Muchas gracias, Josmalobla. Aquí seguimos preparados por si hay que salir corriendo :D
La verdad es que me planteas una cuestión profunda, cuya respuesta daría para un extenso debate. Intento aportar mi visión y el por qué no indexo la cartera. Por supuesto, es algo muy personal y subjetivo, donde influyen muchísimos factores, y que como todo, tiene sus pros y sus contras.
En primer lugar, no soy partidario de reducir la cartera a un único factor. En este caso, seleccionar un Vanguard (o Amundi, iShares, Fidelity, Pictet...) como señalas te condiciona la inversión al factor tamaño. El mercado pondera las empresas en función de su capitalización bursátil, lo que puede resultar que en un mercado eficiente irán ganando peso las buenas compañías y perdiéndolo las malas. Pero esto puede inducir a importantes riesgos provocados por determinadas situaciones que se alejan del propio análisis fundamental de las compañías. Por poner un ejemplo, voy a citar a Tesla. Yo no sé si esta compañía va a poder justificar su valoración actual, si su amplio modelo de negocio va a generar unas ventajas competitivas sostenibles en el tiempo, o cuál será su evolución. Y conste que me parece una compañía top, disruptiva como pocas, con un foso enorme, pero tremendamente complicada de valorar. Y lo que quiero transmitir es que existe un riesgo nada despreciable de invertir en empresas como ésta siguiendo únicamente su capitalización en bolsa.
Otro riesgo que puedo apreciar en la indexación es la tendencia creciente a este tipo de inversión. Por sencillez y resultados, cada vez más inversores optan por esta fórmula para poner a trabajar sus ahorros. Esto puede lastrar la eficiencia del propio mercado, dejando oportunidades de inversión que una buena gestión activa es capaz de identificar.
Más riesgos que se podrían considerar es, precisamente -y aunque parezca paradójico-, su amplia diversificación. Que se base sólo en el market cap puede hacer que estemos invertidos en compañías con modelos de negocio obsoletos o en industrias que requieran una profunda transformación. Estar invertido en este tipo de empresas dentro del índice, aunque se vaya ajustando, puede suponer una destrucción de valor importante. Sí, el índice irá equilibrando justo con la parte contraria, buenas empresas en crecimiento (tamaño) y que irán ponderando más, pero con una buena gestión activa se podría evitar la parte negativa, directamente al desechar esas compañías con unas negras perspectivas.
En colación con esto, en períodos bajistas, la indexación ofrece una peor protección que un buen fondo de gestión activa. Tanto por el propio stock picking, como por el asset o incluso por el empleo de herramientas de cobertura.
Con carteras como las que tengo conformadas, con diversidad de factores y delegada en equipos gestores con una consistencia probada en el tiempo, creo que mitigo buena parte de los riesgos. Quizás en el largo plazo sea difícil batir al mercado, pero como he expuesto en muchas ocasiones, mi objetivo prioritario no es maximizar la rentabilidad. Es crear carteras adaptadas a nuestros perfiles que permitan hacer crecer nuestro patrimonio con una buena relación riesgo-rentabilidad.
También, por otra parte, un indexado al mundo me limita la forma en que gestiono mis carteras, que aunque la estructura sufra pocas alteraciones, se producen determinados ajustes y adaptaciones. Ahora mismo son tres carteras, próximamente una más, con distintos niveles de riesgo, pero incluso con la más agresiva de todas ellas, logro una beta de mercado menor, y con menor volatilidad. Evito sectores y empresas que no quiero tener, y me posiciono sobreponderando aquello que considero a largo plazo puede funcionar mejor. Y lo hago a través de equipos gestores que he estudiado y analizado cómo, en qué y por qué invierten de la manera en la que lo hacen. Eso me proporciona la tranquilidad y confianza para mantener la estrategia en los momentos malos que seguro habrá por el camino.
Por supuesto, la indexación tiene muchas ventajas. Por sencillez y eficiencia en costes, probablemente la mejor alternativa para muchos perfiles. DCA pase lo que pase, y sin mirar en años la inversión. Pero claro, no todo inversor tiene unos objetivos, ni horizonte temporal, ni aversión al riesgo, similares.
También hay que tener en consideración el propio riesgo gestor. Nada garantiza que nuestros fondos de gestión activa sean capaces de reducir los riesgos a los que he hecho referencia. Por eso considero fundamental conocer perfectamente la estrategia que persigue cada fondo, cómo se gestiona la cartera y cuál ha sido su performance en distintas situaciones de mercado. Y repartir distintas estrategias dentro de la cartera.
Si en nuestro país la fiscalidad de los ETF's fuese distinta, probablemente yo me desplazaría hacia una gestión activa a través de instrumentos indexados. Por operativa, fiscalidad, eficiencia en costes y reducción de riesgo gestor. Pero eso es un hándicap hoy por hoy, insalvable para mi.
En períodos alcistas donde todo sube, da igual si bueno o malo, caro o barato, indexarse puede ser una opción interesante., porque los sectores que tiran se van alternando, y es complicado acertar con el timing. Pero cuando todo esto se dé la vuelta, la indexación luce sus carencias.
Dicho todo lo cual, respeto todas las fórmulas de inversión. Yo en tiempos llevaba para mí mismo una cartera combinada gestión activa/gestión indexada, y aún llevo indexación en uno de los PP que mantengo sin aportaciones.
Creo que ya me he extendido más de la cuenta, aunque el debate seguro podría alargarse. Voy a pedir otra ronda antes de contestar a tu siguiente cuestión.