Estrategia de supervivencia: ¿antes o después del rechazo de la EMA?El recurso a la movilización de pacientes y líderes de opinión médicos (KOLs) es una de las herramientas más poderosas con las que cuentan las startups biotecnológicas que desarrollan fármacos en áreas de alta necesidad médica. A diferencia de las grandes farmacéuticas, que pueden permitirse esperar resultados más maduros o relanzar un ensayo tras un rechazo regulatorio, una negativa de la EMA puede representar para una startup el final de su programa y, en muchos casos, de la propia compañía.En este contexto, surge la pregunta clave: ¿esta estrategia debe desplegarse solo tras un rechazo formal de la EMA o conviene activarla antes?Actuar solo después del rechazoEsperar a un rechazo para movilizar pacientes y médicos tiene un beneficio claro: la presión social se percibe como una reacción legítima frente a una decisión regulatoria considerada injusta. El relato ético es más sencillo: “la EMA nos ha cerrado la puerta, pero los pacientes no pueden quedarse sin acceso”.Sin embargo, esta opción es problemática para una startup. Tras una negativa, el valor de la compañía suele caer de forma inmediata, la confianza de los inversores se deteriora y la capacidad de financiar tanto el desarrollo clínico como el acceso compasivo a los pacientes se ve comprometida. En otras palabras, cuando llega la reacción de los pacientes, puede que el sponsor ya no disponga de los medios para sostener la producción o la continuación del programa.Actuar antes del rechazoLa alternativa es preparar y activar la estrategia durante el proceso de evaluación. Esto permite que la voz de pacientes y KOLs forme parte del debate regulatorio desde el inicio, reforzando el argumento de que el acceso temprano no es solo una cuestión científica, sino también ética y social.El riesgo de esta vía es que la EMA perciba la presión como prematura o como una forma de manipulación. Si la campaña es demasiado visible o agresiva antes de que el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) emita un dictamen, puede generar desconfianza hacia el sponor.El enfoque habitual en big pharmas y startupsLas grandes farmacéuticas rara vez recurren a campañas públicas previas a un dictamen de la EMA. Prefieren esperar, porque un rechazo no pone en peligro la continuidad de la empresa ni compromete toda su cartera. Si la EMA se pronuncia en contra, suelen optar por rediseñar ensayos, explorar otras indicaciones o asumir retrasos en el programa.En cambio, para las startups y biotechs pequeñas, cuya supervivencia depende de un solo producto en desarrollo, esperar al rechazo es un riesgo inasumible. Estas compañías tienden a trabajar desde mucho antes con asociaciones de pacientes y KOLs, estableciendo relaciones sólidas, generando publicaciones científicas y participando en debates regulatorios a través de canales oficiales de la EMA, como el Patients’ and Consumers’ Working Party. De este modo, llegan preparadas al momento crítico.La movilización pública fuerte suele reservarse para después de una negativa, pero la preparación estratégica y silenciosa debe comenzar bastante antes.ConclusiónLa estrategia de apoyo de pacientes y médicos es efectivamente una estrategia de supervivencia para las startups. Debe ser cuidadosamente secuenciada:Antes de la decisión, se construye la base: contacto con asociaciones, generación de evidencia científica, participación en foros regulatorios.Si llega una negativa, se activa la fase pública y visible: comunicados conjuntos, presión mediática, intervención de asociaciones europeas y líderes clínicos en defensa del acceso.De este modo, la presión no se percibe como improvisada ni desproporcionada, y el sponsor logra maximizar sus opciones de obtener una autorización condicional o, en caso de rechazo, mantener vivo el debate y el acceso mediante programas compasivos.