversión.

Ahora, gracias al COVID-19 y a la FED, los costes de financiación son inferiores a los ingresos por alquiler, y el flujo de caja de los inversores inmobiliarios se ha vuelto positivo. Para aquellos que están considerando comprar una propiedad para su propio uso, pagar intereses y amortizaciones ahora es a mucho más barato que alquilar.

Pero comprar un apartamento en vecindarios como Riverside DR tiende a requerir al menos el 25% del capital a medida que los bancos se han vuelto más conservadores desde la crisis financiera global pasada. Si un comprador potencial tuvo el éxito suficiente para ahorrar alrededor de varios cientos de miles de dolares para un pago inicial, todavía tendrá que pagar eventualmente el préstamo de $1,1 millones. Desde una perspectiva antes de impuestos, esto implica casi el doble de la cantidad de dinero que se necesita ganar.

Algunos compradores potenciales están apostando activamente por la inflación para ayudar a reducir la carga de la deuda con el tiempo. La teoría es que todas las políticas monetarias y fiscales de la última década conducirán a una mayor inflación. Las valoraciones de los ingresos y los activos reales deberían aumentar junto con la inflación, pero el monto del préstamo se mantiene igual y se erosiona en términos reales. Comprenden??

La Inflación para los inversores (sector determinante en una economía) es un ahorro. Esto podria parecer poco importante para muchos, pero no lo es.   

Veamos Esta realidad.






Como puedes ver, Los Estadounidences tienen $32 Trillones en propiedades residenciales (Osea, donde ellos viven) con una deuda total de $11 Trillones y una plusvalía de $21 trillones, lo que da una plusvalía por hogar de $257,000.   Y ese dinero esta parqueado en los bancos en estos momentos o siendo invertidos en la compra de mas propiedades (Por ejemplo, aqui en Miami, las propiedades se venden en un lapso de 9 dias y casi siempre all cash).  Si contamos los Bienes Raices comerciales, la cifra en activos sube a $52 Trillones de dolares.

En resumen, cuando hay inflacion los activos suben y la deuda se devalua creando una plusvalia que es facil de sacar y 100% libre de impuestos (los prestamos no pagan impuestos) Y que puede ser usado para comprar mas activos devaluados.

Por ultimo, es  importantísimo  no comparar los sistemas monetarios de USA o Japon o BCE con las del resto del mundo.  No es lo mismo Que Argentina se endeude en Dolares (moneda extranjera) e imponga sistemas socio-economicos anti progresos que la FED compre deudas creadas por el sector privado en su propia moneda  y que luego los convierta en valores (aka bonos)

El objetivo de mi comentario es puramente el hacer entender a los lectores la realidad de que la inflacion es mas complejo de lo que los medios masivos y economistas con agendas politicas internas, nos quieren decir. La Inflacion es un tema complejo porque se requiere de muchas variantes y situaciones. Un pais sin un mercado de capitales solidos, endeudandose en otras monedas, ciertamente tendra problemas enormes. 

Cuando un pais se endeuda en su propia moneda y encima compra e intercambia dinero por valores, entonces ese pais dificilmente tendra problemas serios. 

Porque Argentina o Republica Dominicana o Pakistan no hacen esto? Porque no crean un mecanismo de capitales de clase mundial?  Porque se requiere de un sistema Capitalista y esto erosiona el poder de la clase politica y oligarca. Es mas barato embrutecer mas a las masas, creando fantasmas donde no los hay y perpetuarse en el poder. 

Un abrazo a todos.
Te puede interesar...
  1. Inflación y tipos en el punto de mira, la historia no se repite pero rima
  2. La Euforia Post-Trump: ¿Calma o Tormenta en el Mercado?