En la formación del precio del petróleo inciden muchos factores. Oferta, demanda, nivel de inventarios, especulación y perspectivas. Cada uno de ellos influye en el precio, siendo los dos primeros, los factores más importantes, que dan consistencia a la formación del precio, aportando los tres últimos, el redondeo (aunque puntualmente puedan tener cierta importancia).
Con el estallido de la pandemia, la demanda pasó a ser el factor dominante. Sin recuperación prevista, el precio languidece por debajo de los 50$. Por eso la vacuna fue un espaldarazo, que levantó hasta los 70$ los límites del año 2020.
Como comentaba ayer y en contra de lo que refiere el artículo de referencia, la incapacidad de la industria del shale de responder con rapidez, ha elevado los precios de forma estructural al entorno de los 70$. Precio interesante para los productores de shale.
La EIA estuvo todo el año 2020 tomando como referencia precios de 50$ para el largo plazo, y muy a su pesar ha tenido que elevar a 65-70$ la nueva estimación. Precios por encima de 80$, destrozan la economía mundial y por ello se hace esta advertencia, para que la Opep+ vuelva a producir más cantidad de petróleo. Es parte del juego geopolítico.
Respecto a la capacidad del shale oil, ya comentaba ayer que el agotamiento de los pozos dulces implica el desarrollo de los pozos tier2-3, cuya productividad es menor y por lo tanto necesita precios más altos para ser rentable. Si la demanda se mantiene fuerte (depende de las sucesivas olas, el resultado de la vacunación y la restauración de la confianza, algo que esta por demostrar todavía), la oferta no será suficiente por el largo periodo sin inversiones y el precio alcanzará los 100$. Este precio o en su caso una subida por encima, es insostenible en la situación de endeudamiento mundial, por lo que causará otra ronda de inyecciones de los BC y una elevación de la inflación, que puede conducir a la devaluación monetaria y la retroalimentación inflacionaria, con consecuencias desastrosas.
Este movimiento, causado por la escasez de recursos (no solo petróleo) es el que los economistas no terminan de apreciar, porque para ellos la energía siempre está a disposición del mercado.
En el fondo, tras este periodo turbulento, se adivina la gran crisis deflacionaria al estilo 1929, tras la explosión de la burbuja.
Perdón por el tocho.
Saludos.