Los mercados y en general la población piensan muchas cosas, y hay veces que de repente, como cuando cambia el viento de repente y baja de los cielos amar y Poppins, pasan a pensar lo contrario.
No voy a ahondar en mi opinión sobre los bonos y la inflación, ya se que en el foro no tengo mucho compañero de viaje en este aspecto, pero solo quiero recalcar que en tres días, tres, la FED, el jefe y demás gobernadores, además de la maquinaria política de medio planeta, han orquestado un cambio de discurso para evitar insurgencias en la comunidad financiera. Que esto haya sucedido así no significa que el fondo del asunto haya cambiado, ni mucho menos. Es un juego de percepciones, un truco de magia.
En un momento dado el año pasado, Lancet, Science y un montón de templos de referencia así como mucho científico adscrito a la causa, lanzaron al mundo la idea de que el covid era natural como la vida misma, de forma irrefutable. Yo no es que sea contrarían por naturaleza, pero siempre he pensado que ese maldito virus ha salido de un laboratorio chino. Un año más tarde parece que ya no es todo tan claro y se han filtrado hasta mails de Faucci como director de esta puta comedia orquestada con el Morgan Freeman de la WHO.
Quiero recordar también todas esas frases de Bernarke y compañía antes y después del estallido y desmoronamiento del mercado hipotecario, como se decía una cosa que convencía a todo Dios y en menos de un año eran frases para memes y chirigotas.
Quizás no tenga razón y lo que veo como el trading del año no lo sea y no sea capaz de entender el verdadero mecanismo que mueve el mercado de bonos y la inflación, pero sí creo que tengo la suficiente experiencia de la anterior Crisis financiera, que aunque no operaba con algo me quedaba, como para pensar que la obra de teatro de estos últimos días es una manipulación “judeomasónica” para coger un poco de aire.
Quien pudiera ver por un agujerín los desayunos de Powell con la blanca Paloma Yellen… ya puede ser bueno el café y los croissants…