El comisario de Comercio y jefe negociador con Estados Unidos, Maros Sefcovic, ha asegurado este miércoles que las conversaciones en curso han evitado a la Unión Europea "aranceles más altos" que los que ya impone Washington al 70% de las producciones europeas; al tiempo que ha insistido en que hay opciones de cerrar un principio de acuerdo en los "próximos días".
"Hemos logrado avances en el texto de la declaración conjunta o acuerdo de principios y espero que pronto podamos finalizar el trabajo", ha afirmado Sefcovic en un debate sobre la crisis arancelaria en el pleno del Parlamento Europeo que se reúne en Estrasburgo (Francia).
"Mientras que otras naciones afrontan un aumento de aranceles de Estados Unidos por las cartas enviadas el lunes por el presidente Trump, nuestras negociaciones han evitado que la UE afronte aranceles más altos", ha asegurado el comisario, que habla en nombre de los 27 en política comercial.
Horas antes, su portavoz, Olof Gill, indicó desde Bruselas que la Unión Europea no espera recibir ninguna de las cartas anunciadas por la Casa Blanca para informar de nuevos gravámenes a partir del 1 de agosto a una serie de países a los que Estados Unidos no ha identificado en detalle.
El portavoz comunitario también informó de que el comisario mantuvo una llamada telefónica el martes con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, y prevé hablar este mismo miércoles con el representante de Comercio, Jamieson Greer.
Con todo, Sefcovic ha dado por buena la "prórroga del 'statu quo' hasta el 1 de agosto porque permite "espacio adicional" para llegar a una "conclusión satisfactoria", mientras los negociadores ganan tiempo para definir el trabajo en detalle.
Aún así, el comisario comercial ha confiado en que el acuerdo de principios llegue "en los próximos días", pero ha avisado de que si se logra, "no será el final, sino el principio de un nuevo comienzo".
El acuerdo, ha defendido, "proporcionaría un marco" sobre el que "seguir construyendo, definiendo los parámetros exactos de los acuerdos posteriores", lo que, en definitiva, lo convertiría en el "marco fundacional para allanar el camino" hacia una relación mucho más desarrollada.
En el curso del mismo debate, la ministra danesa de Asuntos Europeos, Marie Bjerre, que este semestre ejerce la presidencia de turno del Consejo, ha avisado de que la paciencia de la Unión Europea "no es ilimitada", por lo que si no se llega a un acuerdo "antes de la fecha límite establecida", el bloque está preparada para "activar contramedidas específicas y proporcionales en defensa de su interés legítimo".
"Estamos evaluando cuidadosamente no sólo los efectos de los nuevos aranceles estadounidenses sobre las exportaciones de la UE, sino también vigilando cualquier efecto indirecto negativo, ya que simplemente no podemos absorber la sobreproducción global ni aceptar el 'dumping' en nuestros mercados", ha remachado.
FIRMEZA Y MARCO FIABLE
Este mismo miércoles, en el curso de otro debate en la Eurocámara, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha afirmado que la UE está negociando con firmeza para lograr un acuerdo comercial que asegure un "marco fiable" que ponga fin a la guerra arancelaria, al tiempo que ha subrayado que, mientras continúan las conversaciones, Bruselas se prepara para "todos los escenarios".
"Nuestra línea ha sido clara: seremos firmes, pero preferimos una solución negociada. Por eso trabajamos estrechamente con la Administración de Estados Unidos para lograr un acuerdo", ha dicho Von der Leyen ante los eurodiputados, días después de admitir en una rueda de prensa que veía "imposible" cerrar un acuerdo "en detalle" en el plazo inicial del 9 de julio marcado por Washington para las negociaciones.
"Buscamos un marco fiable desde el que construir nuestro comercio común", ha continuado la jefa del Ejecutivo comunitario, quien ha insistido en que la Unión Europea sigue fiel a sus principios y "defenderá sus intereses". Hace pocos días, la propia Von der Leyen admitió que veía "imposible" cerrar un acuerdo completo antes del 9 de julio y auguró que sería necesario seguir negociando "en detalle" después de llegar un pacto de base.
En la batalla comercial lanzada tras su llegada a la Casa Blanca, Trump activó aranceles del 50% sobre el acero y el aluminio europeo, de otro 25% sobre las importaciones europeas de vehículos y piezas y anunció otro 20% masivo sobre la mayoría de producciones restantes procedentes de la UE.
Con la tregua anunciada hasta el 9 de julio para dar margen a la negociación, el presidente norteamericano mantuvo en realidad los gravámenes sobre el acero, el aluminio y los coches, si bien redujo temporalmente del 20 al 10% los otros aranceles, a los que Estados Unidos se refiere como "recíprocos" aunque no lo sean