Ayer fue un día crucial ya que el devenir de los mercados depende de cada una de las frases, de cada palabra y su entonación que salen de la boca de Powell y demás miembros con poder de voto de la FED.
Esta película ya la hemos visto en la Gran Crisis Financiera y a pesar de los malos augurios de algunos charlatanes de Wall St. yo esperaba la continuidad de una política y un tono híper acomodaticio. No hay que llevar mucho tiempo en los mercados, o basta con haber estado allí (2008-2016) para saber que el asesino era el mayordomo...
La bolsa según el clásico es un mecanismo de trasvase de dinero del paciente al impaciente. Efectivamente la velocidad con la que debe hacerse dinero que tienen en mente la mayor parte de los actores del mercado, que a partir de un determinado ritmo penetra en el territorio de la codicia, no es compatible con la creación de valor empresarial mundial, con la evolución del PIB, que es mucho más lenta. De ahí que el impaciente a la larga, en tandas cortas, suele acabar desplumado y el paciente, en tandas largas, suele sortear adecuadamente los engaños de Wall St y acaba haciendo fortuna, eso sí, asumiendo el ritmo de crecimiento mundial terrícola.
La tasa de creación de valor en el mercado in the long run han rondado el 6%. Ahora mismo, en mi punto de vista de lleno en la revolución tecnológica, análogamente a lo que ocurrió a partir de la creación de Watt de la máquina de vapor, amplios sectores de la economía se favorecen del nuevo state of the art techno y esa tasa podría ser un poco mayor en ellos.
En la gran Crisis Financiera se comenzó con una purga profunda y prolongada, se buscaron culpables, se cortó en la plaza pública la cabeza de Lehman Brothers para que sirviera de escarmiento a los malévolos creadores de basura de la banca de inversión y luego llegó Bernarke, como Moisés, a dirigir al pueblo hacia la tierra prometida abriendo las aguas del mar y creando trillones de dólares para el asombro de los mortales. Cuando un líder es capaz de tan asombrosas azañas la dependencia de su liderazgo es absoluta. Teniéndole a él nada me falta. Si un día estornuda todos a temblar.
Y así se desarrollan los hechos en estos comienzos de 2021, donde el pulgar de Powell y su movimiento de muñeca tienen más fuerza y poder que cualquier otro acontecimiento, de hecho ya no importan los acontecimientos, sólo la palabra de la FED.
La historia se repite pero existen diferencias notables. En la crisis Covid, además de traernos de regalo la exterminación directa de decenas de millones de terrícolas, hemos visto un rápido y no excesivamente profundo flash crash y rápidamente nos hemos ido a los cielos en el más vergonzoso desacople con la economía real que han visto mis ojos, y antes del Covid ya veníamos de cotas muy altas con mercados completamente adulterados que ya apuntaban desaceleración económica en puntos clave del globo.
Ahora es un momento de romanticismo puro. Si el pueblo se siente amado por su líder Powell hará lo que se pida, como las muchachas de Conan que se despeñaban a la señal del mago serpiente. Si Jay nos da la espalda no existe consuelo y el mercado buscará el acantilado, y todo el mundo sabe que los acantilados suelen ser muy verticales...